El 59% de las noticias publicadas en medios de comunicación sobre personas con obesidad se los muestra «sin cabeza» y eso «los deshumaniza», mientras que en el 52% de los casos se los grafica mostrando sólo el abdomen o la parte inferior del cuerpo, según un estudio de los especialistas en nutrición Mónica Katz y Alberto Cormillot.
El informe presentado hoy en un taller sobre obesidad y su tratamiento en los medios, destaca además que que el 72% de las imágenes y el 77% de los videos que se publican en los Estados Unidos «estigmatizan a las personas con obesidad».
«En líneas generales, en el 59% de los artículos y notas periodísticas se grafica a estas personas sin cabeza, mientras que en artículos referidos a personas flacas sólo el 6% aparece de esa manera», detalló Katz, presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
Indicó además que «en el 52% de los casos se ve sólo el abdomen o la parte de abajo del cuerpo, mientras que «no se encontró ningún artículo mediático que grafique así a una persona flaca».
El estudio mostró también que sólo el 11% de las personas con obesidad son retratadas en los medios usando ropa profesional, mientras que a las personas sin sobrepeso se las ve así en el 50% de los casos.
«Sólo un 1% de las personas con obesidad son retratadas en los medios como expertos o abogados», agregó Katz, quien destacó que «sin embargo las personas con exceso de peso son las que menos denuncian discriminación».
Y completó: «Retratar a las personas sin cabeza o mostrarlas de espaldas o con foco en un abdomen no sólo deshumaniza, sino que contribuye a reforzar prejuicios y estigmatizar».
Cormillot, diplomado en Enfermedades Crónicas y director de la Carrera de Nutrición de la Universidad Isalud, dijo que la obesidad «es una enfermedad crónica, compleja, con desencadenantes genéticos, fisiológicos, metabólicos, ambientales, sociales y psicológicos, que incrementa el riesgo de desarrollar en el tiempo un amplio número de enfermedades, deteriorando la calidad de vida y aumentando la mortalidad».
«El plato de los argentinos debe contener porciones más pequeñas, mayor cantidad de legumbres, hortalizas y frutas y verduras en general, alimentos aireados (como suflés o batidos) y fundamentalmente evitar la sal, los azúcares agregados, el alcohol y las grasas saturadas», sugirió.
«Al momento de enfrentarse con un alimento, compiten el pensamiento rápido y el lento: el primero es impulsivo y buscará llevarse el alimento a la boca, mientras que el segundo es más reflexivo y sabrá asumir cuándo ha sido suficiente. El punto está en lograr que prevalezca el pensamiento lento y entender que no debe predominar lo que más me gusta, sino lo que más me importa», insistió Cormillot.