El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se anotó hoy una victoria, aunque de corto plazo, al promulgar una nueva ley presupuestaria temporaria que le permitió reactivar el funcionamiento pleno de su gobierno, tras quedarse sin fondos el sábado pasado.
«Estoy contento de que los demócratas en el Congreso entraron en razón», celebró Trump en un comunicado leído por su vocera poco después de que la oposición demócrata anunciara en el Senado que había llegado a un acuerdo para aprobar la nueva partida presupuestaria que durará apenas 17 días.
Pese a controlar ambas cámaras del Congreso, el oficialismo republicano no pudo aprobar una ley de presupuesto anual el año pasado y, por eso, desde octubre, cuando venció la pauta de gastos y recursos de 2017, se vio obligado a impulsar la aprobación de partidas parciales, conocidas como parches, que solo permiten el funcionamiento de la administración federal durante un mes o poco más.
Desde entonces, el oficialismo logró aprobar tres de estos parches presupuestarios, y al acercarse el vencimiento del último, la oposición demócrata anunció que no volvería a prestar los votos necesarios en el Senado hasta que no se incluyera una ley migratoria que garantizara la ciudadanía a cientos miles de jóvenes inmigrantes, conocidos como los soñadores.
La pulseada duró semanas y en la medianoche del viernes, cuando vencía la última partida presupuestaria, el gobierno de Trump se negó a incluir las reformas migratorias que pedía la oposición. Entonces, comenzó el cierre parcial del gobierno federal derivado de la falta de fondos, que el Congreso no le habilitó hasta hoy.
Luego de la aprobación y tras celebrar la victoria parlamentaria, Trump aclaró que solo aceptará una ley migratoria «si es buena para el país».
El mandatario, quien recordó que su prioridad es «resolver el problema de la injusta inmigración ilegal», hizo referencia directa al corazón del acuerdo más o menos explícito que alcanzaron oficialismo y oposición hoy para dar luz verde a la ley presupuestaria que puso fin al cierre parcial del gobierno hasta el 8 de febrero próximo.
«En unas horas, el gobierno federal volverá a abrir. Pero el liderazgo republicano tiene 17 días para encontrar una solución para los soñadores», había sentenciado el líder de la minoría demócrata en la cámara alta, Chuck Schumer, antes de anunciar que daría los votos para superar la primera votación.
Los llamados soñadores son cerca de 800.000 jóvenes inmigrantes que llegaron al país con sus familias cuando eran menores y se quedaron de manera ilegal. El gobierno del expresidente Barack Obama no les abrió un camino a la legalización de manera definitiva, pero creó un programa -el DACA- para que puedan estudiar y trabajar sin temor a ser deportados.
En septiembre pasado Trump no renovó ese decretó de Obama y le pidió al Congreso que defina la situación de esos jóvenes por ley.
El tiempo pasó y la mayoría republicana, que domina ambas cámaras, no impulsó ningún proyecto de ley.
Por eso, la oposición demócrata decidió atar la legalización de los miles de soñadores a apoyar el actual y cuarto parche presupuestario para mantener el gobierno en funcionamiento.
Pero en el tercer día de cierre de gobierno federal, la oposición demócrata cedió ante la promesa republicana de que antes de que venza el nuevo parche presupuestario aprobarán una ley que reemplace el DACA.
«A todos los soñadores que nos están mirando, no pierdan la esperanza», sentenció uno de los protagonistas de esta disputa, el senador demócrata Dick Durbin, según el canal de televisión legislativo Cspan.
Después de semanas de intentos infructuosos y mucha tensión, la votación en el Senado fue casi un trámite: 81 a 18, entre estos últimos 16 demócratas y dos republicanos.
Horas más tarde, la Cámara de Representa aprobó de manera definitiva la ley y, luego, el presidente la promulgó.
El acuerdo entre oficialismo y oposición permitirá que 800.000 empleados públicos federales vuelvan a trabajar y cobrar sus sueldos y para que el gobierno de Trump funcione en toda su capacidad.
Sin embargo, el clima de debate sigue siendo tenso y el plazo máximo para el próximo acuerdo es de apenas 17 días.
«El liderazgo demócrata me dijo que llegue a un acuerdo con la Casa Blanca, la Casa Blanca me dijo que llegue a un acuerdo con los líderes republicanos del Congreso. Trump no solo rechazó uno, sino dos acuerdos», se quejó hoy Schumer y dejó en claro que para la oposición toda la responsabilidad de la actual crisis es del presidente.
El líder de la mayoría republicana en la cámara alta, Mitch McConnell, tampoco ayudó a mejorar el clima del debate.
«El pueblo estadounidense no entiende», les repitió varias veces McConnell a los senadores demócratas y los volvió a acusar de poner los intereses de «inmigrantes ilegales» por encima del Estado y la sociedad norteamericanas.
No obstante, el líder republicano prometió que su partido comenzará mañana mismo a debatir una ley migratoria y que entrará en vigor antes de la primera semana de marzo, cuando vence formalmente el programa de DACA.