La vida moderna es una larga sucesión de filas: en el banco, en las oficinas de gobierno, en el transporte público. Pero la fila de supermercado es una de las que más irrita por su cotidianeidad.
Es así que, además de calcular si vas a poder cargar todo lo que llevas, si lo que compras te alcanzará para toda la semana o si te pasas del presupuesto, hay otra cuenta matemática inherente al supermercado: ¿cuál fila es la que avanza más rápido? Aquí los tips que brinda la BBC de Mundo.
La ciencia se viene haciendo esta pregunta desde hace rato sin llegar a una respuesta definitiva.
Según señalan en la publicación académica online The Conversation Nicos Georgiou y Enrico Scalas, expertos en estadística de la Universidad de Sussex, Reino Unido, la intuición nos lleva, obviamente, a optar por la fila más corta.
Después de todo, esto es señal de que el servicio en dicha caja es el más eficiente. Sin embargo, por regla general esto no suele ser así, ya que en esta situación intervienen una serie de variables. Variables a tomar en cuenta
Por ejemplo, si los dos cajeros son igual de eficientes y en la cola corta hay dos carros repletos de comida, mientras que en la más larga hay más gente con canastas, pero con pocos productos, la cola corta ya no resulta tan conveniente.
Esta es la variable de la distribución del tiempo de servicio que mide cuánto tiempo tardará un cliente en ser atendido.
Otra de las variables importantes es la frecuencia con la que los clientes se unen a la fila. Esto quiere decir que cuantas más personas lleguen a usar un servicio, más larga será la cola.
El problema, argumentan Georgiou y Scalas, es que, en la práctica, no sabemos cuál de todas las variables posibles son las relevantes en cada caso. Entonces, ¿hay o no algo que podamos hacer?
A pesar de todas las variables en juego, según una investigación de Desmos, una organización estadounidense que promueve el aprendizaje y la pasión por las matemáticas, hay una serie de recetas que pueden ayudarnos a elegir la fila más eficiente:
Elige siempre las filas de la izquierda: la mayoría de los clientes son diestros y, por ende, tienden naturalmente a girar hacia la derecha.
Párate en la cola, aunque sea más larga, que es atendida por varias cajas: por razones obvias, van más rápido. Si la cajera es mujer, mejor: puede parecer sexista, pero, según varios análisis, las cajeras mujeres parecen ser más eficientes para procesar y registrar transacciones.
Ponte detrás de una persona con un carrito lleno: según el matemático de Desmos Dan Meyer, lo que consume más tiempo en la fila del supermercado son los intercambios de palabras amables. Según una evaluación hecha en California, en cada transacción se pierden 41 segundos charlando con el cajero. Si le añades 41 segundos a cada cliente que lleva una canasta, aunque tenga menos productos, el tiempo se hace más largo.
Otro elemento a tomar en cuenta, según A. J. Marsden, profesora asistente de psicología del Beacon College, en Estados Unidos, es la edad de la gente en la fila.
Las personas mayores pueden demorarse más porque pueden encontrar dificultades para pagar con tarjeta de crédito o en buscar el dinero justo, etc.
También es importante, añade, estudiar qué están comprando. Seis botellas de un mismo producto, por ejemplo, se procesan más rápido que seis productos diferentes, o, si hay muchas frutas y vegetales que se venden por peso, esto demorará más si su peso se calcula en la caja.
Y, por último, ¡relájate! un par de minutos mas o menos en el supermercado, al final, no significan gran cosa.