Utilizando tecnología 3D, científicos del Conicet de La Plata lograron un mapa tridimensional de El Shincal de Quimivil, un sitio arqueológico ubicado en Catamarca al que dieron forma escaneando con un láser estático el terreno de la ciudad precolombina.
Los investigadores utilizaron la técnica Lidar (Light Detection and Ranging), consistente en la emisión de cientos de miles de rayos láser por segundo para obtener un modelo digital 3D de alta calidad de un determinado terreno y sus construcciones.
Así, lograron información de El Shincal de Quimivil que «nunca se había relevado de esta manera», informó el Conicet.
Con el objetivo de detectar estructuras ocultas bajo la vegetación y evaluar el avance de la erosión, en noviembre de 2016 se escaneó desde un avión una extensión de 5.600 hectáreas de lo que fue un importante centro administrativo y ceremonial perteneciente al Imperio Inca entre fines del siglo XV y comienzos del XVI y ahora se están dando a conocer los primeros resultados.
“Buscábamos rasgos que sobresalieran, ya fueran lineales, cuadrangulares, rectangulares, circulares, o que nos llamaran la atención según el patrón que manejábamos, y llegamos a marcar 84 sitios de interés. La mayoría eran pequeñas paredes de 20 a 50 centímetros de alto y 60 de ancho”, explicó Reinaldo Moralejo, investigador asistente del Conicet en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP).
Para Daniel Del Cogliano, profesional principal del Conicet en la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísica de la UNLP “es difícil visualizar las imágenes si no se tiene la experiencia adecuada al momento de analizar la nube de puntos con el software de procesamiento”.
“El desafío era filtrar las plantas y árboles pero sin eliminar lo que estuviera por debajo, aunque se confundieran estructuras arqueológicas y vegetación baja” ya que la flora de El Shincal es tupida y variada, con predominio de arbustos –el shinki, que le da el nombre el lugar– que mide de 4 a 6 metros, algarrobos y talas de hasta 14 metros.
El equipo, dividido en dos grupos, logró relevar 39 puntos de interés donde trabajaron a partir de coordenadas cargadas en un GPS y una tablet con un programa informático que señalaba la posición marcada y todo su entorno, permitiendo elegir el mejor camino sin cortar vegetación innecesariamente.
Esa indagación en el campo arrojó algunas novedades: «El 26% de los objetivos resultaron ser muros arqueológicos que no estaban registrados, y que no se hubieran detectado nunca de no ser por el escaneo”, destacó Moralejo.
El modelo 3D del terreno completo «va a servir para hacer un estudio hidráulico, y a partir de ahí proponer soluciones. El problema es crítico porque se está destruyendo el sitio progresivamente. No descartamos que ya los incas hubieran sufrido estos inconvenientes y seguramente hayan desarrollado sistemas de contención”, señaló Del Cogliano.
El estudio se concretó gracias a un convenio entre las universidades nacionales de La Plata y Catamarca, la Secretaría de Estado de Cultura de esa provincia y la empresa Consular Consultores Argentinos Asociados S.A., encargada de realizar el vuelo para escanear la zona. Además, complementaron las imágenes aéreas con un escáner láser estático para generar modelos 3D de las estructuras arqueológicas existentes.