Una de las imágenes más características del Sol son las espículas, unos chorros de plasma que salen disparados desde su superficie, y que le dan al astro rey la impresión de que resplandece. Ahora, un grupo de científicos ha encontrado la razón de ser de estas espículas, que se forman por la interacción entre los campos magnéticos del Sol y el gas parcialmente ionizado de su atmósfera.
El trabajo ha sido publicado en la revista Science y, además de resolver este misterio, que llevaba más de un siglo sin resolverse, podría contribuir a explicar el curioso hecho de por qué la superficie del Sol –denominada también corona- está mucho más caliente que sus capas internas.
Miles de espículas solares son lanzadas cada día al espacio a una velocidad de 100 kilómetros por segundo desde la superficie del Sol, un fenómeno cuyo origen era, hasta la fecha, desconocido. Ahora, los científicos saben que estos chorros de plasma se producen «por una cadena de eventos», que parece tener su clave en las partículas neutras. Según ha explicado el autor principal del estudio, el español Juan Martínez-Sykora, en declaraciones para la agencia Sinc: «Lo que detona el proceso es la ‘liberación’ de la tensión del campo magnético en la parte baja de la atmósfera solar (la cromosfera), una tensión que se genera en las proximidades de la superficie del Sol por los movimientos aleatorios de ebullición».
Estas partículas neutras, que no tienen carga, «facilitarían que el campo magnético que contiene esta tensión atravesase la superficie solar». Además, la interacción de partículas neutras y partículas con carga también ayudaría a la liberación de esta tensión, «como si de un látigo se tratase», en palabras del investigador.
Los científicos se dieron cuenta de que los campos magnéticos podían moverse con mayor facilidad entre partículas neutras, que existen en las regiones ‘más frías’ del Sol.
El modelo del que han partido los científicos para entender los movimientos de flujo del Sol se denomina dinámica del plasma. El plasma es un gas muy caliente y parcialmente ionizado que fluye a lo largo de los campos magnéticos. Inspirándose en la propia ionosfera de la Tierra, los científicos se dieron cuenta de que los campos magnéticos podían moverse con mayor facilidad entre partículas neutras, sin carga. En palabras de Martínez-Sykora: «normalmente, los campos magnéticos están fuertemente asociados a partículas cargadas. Si solo considerábamos estas últimas, esos campos se atascaban y no podía despegar de la superficie. En cambio, cuando añadimos las partículas neutras, los campos magnéticos se mueven con mayor libertad».
Las partículas neutras, por tanto, permitirían la flotabilidad que los nudos magnéticos necesitan para atravesar el plasma hirviendo y alcanzar la superficie del Sol.