El barrio neoyorquino del Soho acaba de inaugurar una torre de 25 pisos que, contra los prejuicios de los arquitectos y ambientalistas, se convirtió en el primer edificio en Estados Unidos cuya superficie exterior, tratada especialmente, tiene el poder purificador del aire equivalente a unos 500 árboles.
La fachada del edificio, en el 570 de la popular y transitada calle Broome, del distrito de Manhattan, fue tratada con una nueva solución química ecológica conocida como «Pureti», cuya acción es tan poderosa como sacar de la calle a unos dos mil automóviles al año.
El sistema Pureti funciona descomponiendo las partículas contaminantes a través de un proceso fotocatalítico que las transforma en agentes oxidantes, de tal manera que una vez liberadas a la atmósfera son minerales inofensivos, en un proceso que opera millones de veces por segundo sobre una superficie que se limpia a sí misma constantemente con costos mínimos para la torre, informó Quartzy.
El tratamiento, en este caso, se realizó sobre una fachada de losas de piedra sinterizada (de polvo sometido a alta presión y temperatura), de una marca que también se especializa en el diseño limpio.
Pero Pureti puede aplicarse a prácticamente cualquier superficie, incluidos vidrio, metales, hormigón y revoque, aunque no funciona muy bien con teflón y cera.
Glen Finkel, cofundador y presidente de la empresa responsable del tratamiento ecológico, explicó que todo comenzó en 2004, cuando este ex psicólogo clínico se asoció con el químico orgánico John Andrews, que tenía experiencia en el desarrollo de recubrimientos textiles para conductos de salida de aviones, chalecos salvavidas y paracaídas para la NASA.
«Lo hemos estado perfeccionando desde entonces», dice Finkel, que ya recibe encargos de nuevos proyectos inmobiliarios estadounidenses, pero también desde otros países como España, Turquía y la propia Argentina, mientras estudia enormes mercados potenciales como China e India», además de Europa, México y Medio Oriente.
Una experimentada agente de bienes raíces neoyorquina, Shlomi Reuveni, explicó recientemente a la prensa local que hace una década existían barrios «buenos» y «malos» en Manhattan, pero hoy prácticamente todos ellos son considerados «buenos», por ,o que el futuro del negocio está en ofrecer edificios sostenibles y ecológicos, como el del Soho con tratamiento purificador del aire.
«Las nuevas tecnologías y la tecnología sostenible impulsarán el mercado en los próximos años», sostuvo Reuveni, quien ya considera asumidos como normal los techos con paneles solares y pone el acento en casas que se construyan con impresoras 3D o sistemas propios de conservación de agua.
Un estudio reciente de CityLab, citado por Quartzy, reveló que quienes viven en una ciudad se convierten básicamente en fumadores por el sólo hecho de respirar su aire diariamente.
Tahir Demircioglu, el arquitecto que diseñó el edificio del 570 de la calle Broome, ve al nuevo tratamiento como una caso de ganancia absoluta (win-win), «tanto para el entorno urbano como para el desarrollador y el propietario, porque limpia el aire y reduce el uso de productos químicos para lograrlo».
Según Demircioglu, los residentes también disfrutarán de mayor tranquilidad al reducir su impacto sobre el medio ambiente y por ello anuncia «que hay y habrá más demanda para un mejor nivel de vida con más conciencia ambiental».