Cada vez nos encontramos más cerca de convertirnos en lectores de mentes, sobre todo después de la investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Carnegie Mellon (EE. UU.) en la que han identificado algunos de los complejos patrones cerebrales que son responsables de la formación de oraciones en nuestras cabezas. Los expertos han conseguido predecir los pensamientos con un 87% de precisión.
Nos introducimos en el campo de la inteligencia artificial. Los expertos diseñaron un algoritmo con la capacidad de leer una mente humana gracias a las señales neuronales que emite nuestro cerebro. En concreto, pusieron a la IA a recolectar información de una máquina de resonancia magnética funcional o fMRI. Así, con el algoritmo adecuado, pudo detectar patrones de activación del cerebro y la manera en la que estos se activan al crear pensamientos complejos.
Esta IA puede ver una resonancia magnética y saber qué estaba pensando el paciente
Así, con solo mirar una resonancia magnética, la inteligencia artificial predijo con un 87% de precisión en qué estaban pensando los 7 participantes del experimento. El algoritmo que obra el ‘milagro’ trabaja con un alfabeto de 42 conceptos diferentes, entre ellos, el tamaño, la ubicación, los colores, las acciones y otros elementos que conforman pensamientos complejos. Como ejemplo, una de las frases que dilucidó la IA fue «el testigo gritó durante el juicio», involucrando tanto un sujeto, un escenario y una acción.
Aunque aún no es posible que la IA desentrañe en qué estás pensando ahora mismo -al menos todavía-, sí que es capaz de descifrar el tipo de pensamiento que está teniendo el usuario basado en el escaneo cerebral.
«Uno de los grandes avances del cerebro humano fue la capacidad de combinar conceptos individuales en pensamientos complejos, esto es, no pensar solo en ‘plátanos’, sino en algo como ‘me gusta comer plátanos por la noche con mis amigos'», comenta Marcel Just, líder del trabajo.
Identificar los bloques de construcción de un pensamiento en el cerebro es algo que no se había hecho antes, y los investigadores exponen que estos bloques parecen ser iguales, independientemente de la lengua materna o la cultura de la persona involucrada. «Este avance hace posible por primera vez descodificar pensamientos que contienen varios conceptos», dice Just.
Por si esto fuera poco, el sistema también podía funcionar a la inversa: recibir una oración y crear una imagen correcta de cómo se hubiera activado el cerebro humano para formarla.