La histórica cumbre del G20 que se inicia en Buenos Aires tendrá como telón de fondo las fuertes disputas comerciales entre Estados Unidos y China y la amenaza de ruptura de Gran Bretaña con la Unión Europea, mientras los tres países que integran América del Norte planean firmar un nuevo tratado de libre comercio.
La posibilidad de que la cumbre del G20 transite sin mayores conflictos y que se logre consenso para un documento final, aunque más no sea de «compromiso», parece ser un buen resultado a obtener por el gobierno argentino, además de los acuerdos bilaterales que suscriba y las inversiones que consiga.
En ese sentido, el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró hoy en un primer contacto con los periodistas que cubren la cumbre que en el Gobierno son «muy claros en nuestra posición en favor de una mayor integración internacional, de mayor multilateralismo, porque eso generará más empleo y desarrollo, en especial para países emergentes como el nuestro».
La disputas comerciales entre Estados Unidos y China generaban incertidumbre sobre cuál será el crecimiento de las economías multilaterales y solo los esfuerzos del presidente francés, Emmanuel Macron, y de la canciller alemana, Ángela Merkel, en favor de que se respeten los lineamientos de la Organización Mundial del Comercio, insuflaban ánimo positivo.
Sin embargo, Merkel está cumpliendo su último año al frente de Alemania, y el «Brexit», amenaza con una ruptura que afectaría seriamente la relación de Gran Bretaña con la Unión Europea.
En ese marco, se espera un encuentro bilateral entre Trump y su par de China, Xi Jinping, que se realizará posiblemente mañana, durante la primera jornada de la cumbre.
Y como si las contiendas económicas no fueran suficiente, las peleas políticas también amenazan el «normal» desarrollo de la cumbre.
Antes de arribar a Buenos Aires, Trump adelantó via Twitter que canceló la reunión que tenía prevista con su par de Rusia, Vladimir Putin, debido al ataque de ese país contra Ucrania en el Mar Negro.
Por otra parte, Estados Unidos, Canadá y México podrían firmar un nuevo tratado de libre comercio (TLCAN) en Buenos Aires, mientras sus presidentes participan del G20.
Así lo anunció semanas atrás el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, cuando aseguró que el acuerdo anunciado en octubre «será firmado en Argentina» tras los reclamos de Canadá a Estados Unidos por las tasas arancelarias que le impuso a la producción de acero y aluminio.
En medio de este panorama, Argentina tiene «otra agenda» y es la de lograr la mayor cantidad de acuerdos comerciales y de inversión posible.
En ese marco, hoy recibió de parte de China financiamiento por más de 1.000 millones de dólares para la reconstrucción del ferrocarril San Martín de Cargas, y otros US$ 360 millones de parte de Francia para comprar buques guardacostas.
Pero esto son solo dos ejemplos. Argentina confía en lograr mayores inversiones en la reunión bilateral que mantendrá el presidente Mauricio Macri y Donald Trump, en especial para la explotación de gas y petróleo no tradicional en Vaca Muerta.
Además, el domingo habrá otra reunión similar pero con Xi Jinping para la inversión de China en infraestructura, centrales hidroeléctricas, y la ampliación en casi 9.000 millones de dólares el crédito de tipo «swap» que el país asiático le ha brindado a Argentina, con lo que llegará a unos 20.000 millones de dólares.