La metástasis es la principal causa de muerte por cáncer. Encontrar una forma de detenerla salvaría muchísimas vidas.
La metástasis es el proceso por el que el cáncer se propaga por todo el cuerpo y, durante ese proceso, las células cancerosas pueden invadir tejido sano cercano, penetrar en las paredes de los ganglios linfáticos o entrar en los vasos sanguíneos circundantes. Hasta ahora, los tratamientos actuales contra la metástasis han sido del todo ineficaces. Sin embargo, una nueva investigación llevada a cabo por investigadores del Georgia Tech’s School de Atlanta (EE. UU.) parece haber encontrado la manera de frenar, e incluso detener, la propagación de las células cancerosas. Los hallazgos han sido publicados en la revista PNAS.
Lo que permite que las células cancerosas se propaguen por los órganos aledaños es un conjunto de protrusiones que las ayudan a moverse. Estas protrusiones, concretamente filopodia, una extensión de un conjunto de fibras llamadas lamellipodia, unas diminutas ‘piernas’, son las que ayudan a las células sanas a moverse dentro del tejido. Pero con las células cancerosas se producen en exceso.
Por ello, los científicos decidieron cortar -con éxito- estas protrusiones utilizando una técnica especial: usaron nanobastones hechos de nanopartículas de oro para obstruir estas minúsculas piernas. Los nanobastones fueron cubiertos con un revestimiento de moléculas, llamadas péptidos RGD, que los hicieron adherirse a un tipo específico de proteína llamada integrina.
«Los nanorods dirigidos ataron la integrina y bloquearon sus funciones, así que no podían seguir guiando el citoesqueleto -la estructura soporte de una célula- para sobreproducir lamellipodia y filopodia,» explica Yan Tang, coautor del trabajo.
Los experimentos en laboratorio revelaron que la simple unión de los nanobastones a la integrina retrasó la migración de las células cancerosas evitando, eso sí, las células sanas, por lo que este método podría ser capaz de destruir las células cancerosas y no afectar a los pacientes, tal y como actualmente sí hacen los tratamientos de quimioterapia.
Pero esto no fue todo. En una segunda etapa del experimento, los científicos calentaron las nanopartículas de oro con un láser de luz infrarroja cercana, que acabó no solo deteniendo la migración de las células malignas sino aniquilando gran parte de las células cancerosas.
«La luz no fue absorbida por las células, pero los nanobastones de oro la absorbieron, y como resultado, se calentaron y parcialmente derritieron las células cancerosas con las que estaban conectadas», aclara Moustafa Ali, coautor del trabajo.
Los autores están convencidos de que esta técnica podría ser ajustada para matar las células malignas y poder tratar «cánceres de cabeza, cuello, mama y piel con inyecciones directas locales de nanobastones combinadas con el láser de infrarrojo cercano de bajo consumo», acabando con los tumores.