Muchos científicos sostienen que las personas más altas son también más seductoras, sanas y dominantes. Pero ¿es así?
Una miríada de estudios publicados a lo largo del último siglo sugiere que, en general, las personas más altas tienen mayores ingresos, una mejor educación y tienden a vivir más. En esencia, los trabajos aducen que existe una relación entre una mayor estatura y el acceso a una buena alimentación e higiene, lo que, a su vez, reduce la posibilidad de desarrollar ciertas enfermedades respiratorias y cardiacas y favorece la longevidad. Otras investigaciones, como se muestra a continuación, señalan, asimismo, que tienden a ser más dominantes y optimistas. No obstante, algunos expertos apuntan lo contrario. Así, un ensayo publicado en The Lancet en 2011 reveló que el riesgo relativo de sufrir cáncer aumenta un 16 % por cada 10 cm por encima del 1,53 metros.
1. Países de altura
Si quieres caminar entre gigantes, da un paseo por los Países Bajos. Según un estudio del Imperial College de Londres, la estatura media masculina en este país es de 1,82 metros. Para encontrar las mujeres más altas hay que viajar a Letonia, donde alcanzan 1,7 metros de media. España se sitúa en los puestos 41 y 44 del ranking mundial, con una altura de 1,77 y 1,63 en hombres y mujeres respectivamente.
2. Muy varoniles
Si los cineastas de Hollywood eligen a actores altos como Hugh Jackman o Ben Affleck –ambos de 1,89 m– para que representen a personajes fuertes y dominantes no es por capricho. Los humanos tendemos a percibir a los varones de más estatura como más masculinos y aptos para el liderazgo. De probarlo se encargaron unos científicos británicos que en un experimento manipularon las fotos de unos jóvenes para que pareciesen mostrar una edad y altura distintas a las que tenían. Su conclusión fue que consideramos más viriles y fuertes a los altos de unos 35 años.
3. Los más esbeltos
“Eres alta y delgada como tu madre…”, dice una canción popular española. Según parece, ambos rasgos suelen heredarse juntos, pues se cree que existe una relación entre los genes asociados a una mayor estatura y a un bajo índice de masa corporal. Matthew Robinson, de la Universidad de Queensland (Australia), sostiene que la evolución ha favorecido que esto se dé sobre todo en el norte de Europa.
4. Buen panorama
Ser un bigardo no solo te lo pone más fácil a la hora de jugar al baloncesto. A los tenistas y a los quarterbacks del fútbol americano también les da ventaja la estatura. Teng Leng Ooi y sus colegas de la Universidad de Ohio demostraron que a los altos se les da mejor identificar los objetos situados a entre 20 y 23 metros. Según Ooi, el hecho de llevar toda la vida mirando cosas que se encuentran por debajo de sus ojos –esto es, desde una perspectiva superior– otorga a los más espigados una privilegiada capacidad espacial. Y es que de ese modo, con las referencias visuales que existen desde una posición ligeramente cenital, se aprendería a calcular mejor las distancias.
5. Más fuertes y ligones
Muchos varones de más de 1,80 m parecen tener un imán para las mujeres. Un estudio de la Universidad de Utah publicado en PLOS ONE sugiere que esto puede deberse en parte a que los hombres pegan más fuerte si golpean hacia abajo, lo que proporciona ventaja a los altos. Las féminas estarían más predispuestas desde un punto de vista evolutivo hacia aquellos que tienen todas las de ganar.
6. Voces únicas
¿Podrías saber si una persona es alta escuchando solo su voz? Científicos de la Universidad de Washington han probado que, al menos en seis de cada diez intentos, sí. De acuerdo con sus pesquisas, la clave reside en un tipo de sonido producido en las zonas bajas de los pulmones conocido como resonancia subglótica. El caso es que cuanto más alta es una persona, más grave resulta la resonancia subglótica de su voz. “Es como cuando soplas en una botella de cristal: si está medio llena, se genera un sonido más agudo que si solo hay líquido en el fondo”, explican los investigadores.
7. De dos en dos
De acuerdo con una investigación llevada a cabo en Estados Unidos, los embarazos múltiples predominan entre las gestantes de mayor estatura. Los expertos lo achacan a que en ellas se da una mayor presencia de un factor de crecimiento que incrementa la estimulación folicular ovárica y la producción de óvulos, lo que, a su vez, favorece la concepción de gemelos y mellizos.
8. Corazones más sanos
Si tu estatura está por encima de la media, es menos probable que acabes siendo diabético o sufras un ataque cardiaco, según apuntan distintos estudios. Los investigadores lo atribuyen a que las personas más altas tienen más niveles de la proteína IGF, una molécula que aumenta la sensibilidad a la insulina y activa el metabolismo de las grasas. El inconveniente es que, al mismo tiempo, parece favorecer el crecimiento celular, lo que también incrementa el riesgo de sufrir cáncer, sobre todo de próstata, mama y colon.
9. Conservadores
Por encima de 1,7 m, la política se ve de otro modo. Eso es al menos lo que se desprende de un estudio de la Universidad Estatal de Ohio, que, en esencia, muestra que cuanto más alta es una persona, mayor resulta la probabilidad de que siga una ideología de derechas. Los investigadores han llegado incluso a ponerle cifras a este fenómeno: por cada 2,5 centímetros de altura extra, la tendencia a votar a partidos conservadores aumenta un 0,5 %.
10. Inversores natos
Si en la adolescencia le sacabas una cabeza a tus compañeros de clase, es probable que al crecer inviertas en acciones, tal y como acaban de anunciar unos investigadores de la Universidad Cornell, en EE. UU. Aseguran que estas personas suelen ser más optimistas y poseen una mejor opinión de sí mismas, y que cuando alcanzan la etapa adulta están dispuestas a asumir más riesgos. Por el contrario, las que eran más bajitas y rechonchas cuando dejaron atrás su niñez son más reacias a hacerlo.