La pandemia de coronavirus suscitó un interés inédito en la carrera de enfermería en la provincia de Buenos Aires, con un récord histórico de 27.000 inscriptos para estudiar en el ciclo 2021, el doble de las solicitudes habituales.
El «boom» de aspirantes se debe a que la Covid-19 despertó en las nuevas generaciones la vocación para trabajar en salud y en el cuidado del otro, indicaron autoridades del Ministerio de Salud bonaerense, que destacaron cómo el coronavirus visibilizó la importancia de esa especialidad en el sistema de salud público y privado.
Es que la cantidad de inscripciones de este año en el Programa Provincial de Formación de Recursos Humanos en el Área de Enfermería es un récord dentro de este campo profesional, ya que en sólo dos semanas de convocatoria -del 1 al 12 de marzo-, las solicitudes duplicaron las de los últimos años, como en 2019, cuando los aspirantes llegaron a 11.000.
El director de la Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara, Mario Rovere, explicó a Télam que «el fenómeno tiene dos aristas: una demanda anual que el año pasado no fue satisfecha, por lo que se esperaba el doble de personas inscriptas, pero fue casi el triple».
«Por otro lado, creemos que no solamente en la Escuela de Gobierno en Salud, sino en otras instituciones educativas la pandemia despertó en las generaciones jóvenes nuevas vocaciones para trabajar en salud», analizó.
Lina María Ottenheimer, licenciada en enfermería y docente de las prácticas de la tecnicatura, coincidió con el funcionario y atribuyó el aumento del número de inscripciones a la carrera «a la pandemia, que visibilizó la importancia que tiene la enfermería en el sistema de salud».
En esa línea, Julieta Luna Romay, una joven de 24 años que se anotó para estudiar enfermería, contó a Télam que eligió la carrera «porque tiene que ver mucho con el paciente y con el otro» y reconoció que lejos de sentir miedo por la posibilidad de tener que realizar las prácticas en un contexto de pandemia, la idea le da «más emoción».
«Me da emoción saber que estudiar enfermería no es solamente vacunar, hay otras cosas y otras ramas que van evolucionando y cambiando», apuntó y precisó que siente nervios y alegría por comenzar a estudiar y que espera «progresar como persona, como ser humano».
La provincia de Buenos Aires cuenta con 87 sedes de enseñanza de enfermería en sus 12 regiones sanitarias, una carrera que dura tres años con una formación teórico y práctica.
Las prácticas abarcan todos los niveles de atención, lo que incluye el primer nivel en la comunidad con prevención y promoción, en el ámbito hospitalario con diagnóstico y tratamiento y el tercer nivel con rehabilitación para reincorporar al individuo a la sociedad.
Desde el Gobierno precisaron que anualmente se necesitan 3.000 profesionales de enfermería, por lo que evaluaron que es una «excelente noticia» la cantidad de aspirantes para trabajar en lo que el ministro de Salud del distrito, Daniel Gollan, denomina «la primera línea de batalla del sistema de salud».
Rovere evaluó que «el coronavirus visibilizó la relevancia que tiene la enfermería en el sistema de salud» y sostuvo que su rol «es tan central que la nueva organización hospitalaria que se basa en la atención o cuidado progresivo del paciente pone como el elemento central para definir los niveles de atención de los cuidados progresivos la cantidad de horas de enfermería que tiene cada cama».
«Es decir, cuando un servicio pasa de cuidados intermedios a cuidados intensivos es porque tiene más horas de enfermería por cama, para atender las necesidades de la persona», detalló.
Asimismo, planteó que «la enfermería fue nuevamente en la provincia, en Argentina y en el mundo la profesión que llevó la carga más fuerte en todo lo que es la estructura de cuidados».
«Está presente en todos los niveles de atención y de cuidado» durante la actual crisis epidemiológica: organización de hisopados, organización y supervisión de la vacunación en terreno, hisopado en instituciones en geriátricos, guardia en consultorio externo, internación en sala y cuidados intensivos.
En ese sentido, Ottenheimer opinó que la enfermería «es la voz fundamental de cualquier proceso salud-enfermedad: en la prevención, en el tratamiento y la rehabilitación del sujeto».
«La pandemia evidenció que la forma ideal de trabajo es en equipo y que, si bien se necesita un infectólogo, un farmacéutico que cree las vacunas, un médico que las indique, es imprescindible el rol que cumple la enfermería en la administración de esa vacuna, como también la gente de limpieza que desinfecta», añadió.
La profesional manifestó que «el trabajo es en equipo e interdisciplinario» y agregó que tanto en el ámbito hospitalario como en la internación de quienes padecieron Covid-19 «el acompañamiento de los profesionales de la enfermería fue crucial, en lo físico, en lo familiar y en lo emocional».