Dos de las dirigentes con posibilidades de llegar a la intendencia en octubre, Florencia Saintout, en La Plata, y Erica Revilla, en General Arenales, brindaron su visión sobre la impronta que las mujeres pueden darle a un gobierno local y analizaron por qué es tan difícil para ellas acceder a cargos ejecutivos.
La intendenta de General Arenales, Erica Revilla (Juntos por el Cambio), quien aspira a su reelección, dijo a esta agencia que «es importante que el distrito sea gobernado por una mujer porque cuando las mujeres encaramos desafíos lo hacemos con pasión y entregando el corazón».
«Las mujeres somos las que no nos dejamos doblegar, somos las de mayor convicción, las que no tenemos miedo a nada porque sabemos lo que es parir. Por eso tiene que haber más mujeres gobernando», analizó.
Revilla reconoció que «a las mujeres nos cuesta mucho ocupar espacios en la política porque para nosotras nada es fácil», pero opinó que «gracias a Dios ahora tenemos la oportunidad de estudiar, de capacitarnos, de progresar».
Expuso que gobierna el municipio «poniéndole el corazón y la pasión a todo lo que hago», dijo tener «las convicciones más firmes que nunca por lo que vengo a pelearla y tengo el acompañamiento de mi familia para poder hacerlo».
Para Saintout (Frente de Todos), las mujeres deben llegar a gobernar las intendencias «porque tienen una historia de lucha en las casas, en los barrios, en el trabajo de justicia sin venganza, y de resolver problemas con firmeza».
La legisladora dijo además que «las mujeres tenemos los ejemplos de Evita (Perón) que fue pionera en abrir la política a las mujeres y de Cristina (Kirchner) que lo fortaleció», y evaluó que «culturalmente las mujeres siempre dimos batalla con menos y desde los lugares más incómodos, y eso nos da una potencia, un plus».
Sostuvo que «el modo de pensar la organización y la igualdad de las mujeres es necesario para construir una sociedad más justa», y analizó que «un ejemplo de eso son nuestras madres y abuelas pero también las mujeres de los barrios que cuando no tienen nada levantan ollas en los barrios para darle de comer a sus hijos y los de sus vecinos».