La Cámara de Diputados de la Nación sancionó hoy la nueva ley de «Trasplante de Órganos, Tejidos y Células», conocida como «Ley Justina», que dispone (entre otras cosas) que todas las personas mayores de edad pasen a ser donantes, a menos que dejen constancia expresa de lo contrario.
La elaboración de la norma contó con la participación del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) y se aprobó con 202 votos afirmativos. La misma estuvo inspirada en Justina Lo Cane, la niña de 12 años que falleció en noviembre pasado mientras esperaba un corazón para ser trasplantada.
«Esta ley nació a partir de Justina, una niña que puso en valor lo que significa la donación de órganos en Argentina», señaló el diputado Daniel Lipovetzky (PRO). Y agregó: «Esta ley es futuro, estamos cumpliendo el mandato popular para mejorar la calidad de vida de los argentinos».
La diputada Carmen Polledo (PRO) también respaldó la media sanción, al considerar que «moderniza la regulación del marco legal y establece requisitos para profesionales e instituciones médicas». En tanto, en una emotiva intervención, el diputado Pablo Kosiner, presidente del bloque Justicialista, relató una experiencia de su vida personal y recordó que perdió a un hijo mientras esperaba un trasplante.
«Tenemos que hacer cumplir la presunción de donación de órganos desde el momento de nuestro nacimiento; si lo hacemos como política de Estado le vamos a cambiar la vida a millones de personas», sostuvo Kosiner.
Asimismo, el diputado Fernando Brügge (Córdoba Federal) mencionó que «en el Incucai tenemos más de 7 mil casos en espera». «Hay que aprobar esta ley porque es profundamente humanista y va a mejorar el nivel de solidaridad de los argentinos», sumó.
El proyecto modifica la actual ley de trasplantes, introduciendo una serie de cambios con los que se busca dar respuesta a las personas que actualmente se encuentran en lista de espera. Además de incorporar principios bioéticos que protegen a los donantes y los receptores, la iniciativa promueve la autosuficiencia del sistema. Prevé la donación cruzada (entre dos parejas de donante/receptor no relacionadas, pero compatibles) para los trasplantes de riñón sin intervención judicial y obliga a los profesionales a notificar al Incucai la indicación de diálisis o trasplante renal.
Además, la norma promueve la incorporación en los centros de salud de profesionales entrenados en la promoción de la donación y la detección de potenciales donantes.