La diputada nacional y cofundadora de Cambiemos Elisa Carrió insistió con que hay sectores del Poder Judicial que actúan en su contra, por lo que reclamó al presidente Mauricio Macri que el Gobierno la defienda de los ataques.
«¿Quién me va a defender a mí señor Macri, que siempre pongo la cara por usted? Yo tengo que acusar a todos y defender a un montón más. Y a mí ¿quién me defiende?», dijo anoche durante una entrevista con el canal TN en referencia a denuncias que recibió por enriquecimiento ilícito y que fueron desestimadas por el juez federal Daniel Rafecas.
«Hasta cuando Sr. Presidente voy a dar la cara para defender al gobierno y no me defienden? Yo lo quiero mucho pero algo tendrá que hacer», insistió además en un mensaje en su cuenta de
Twitter.
En la entrevista televisiva, Carrió dijo que los sectores del Poder Judicial que actúan en su contra «van buscando los jueces» acordes y consideró «de una peligrosidad institucional terrible esta nueva liga de jueces federales presidida por Ariel Lijo», en referencia a la asociación de magistrados lanzada el jueves último.
«Yo no puedo formar parte de un gobierno donde la señora (Silvia) Majdalani me sigue, me escucha, me saca fotos», sostuvo en alusión a la subdirectora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
«¿A qué juez le entrego (las denuncias)?, díganme en quién confío», puntualizó Carrió.
Señaló que «es cierto» que sufrió «operaciones» en su contra «durante 12 años del kirchnerismo», pero advirtió «que pase en mi Gobierno… esto lo tiene que decidir el Presidente».
Este lunes, Rafecas desestimó las denuncias por cohecho y enriquecimiento ilícito contra Carrió y advirtió que tuvieron una «base espuria y francamente escandalosa», por lo que ordenó investigar cómo se gestaron.
En su resolución, el magistrado archivó dos denuncias y remarcó que el denunciante original, Saúl Enrique Paz, declaró bajo juramento de verdad que cobró 1.500 pesos por presentar la acusación, sin haberla leído y que lo hizo porque estaba desocupado.
Además Paz explicó que fue trasladado a Comodoro Py 2002 por un hombre al que identificó como Alán González en su automóvil, tras pasarlo a buscar por su casa en Derqui y que creyó que iba a ser testigo en un juicio laboral a cambio del dinero.
Rafecas ordenó extraer testimonios, es decir, enviar por sorteo a otro juzgado los antecedentes de lo ocurrido para que se abra una investigación penal.