Actualmente, aunque mucho más sencillo que antes, ser mujer emprendedora todavía es un camino bastante complicado. Existen muchos factores que hacen que al final la mujer lo tenga muy complicado si quiere dedicarse a una carrera profesional como emprendedora de un negocio propio. A continuación, te contamos los factores que influyen en la dificultad de emprender siendo mujer.
Razones externas y sociales por las que a las mujeres les cuesta más emprender
La realidad es que hoy en día es muy difícil emprender para cualquier género, pero la mujer en concreto encuentra una serie de problemas relacionados con su condición, que imposibilitan si cabe todavía más la aventura empresarial.
Uno de los factores externos más complejos a la hora de emprender son las convenciones sociales, todavía existen muchos negocios encabezados por hombres y en los que las mujeres no son estimadas con el mismo prestigio que lo hacen los hombres, por lo que es mucho más difícil intentar encabezar una de estas industrias o incluso ocupar un cargo directivo de responsabilidad por cuenta ajena.
Sectores como la comercialización de productos químicos, la construcción, las grandes empresas de automoción y venta de repuestos para vehículos o incluso determinados nichos de la restauración no son precisamente un objetivo fácil para la mujer que quiere emprender.
Por norma general, esta desconfianza de algunos sectores hacia el papel directivo de la mujer hace que aquellas que deciden abordar la esperanza de conseguir administrar por su propia cuenta una de estas empresas tenga que demostrar una fuerza de voluntad y aportar un esfuerzo en muchas ocasiones, desmedido para alcanzar sus objetivos.
Razones internas y culturales por las que a las mujeres les cuesta más emprender
A nivel interno, muchas mujeres se sienten inseguras asumiendo un papel dominante en la sociedad como consecuencia a la lacra cultural de los micro-machismos.
Motivos como la doble jornada que efectúan muchas de las mujeres que tienen que trabajar y además encargarse de las labores de la casa, porque actualmente hoy todavía existe un gran desequilibrio en la adopción de tareas en casa de forma equitativa, o la discriminación positiva a favor de los hombres en cuanto a salario percibido o a tanto porcentual de ocupación en los puestos de trabajo de las empresas, hace que esta inseguridad, en lugar de mermar vaya totalmente en aumento.
Con todo esto, y en una sociedad en la que se presume que el papel de la mujer está totalmente igualado, aún es actividad habitual despedir a una mujer por estar embarazada o pagarle menos que a un hombre por el mismo trabajo.
Mujeres emprendedoras
Las capacidades para poder emprender un negocio, no radican en una cuestión de género. Independientemente de éste, tanto mujeres como hombres que sean valientes, perseverantes y muestren pasión por luchar por aquello que ansían, pueden alcanzar un sillón en el salón del éxito empresarial.