La bronquiolitis es una infección viral de las vías respiratorias bajas en un niño menor de dos años de edad. Se caracteriza por la inflamación difusa y aguda de estas vías, expresada clínicamente por la obstrucción de la pequeña vía aérea. De esta forma, este cuadro se presenta como infección respiratoria aguda baja en menores de 2 años, grupo etario de mayor vulnerabilidad y mortalidad.
El pediatra del JP Garrahan Roberto D. Zima explicó que el agente etiológico es el virus respiratorio, que puede pertenecer a distintas variedades, según la afectación producida y sus consecuencias.
Los virus respiratorios pueden ser el sincicial respiratorio (VRS) (79% de los casos), el parainfluenza: (6,7%), el de la influenza (6,53%), el metapneumovirus (3,53%) y el adenovirus (2,5%).
Cada uno de éstos incluye variedad de cepas. En 2009, por caso, el de la influenza que tomó relevancia fue el de la cepa A H1N1 que, si bien no presentó una tasa de mortalidad elevada (6%), afectó mayoritariamente a niños con afecciones respiratorias crónicas.
La bronquiolitis es más frecuente en menores de 6 meses de vida y predomina durante otoño e invierno. En lactantes sin factores de riesgo, requiere internación menos del 3% de los afectados. La mortalidad es menor al 1 por ciento.
En lactantes con factores de riesgo (prematuros, cardiopatía congénita, displasia broncopulmonar, entre otros) la mortalidad puede aumentar a cifras alarmantes y precisan períodos de internación prolongados, mayor permanencia en asistencia respiratoria mecánica, mayor requerimiento de oxígeno y riesgo aumentado de complicaciones en terapia intensiva pediátrica.
El virus respiratorio más prevalente es el VRS. Es el de contagio más frecuente de enfermo a enfermo, con un período de incubación de 2 a 8 días.
El cuadro clínico consiste en infección respiratoria alta durante las jornadas previas (1 a 3 días), luego obstrucción bronquial expresada mediante tos, aumento de la frecuencia respiratoria, respiración silbante, entre otros. La convalecencia puede demorar entre dos a tres semanas.
El diagnóstico es mediante la clínica.
El tratamiento, de sostén, consta en oxigenoterapia, hidratación, alimentación, antitérmicos, kinesioterapia (específica para estos cuadros) y medicación (broncodilatadores, antiinflamatorios), aunque existe controversia, hay evidencia de su utilidad que justifique su empleo.
Criterios de internación son la falta de respuesta al tratamiento de la obstrucción bronquial, presencia de hipoxemia (descenso de la saturación de oxígeno en sangre, se mide en forma no invasiva), antecedentes de pausas respiratorias en el patrón ventilatorio, cianosis (coloración azulada de piel y/o mucosas), imposibilidad de alimentarse y factores de riesgo.