El intendente de Ensenada, Mario Secco, lanzó la orden de abrir las puertas a un grupo de militantes de su espacio político que caminaban unos metros delante suyo. Ya había logrado traspasar la reja de los jardines de la Legislatura bonaerense y avanzaba decidido hacia el interior del edificio. A su lado, legisladores del kirchnerismo colaboraban con el empellón con el que la columna abrió a la fuerza la puerta que da a la avenida 53. Pocos minutos después, todos ellos entraban entre empujones al recinto de la Cámara de Diputados, en una de las imágenes más representativas de una jornada escandalosa.
El incidente se produjo cuando la sesión de la Cámara baja en la que se trató la ley de ministerios y otros proyectos enviados por la gobernadora María Eugenia Vidal estaba en un cuarto intermedio. Y luego de que la Policía bonaerense despejara con violencia a las columnas de manifestantes de gremios estatales y municipales que habían derribado la reja perimetral del edificio legislativo sobre la avenida 7.
Una vez dentro del recinto, al que llegó acompañado de los diputados kirchneristas Florencia Saintout y Miguel Funes y del Frente de Izquierda Guillermo Kane, Secco arrojó sobre el estrado de la presidencia cartuchos de gases lacrimógenos y balas de goma que habían sido utilizados por la Policía para dispersar a los manifestantes minutos antes.
El episodio se produjo ante la mirada de diputados de todos los bloques que estaban en el recinto en medio del cuarto intermedio convocado por el presidente del cuerpo Manuel Mosca para intentar encausar una sesión escandalosa, en la que legisladores de Cambiemos y el kirchnerismo cruzaron insultos y acusaciones a los gritos.
Por ese accionar, el intendente peronista fue denunciado penalmente por intimidación pública desde la presidencia del cuerpo, lo que motivó el inicio de una investigación en la Justicia.
En la causa intervino el fiscal platense Juan Cruz Condomí Alcorta por disposición del Fiscal General Héctor Vogliolo.
Condomí ingresó al recinto de la Cámara de Diputados acompañado por efectivos de la Policìa Científica para recolectar pruebas sobre la irrupción de Secco y los manifestantes.
La Policía tomó huellas dactilares del estrado desde donde Secco arrojó los cartuchos de gases y balas de goma.
Una vez que la sesión logró reanudarse, el episodio volvió a disparar cruces. La diputada kirchnerista Susana González, que responde a Secco, criticó el accionar del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta. “Es la primera vez que lo veo actuar con esta celeridad y lo conozco desde hace tiempo”, dijo.
“Además de cercenar derechos, esto se está convirtiendo en una caza de brujas, con versiones de denuncias a los diputados. Quiero repudiar la represión que ordenó su jefa, la gobernadora María Eugenia Vidal”, le dijo al presidente del cuerpo, Manuel Mosca.
“Se le va a imputar a mi conductor un delito grave, espero que no le pidan la detención a Mario Secco”, agregó, en medio de versiones sobre una posible medida en ese sentido.
La intervención del histórico diputado K Carlos “Cuto” Moreno tiró combustible al fuego. El legislador tildó de “botón” al presidente del cuerpo al acusarlo de impulsar denuncias contra diputados de la Cámara, una versión que fue desmentida oficialmente por los voceros de Mosca.
“Espero que no sea el primer presidente de la casa del pueblo que denuncia penalmente a cuatro pares. Usted es joven, hablaría mal de su hombría”, disparó “Cuto”.
La réplica llegó de la mano del jefe de bloque de Cambiemos, Maxi Abad. “Quienes conocen Mosca jamás podrían acusarlo de tal cosa”, dijo el legislador radical, en otro de los incontables cruces de la jornada.