El jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró hoy que la situación actual del país «no es una crisis, es un desafío» y sostuvo que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), «es claramente algo que aumenta la red de protección, no te vuelve más vulnerable».
En un encuentro con la prensa argentina durante su visita de un día a la ciudad de Nueva York, el jefe de Gabinete mencionó que en Argentina la gente asocia en general al FMI «a crisis y no a prevención de crisis» y, en ese sentido, buscó marcar las diferencias políticas y económicas del país en el 2001 y las actuales.
«Hoy hay un programa económico que va por el sendero correcto y que fruto de una caída de escalón de confianza, externa e interna, nos obliga a tomar esta medida preventiva para cuidar el acceso al financiamiento mientras vamos hacia el equilibrio fiscal», dijo.
En ese sentido, Peña explicó el proceso dando un ejemplo de la vida cotidiana: cuando alguien «gasta más de lo que tiene, en general, se financia de algún lado: de la tarjeta de crédito, prestamista, con el banco, con un familiar, con algo».
Así, lo que el gobierno está haciendo al acudir al FMI, «es, justamente, yendo a un prestamista de última instancia que es el que mejores condiciones te da. Eso te reduce tu riesgo a que en un contexto donde hay más dificultades para conseguir financiamiento no quedes expuesto y ahí sí tenés una crisis».
Respecto a la diferencia de «percepción» que puede haber entre y una crisis y tomar acciones para prevenir una crisis, el funcionario agregó que «tiene que ver con que muchas veces cuando se ha acudido al Fondo se ha buscado echarle la culpa de nuestros problemas».
Sin embargo, «los problemas de los argentinos son de los argentinos y las soluciones son de los argentinos. Nosotros estamos yendo a pedir ayuda a los mercados, al Fondo, o a quien sea porque no hay viabilidad social, ni económica, ni política de hacer un ajuste de un día para el otro ni eliminar nuestro déficit de un día para el otro», detalló.
«Esto es claramente algo que te aumenta tu red de protección no que te vuelve más vulnerable», destacó comentando que lo que el acuerdo con el FMI permitirá será «tener una claridad respecto a las restricciones que tenemos pero el programa económico es argentino, las definiciones son argentinas, las metas son argentinas y las resoluciones de los temas son argentinos».
En esa línea, el funcionario sostuvo: «Lo más importante es sentirnos dueños de nuestro destino porque eso es lo que nos va a permitir un camino de desarrollo» siendo que, «obviamente cualquier país, y más uno como el nuestro con los problemas que viene arrastrando, pero cualquier país, va a enfrentarse a desafíos permanentemente por variables que maneja y otras que no».
En su última actividad de la agenda neoyorquina que incluyó un encuentro con inversores, un almuerzo en el Consejo de las Américas y una reunión con la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, el jefe de Gabinete mencionó que el de Cambiemos «es un proceso que arrancó de abajo para arriba y que su raíz está muy fuerte todavía porque la gente no quiere volver atrás».
La gente «no se come la mentira de aquellos que no les resolvieron los problemas en el pasado se los van a resolver ahora», dijo.
«Esto va más allá de Macri y de Cambiemos. Es una decisión más profunda de muchos argentinos que aún arriesgando mucho, porque tenían mucho para perder en términos de los miedos que podían tener, de lo que implica un cambio, estamos seguros que siguen apostando en eso», afirmó.
Por otro lado, en el almuerzo organizado por el Consejo de las Américas en horas del mediodía, Peña fue el orador principal de un evento que contó con la participación de alrededor de setenta invitados entre inversores y representantes de empresas privadas, y que contó también con la presencia del titular de la Cámara Baja, Emilio Monzó, del diputado Nicolás Massot y del embajador en Estados Unidos, Fernando Oris de Roa.
Allí, ante los invitados, Peña reiteró que el gobierno está «muy seguro que el acuerdo con el FMI y la nueva situación en la que estamos no van a comprometer nuestra capacidad en las elecciones del año que viene».
Si bien reconoció un «retroceso temporal» de la economía producto de la sequía y del sacudón de los mercados, el funcionario reafirmó que el camino «es exitoso pero tenemos que cambiar la velocidad, tenemos que ir un poco más rápido.
Entendemos que estamos en un nuevo contexto y tenemos muy poco margen de error», concluyó».