El ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, adelantó que en enero reabrirá el predio de Tecnópolis con programación cultural y científica, tras haber funcionado como unidad sanitaria para pacientes con infección leve de coronavirus, y aseguró que el Gobierno acompañará a la industria del libro con «créditos blandos en línea con esta nueva etapa de reconstrucción», en lugar del Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP).
La desaceleración de la curva de contagios posibilitó en las últimas semanas recuperar algo de la normalidad perdida, una instancia que en el orden cultural se traduce en la reapertura de museos para reencontrarse con la materialidad del arte.
Esta nueva fase ilusiona a algunas áreas, entre ellas el Ministerio de Cultura que, en línea con un plan de retorno de algunos de sus espacios más emblemáticos como el Centro Cultural Kirchner, que volvió a abrir sus puertas el sábado pasado, planea por estos días la readecuación de Tecnópolis.
«Tenemos decidido mantener Tecnópolis abierto como centro sanitario durante diciembre y a partir de enero empezar a abrir el espacio con su función original, sobre todo con actividades al aire libre que irán desde espectáculos de música hasta proyecciones de cine y la habilitación del sector dedicado a los dinosaurios», señaló Bauer.
Durante los últimos seis meses, el ministerio otorgó ayuda económica a más de 58.000 trabajadores y créditos flexibles y acceso a los beneficios del ATP a 5.300 empresas culturales para afrontar el pago de salarios en tiempos de cierre masivo de comercios e instituciones por el avance del coronavirus.
Varios de estos subsidios, a partir de las Becas Sostener o el Fondo Desarrollar, finalizarían el mes próximo, aunque el Gobierno revaluó en las últimas semanas cuáles sectores continúan en estado crítico y decidió marginar de esa categoría a la industria editorial.
Bauer sostuvo que la cartera a su cargo encaró un rediseño de sus políticas de asistencia durante la pandemia y que en esta etapa ya no se contempla el mantenimiento de los ATP.
«Frente a la posibilidad de abrir actividades y al horizonte de la vacuna salvadora, si las palabras que llevamos adelante hasta ahora eran asistencia, ayuda, colaboración, a partir de ahora las nuevas palabras clave son producción y trabajo, fundamentales hoy para recuperar las industrias culturales», explicó.

  • – Asumió en un contexto crítico y a los pocos meses con la pandemia asomó un horizonte más alarmante todavía ¿Cómo se reorientaron los objetivos de gestión en función de este panorama que sigue dictado por la problemática sanitaria?
  • Tristán Bauer: Me acuerdo que en esos días de marzo estábamos haciendo el concierto inaugural de la Sinfónica Nacional. Ese mismo día lo llamé al ministro (de Salud) Ginés (González García) y le pregunté por la situación, para ver si suspendía o no el concierto porque estaba con la sala llena. Me dijo: «Hacé el concierto pero quiero que sepas que durante mucho tiempo no vas a poder volver a hacer actividades». Curiosamente, esa vez sonó la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Antonin Dvorák. A partir de ahí tuvimos que redireccionar los programas y los presupuestos y centrar la gestión en la asistencia a los distintos sectores. Todo esto requirió de una ampliación presupuestaria muy importante de más de 3.000 millones de pesos por encima del presupuesto que teníamos asignado.
  • – ¿Hicieron un relevamiento para saber qué sectores del área cultural fueron los más castigados por la pandemia?
  • T.B.: Los programas de ayuda que pusimos en marcha nos han dado algo que no teníamos que es una inmensa base de datos para saber en qué situación está la cultura en términos generales. De los 37.000 beneficiados por becas y subsidios hoy estamos en condiciones de precisar cuánto representan de cada una de las áreas y qué distribución territorial tienen. Hemos trabajado mucho en el federalismo porque este ministerio tiene una hiperconcentración en Buenos Aires así que hicimos lo posible para no concentrar el 90 por ciento del presupuesto en el área de CABA como se hacía habitualmente.
  • – Durante estos meses varias industrias culturales tuvieron acceso al Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP). En el caso del sector vinculado al libro, el mes que viene dejarían de estar alcanzados por este beneficio y sostienen que de ocurrir eso, podrían cierres y despido de personal ¿Cuál es su posición?
  • T.B.: Por un lado, estamos en comunicación directa con todas las cámaras y todos los actores. Es un diálogo que iniciamos el primer día y que llevamos adelante hasta ahora. Los ATP no dependen directamente del Ministerio de Cultura pero por supuesto que estamos en diálogo con el Gobierno nacional y lo que se está proponiendo ahora es una línea de créditos muy favorables, monitoreando la situación en el día a día.
  • – Pero las cámaras ligadas al sector editorial argumentan que la situación para ellos sigue siendo crítica y que en este momento no están en condiciones de tomar créditos…
  • T.B.: El gobierno de Macri con las políticas que implementó golpeó a todas las industrias culturales y una de los más golpeadas fue la del libro. Obviamente, la pandemia agravó esa situación. La idea de esta etapa es seguir ayudando a las industrias culturales pero bajo otras formas. Pero insisto en que el diálogo no está cortado. La batería de créditos blandos que se puso a disposición del sector está en línea con esta nueva etapa de reconstrucción. Hoy se piensa en acompañar al sector desde otro lugar distinto al que dio lugar al otorgamiento de los ATP. El monitoreo lo hacemos día a día en diálogo permanente con las organizaciones. Por eso, hasta diciembre se van a mantener las becas que se otorgaron y luego iremos viendo. Frente a la posibilidad de abrir actividades y al horizonte de la vacuna salvadora, si las palabras que llevamos adelante hasta ahora eran asistencia, ayuda, colaboración, a partir de ahora las nuevas palabras clave son producción y trabajo, fundamentales hoy para recuperar las industrias culturales.
  • – ¿En que situación están el Palais de Glace y el Museo del Cabildo, dos espacios que estaban en proyecto de remodelación o expansión para organizar su acervo?
  • T.B.: Respecto al Palais de Glace, lo tenía que haber entregado el gobierno anterior y no lo hizo. Hoy la obra está trabada y hay conflictos con quienes las llevan adelante por un descuerdo con los pliegos. Estamos trabajando con el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, para solucionar el tema. La remodelación está parada en este momento porque hay una negociación con la empresa. Junto a los directivos de la constructora hicimos una visita al Palais y en los próximos días nos vamos a volver a reunir para ver cómo se redirecciona la obra. Con respecto al Museo del Cabildo, aprovechamos también este tiempo para hacer el diagnóstico y solucionar los temas estructurales que tiene. Seguimos adelante con la idea de mudar la Comisión Nacional de Patrimonio para que el museo disponga de más espacio dedicado a la exhibición de material vinculado a la gesta del 25 de mayo. La idea es, a su vez, que la Comisión tenga más superficie para desarrollar sus tareas, entre ellas la digitalización de los archivos. Hubo algunos debates iniciales pero ahora se está desarrollando en armonía esta idea del desdoblamiento porque en definitiva ganan las dos instituciones.