El Gobierno que encabeza el presidente Alberto Fernández cumplirá el próximo viernes 10 de diciembre dos años de gestión mientras encara el desafío de consolidar una recuperación económica que conjugue crecimiento e inclusión social, por lo que será clave el acuerdo que se logre con el FMI respecto a los 44.000 millones de la deuda récord que contrajo la administración de Cambiemos.
Tras los 21 meses de pandemia que alteraron el proyecto original y con las elecciones legislativas consumadas, el Ejecutivo llega a su segundo aniversario con la expectativa puesta en que todos los sectores de la producción sostengan y profundicen su reactivación y creen puestos de trabajo, para lo cual apuesta a la capacidad del Estado para hacer sinergia.
Sin dudas, el pulso actual de un Gobierno signado por la irrupción del coronavirus en sus dos primeros años lo definió el propio Alberto Fernández en la noche de los comicios legislativos del 14 de noviembre, jornada en la que el Frente de Todos completó una indiscutible remontada en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más poblado y que reúne el 37% del padrón.
Esa noche, Fernández presentó el nuevo horizonte del Ejecutivo, que unos días después retomaría en el acto que encabezó en la Plaza de Mayo por el Día de la Militancia, al plantear un mensaje que renovaba objetivos y, en simultáneo, responsabilidades y esperanzas: «Hoy comienza la segunda etapa de la gestión».
Las ilusiones se sostienen en el objetivo de dar una vuelta de página, pero sin descuidar el aspecto sanitario tras la aparición de la variante Ómicron, y se basan en datos duros que reflejan una reactivación que contrasta con la reciente contracción económica de otros países de la región, como en el último trimestre en Brasil.
La consigna que circula en el Gobierno, en cualquier caso, es apuntalar el crecimiento para generar divisas y exportaciones -necesarias para el repago de la deuda- pero al mismo tiempo hacer todo lo que se pueda para que la suba de la actividad se refleje en mayor bienestar para la gente.
Así lo reitera cada jueves en su habitual conferencia de prensa la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, quien inicia la ronda de consultas con un repaso de los índices económicos que generan optimismo en la coalición gubernamental, donde a pesar de seguir atentos en la campaña vacunatoria y la tercera dosis la expectativa está puesta en recuperar el sentido de la plataforma electoral del FdT en 2019.
En materia económica, uno de los logros de estos dos años fue la renegociación de la deuda externa con acreedores privados que el Ejecutivo pudo concluir en agosto de 2020.
En esa oportunidad, para subrayar lo que se había alcanzado, el Jefe de Estado resaltó: «Sepan que el 10 de diciembre (de 2019) cuando llegamos, la Argentina debía pagar entre 2020 y 2025 48.000 millones de dólares. Eran las obligaciones que Argentina había asumido. Hoy no existen, quedaron postergadas para más adelante».
«Eso son recursos que vamos a poder destinar al desarrollo, a la producción y a hacer ese país más equilibrado y más federal», valoró entonces Fernández.
Aquella reestructuración de deuda bajo ley internacional, con acreedores privados y por una cifra total de 68.000 millones de dólares, fue considerada la segunda mayor de la historia tras la experiencia de Grecia en 2012.
Tras acordar ese canje de deuda, a la administración del FdT le resta encontrar alguna alternativa con el FMI para refinanciar los 44 mil millones de dólares que el organismo le prestó a la gestión de Macri sin cumplir sus propias reglamentaciones.
Sobre las tratativas con el Fondo, el propio Fernández dijo en la XXVII Conferencia Industrial de la UIA que el Ejecutivo negocia «a paso seguro y con el pulso firme» y apunta a «lograr un acuerdo que nos permita refinanciar los abultadísimos vencimientos de deuda para los próximos tres años a los que se había comprometido el gobierno de Mauricio Macri».
«Afrontaremos las deudas que otros generaron, pero ese acuerdo no será a costa del desarrollo del país ni en base a ningún programa de ajuste», remarcó.
En ese mismo evento, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, afirmó que «la economía argentina se está recuperando más rápido de lo que se esperaba» y que ya alcanzó «niveles pre-Covid», en buena parte debido al desempeño del sector manufacturero, con récords de actividad en muchas de sus ramas.
En retrospectiva, tras los malos resultados en las PASO, la carta de la Vicepresidenta y los cambios en el Gabinete, la elección del 14 de noviembre marcó una recuperación que recortó casi hasta un empate técnico la diferencia en el distrito más poblado del país, aunque a nivel nacional el FdT quedó a ocho puntos de JxC.
A partir de entonces, el oficialismo volvió a mostrar presencia masiva en las calles -un factor que la pandemia había obturado en 2020 y el primer tramo de 2021- con participación de los sectores políticos, sindicales y sociales que lo componen en las movilizaciones del 17 de octubre y del 17 de noviembre, y para la negociación con el FMI recibió el acompañamiento de cámaras de empresarios industriales.
En un contexto de una buena situación epidemiológica, el aval de la suba de la actividad y la preocupación puesta en combatir la inflación, el segundo aniversario del Gobierno coincidirá con el viaje de funcionarios del Ministerio de Economía y del BCRA a Washington para reunirse con el staff del FMI, con la supervisión desde Buenos Aires del titular del Palacio de Hacienda, Martín Guzmán.
Con el 80 por ciento de las personas mayores de 18 años vacunadas con esquema completo y mientras se avanza con tercera dosis y vacunación de niños, la Casa Rosada planea una agenda parlamentaria para 2022 que apunta a consolidar la actividad productiva y que deberá conducir el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
Por último, la revisión de los dos años muestran una gestión que inevitablemente quedará en la historia porque a solo tres meses de asumir tuvo reconfigurar su hoja de ruta y postergar aspectos centrales del plan de gobierno para afrontar los efectos sanitarios, sociales y económicos de un hecho sin precedentes.
A pesar de las circunstancias extraordinarias, el FdT tiene en el haber algunas medidas de reparación y otorgamiento de derechos, como la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, la ley de cupo trans, el documento no binario y la ley de etiquetado frontal, entre otras.