Algo más de 34 millones de argentinos irán mañana a las urnas para elegir a los candidatos a diputados y senadores que competirán en noviembre, en unas inéditas primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) que se realizarán bajo protocolo sanitario por la pandemia de coronavirus y que constituirán una primera prueba electoral para las fuerzas políticas y sus estrategias de campaña con la mirada puesta en los comicios parlamentarios de noviembre.
Será la sexta vez que la ciudadanía organice el diagrama electoral en unas PASO: la tercera para candidaturas parlamentarias y la primera en un contexto global de emergencia por el impacto de la Covid-19, que llevó a un acuerdo político entre el Gobierno y las provincias para postergar la fecha original y llegar así al 12 de septiembre con algo más del 51% de la población mayor de 18 años con su esquema de vacunación completo.
Los resultados de la votación de mañana serán entonces el filtro ordenador de la disputa electoral de noviembre, cuando quedará definida la correlación de fuerzas en el Parlamento nacional para el segundo tramo de la gestión del presidente Alberto Fernández, con la renovación de 127 bancas de la Cámara de Diputados y 24 del Senado.
El nuevo período legislativo será clave para el acompañamiento de las políticas que impulse el Ejecutivo, en su plan de reactivación del país tras los estragos causados por el coronavirus y, al mismo tiempo, para la principal fuerza opositora, Juntos por el Cambio (JxC), que busca reordenar su equilibrio interno y dirimir las disputas por liderazgos hacia las aspiraciones presidenciales del 2023 que quedaron expuestas durante la campaña.
Los resultados de las PASO darán un primer indicio sobre la valoración de la ciudadanía hacia las fuerzas que compiten y la atención estará puesta tanto en las dos coaliciones mayoritarias, la gobernante Frente de Todos (FdT) y la opositora JxC, como en lo que suceda en los cuatro distritos con mayor peso electoral: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y CABA.
La campaña, que los partidos y alianzas cerraron entre el miércoles y el jueves pasado, tuvo poco margen para la discusión de propuestas, a partir del uso simplificador que hicieron los medios y las redes sociales de las posturas de los precandidatos, algo que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner marcó en su discurso de cierre de las actividades proselitistas: «El debate está achatado por ellos mismos porque si se pone en debate lo que hay que debatir no va ninguno» de los precandidatos opositores, dijo.
Con el objetivo clave de captar votos en los casi 13 millones de votantes que tiene la provincia de Buenos Aires, la de mayor peso electoral del país, la campaña se polarizó entre el FdT, que apeló a renovar la confianza de la ciudadanía en la salida de la pandemia y la reactivación económica, y JxC, que eligió un discurso crítico hacia el manejo sanitario de la pandemia, mientras contenía puertas adentro la puja ascendente por el liderazgo del espacio.
De hecho, en el cierre de campaña porteño, el expresidente Mauricio Macri ocupó una butaca lateral y sólo subió al escenario al final del acto, pero no fue parte de la larga lista de oradores, entre los que sí estuvo la titular del PRO, Patricia Bullrich, representante del ala más dura de la alianza opositora.
Con todo, en su discurso, la exgobernadora y ahora precandidata porteña, María Eugenia Vidal, reivindicó la gestión de Cambiemos liderada por Macri, que tampoco participó de la última actividad de campaña en la provincia de Buenos Aires.
«Marcamos un rumbo en lo que creímos y el rumbo era correcto», dijo Vidal en el acto, donde tanto Bullrich como el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, parecieron acusar recibo del crecimiento en la escena política de los libertarios Javier Milei y José Luis Espert, quienes disputan parte del electorado de JxC.
«La campaña no terminó, todavía hay gente indecisa, que no sabe si va a ir a votar. Gente que en las PASO prueba con algún partido minoritario, que claramente no es el camino para frenar al kirchnerismo. Apoyando iniciativas individuales no vamos a ningún lado», reflexionó Rodríguez Larreta.
En cambio, todos los mensajes del oficialismo coincidieron en contraponer el «futuro», que representa la gestión de un Gobierno que 99 días después de asumir -como señaló el Presidente- debió redireccionar sus políticas hacia la contención de la pandemia y a revertir las marcas del «pasado» de la gestión de Cambiemos, como, entre otros indicadores, la deuda adquirida con el FMI de 44 mil millones de dólares, la más grande en la historia de la Argentina.
