El intendente del partido de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, consideró hoy que la pandemia por el coronavirus obligó a los distintos sectores políticos «a dialogar mucho más» y destacó el intercambio «permanente y fluido» con los gobiernos nacional y bonaerense, de cara a la gestión de la emergencia sanitaria en Mar del Plata, ciudad cabecera del distrito y uno de los núcleos urbanos más importantes de la provincia.
En una entrevista con Télam, el jefe comunal de Cambiemos señaló que «la foto epidemiológica» es buena en la localidad balnearia, con solo cuatro casos activos de Covid-19 y subrayó, en ese sentido, como «clave» la articulación con Nación y Provincia: «Cada vez que tengo que hablar, hablo».
«La verdad que el diálogo es permanente. Trato de no molestar y resolver mis problemas. Pero todas las veces que he necesitado hablar, llamo y atienden. Es todo muy fluido, ya sea con algún ministro, con el gobernador, o incluso cuando he necesitado hablar con el Presidente. Creo que la pandemia nos obligó a todos los sectores a dialogar mucho más», destacó.
Montenegro admitió -por ejemplo- que «nunca hubiera imaginado» tener que conversar cuestiones migratorias «muy finas» con el ministro del Interior, Eduardo De Pedro, «pero es el tipo de cosas que pasaron por la pandemia», y en ese sentido, aseguró que ve «una posición colaborativa de todos los sectores».
En cuanto a la postal sanitaria de la ciudad, consideró que están dadas las condiciones para garantizar «de un modo seguro» actividades recreativas al aire libre, «sin olvidar que la situación sanitaria es la que manda», en línea con los últimos pedidos presentados a los Ejecutivos nacional y provincial.
A partir de las nuevas medidas anunciadas el jueves último respecto de la cuarentena por el presidente Alberto Fernández y el gobernador, Axel Kiciloff, el ex juez federal explicó que «hay que esperar los detalles» de esta nueva etapa para conocer con precisión la modalidad de las salidas recreativas habilitadas en el distrito.
A pocos días de cumplir sus primeros seis meses al frente del municipio, admitió que siente «como si hubieran pasado diez años», por el impacto de la emergencia en la agenda de la ciudad, y que «es muy complicado hoy planificar cuestiones por fuera de la coyuntura de pandemia».
Con cuatro casos de Covid-19, 32 recuperados y tres fallecidos, Montenegro señaló que «el objetivo es ir superando etapas, sin dejar de trabajar en lo que quedó pendiente de la etapa previa».
«En la actividad económica, no pudimos avanzar en cuestiones complejas como hotelería, gastronomía, eventos masivos. Pero sí podemos avanzar en la parte de deportes individuales al aire libre y los números nos permiten plantearlo con seriedad», dijo.
Consideró que el principal desafío será «seguir controlando el ingreso de gente a la ciudad, y tener muy controlado algún caso eventualmente positivo entre los vecinos, para cercarlo, buscar contactos estrechos, familiares, laborales, y cerrar el caso».
«Nunca tuvimos un brote como tal. Tuvimos por ejemplo una serie de casos en una clínica, cinco en un fin de semana, pero no se trasladó ni a familiares, ni a pacientes, quedó muy reducido», dijo.
En ese sentido, advirtió que «no se puede perder de vista que esta foto te cambia de un día al otro, como en Necochea», donde se registraron 31 casos, luego de dos meses sin positivos.
«¿Te puede pasar lo mismo? Sí, te puede pasar. Pero uno trabaja para que no. Los retenes en los ingresos son importantes. La parte epidemiológica lo es. Pero lo central es la responsabilidad con la cual asumimos la cuarentena. Si a nosotros nos cambia la foto, automáticamente damos marcha atrás. No hay que olvidar que la situación sanitaria es la que manda, y te dice si podés seguir abriendo o no y tenés que meterte para adentro».
Luego de una serie de movilizaciones registradas en la ciudad en los últimos días desde distintos sectores -desde surfistas a choripaneros-, advirtió: «Ninguna marcha me puede hacer cambiar lo que tengo que hacer para cuidar la salud de los marplatenses».
«Escucho a todos. Pero si yo sé que mañana me vienen a pedir, marchen lo que marchen, una actividad que me puede llegar a complicar la cuarentena, es no. No hay duda», remarcó.
El intendente dijo que no está ajeno a la «angustia» expresada por muchos vecinos: «Es lógico el cansancio. Uno lo siente. Mis hijos mellizos aprendieron a caminar en cuarentena y nunca caminaron en la calle. Y a los tres mayores no los veo desde el 7 de marzo, ni a mi viejo; son 90 días. Nunca me había pasado en mi vida».
A menos de dos meses del inicio de las vacaciones de invierno, un punto fuerte en cuanto al movimiento comercial y económico en la ciudad, aseguró: «Lo veo muy difícil en términos turísticos. Me parece que va a ser complejo desde la pérdida del miedo».
«Por un lado, el ingreso de gente va a estar muy retraído. Pero incluso para nosotros mismos ir a una cervecería o a un bar va a ser difícil, y tampoco sé si mucha gente va a querer abrir el restaurante. No sé si imposible, pero lo veo difícil para julio. Por como veo los números a nivel nacional, quizás entonces ya estemos bajando la curva y mejorando, pero no como para terminar con todo los que es restricción a aglomeración y eventos», estimó.
En ese sentido, agregó: «Ojalá pudiéramos estar viendo una agenda turística que tenía 14 fines de semana largos. Yo trato de dividir a veces la cabeza porque la gestión tiene que seguir, pero de pronto entra un barco con alguien con fiebre y tengo que apuntar todo hacia ahí».