«Hay dos modelos de país: uno que piensa en ustedes y otro que piensa en ellos. Por favor, voten por ustedes, por el pueblo, por los argentinos, por los enfermeros, por las maestras y por cada trabajador», exclamó el Presidente el miércoles último durante el cierre de la campaña bonaerense del FdT.
El jueves pasado, también, en un acto final antes de las PASO, Fernández y Cristina Kirchner hicieron una fuerte defensa de la «dignidad del trabajo» y de su valor como «inversión social», a la vez que pidieron «dejar de confrontar en la necedad» y discutir la «construcción» de la Argentina en la pospandemia.
«El trabajo es lo que más dignifica, cómo no íbamos a cuidar el trabajo, el trabajo se asocia al capital, es una inversión social, no es un costo», advirtió el Presidente y contrastó así la posición del FdT con la de JxC, que anunció, con Rodríguez Larreta como vocero, una propuesta para eliminar las indemnizaciones por despidos laborales.
De igual manera, Cristina recordó el esfuerzo económico del Gobierno durante la pandemia, con la aplicación de los ATP para garantizar que no hubiera despidos en el tiempo en que los ciudadanos tenían restringidas sus actividades e ironizó: «Si querés eliminar las indemnizaciones para que los empresarios ganen más, decilo; hay que debatir en serio».
El desafío del Frente de Todos (FdT) pasa por encaminarse a engrosar su bloque en la Cámara de Diputados (pone en juego 52 del total de 120) para tener quórum propio y, así, la potestad de habilitar los debates de temas estratégicos para el Gobierno en el recinto, sin depender del apoyo de bancadas provinciales aliadas.
Diputados renovará en diciembre 127 bancas (de las 257 totales), de las cuales el 48% pertenece a JxC, (arriesga 60 escaños); el 41% al FdT y los bloques intermedios arriesgan 15 lugares.
La competencia por las plazas del Senado, en tanto, estará marcada por la aspiración del oficialismo a retener el quórum propio en el recambio de las plazas que se juegan este año, las de Corrientes, Santa Fe, Córdoba, Chubut, Mendoza, La Pampa, Catamarca y Tucumán.
En cambio, para mantener su actual presencia parlamentaria, JxC debe repetir en noviembre los números de la elección de 2017, favorables para el entonces macrismo y motorizados por triunfos en CABA y en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza y Córdoba, con peso electoral gravitante.
La coalición de PRO, UCR, Coalición Cívica y Frente Cívico y Social catamarqueño, que en la Cámara baja encabeza el radical Mario Negri, pone en juego en estas elecciones legislativas 60 de sus 115 bancas.
En el Senado, en tanto, JxC procurará ganar terreno en una Cámara hasta ahora dominada por el oficialismo y el interbloque dirigido por Luis Naidenoff apostará a renovar nueve bancas, incluida la del fallecido aliado Carlos Reutemann.
Además de lo que ocurra en la provincia de Buenos Aires, será clave para el reparto de espacios en noviembre cómo votarán los casi 3 millones de cordobeses, los 2,7 millones de santafesinos y los 2,5 millones de porteños, que en conjunto superan la mitad del total de electores del país.
Por primera vez con un protocolo sanitario, que incluye medidas de prevención y organizativas e incorpora la figura de 17 mil facilitadores sanitarios, se dispusieron 101.457 mesas para sufragar en todo el país, a partir de la decisión de la Cámara Nacional Electoral (CNE) de aumentar el número de centros de votación, con la idea de evitar aglomeración de personas.
En este contexto, las primarias de mañana traen consigo una doble coincidencia: se cumplen dos años del triunfo del FdT en las PASO del 2019 y de la conferencia de prensa que ofreció Macri al día siguiente, el 12 de agosto de ese año, luego de que la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner le sacara 15 puntos de ventaja a la que él encabezó con Miguel Angel Pichetto.
Después de esas palabras del entonces presidente Macri la Argentina debió enfrentar 48 horas marcadas por la agudización de las sacudidas del mercado que ya venían produciéndose en los últimos meses de su gestión, con una suba estrepitosa del dólar y la crecida de 350 puntos del riesgo país en una hora.