Ante lo que considera una «crisis climática», el papa Francisco pide en una nueva exhortación publicada hoy «reconfigurar el multilateralismo» y una integración «desde abajo» para presionar a «los factores de poder» en búsqueda de soluciones a la situación ambiental global.
«No es conveniente confundir el multilateralismo con una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder», sostiene el pontífice en «Laudate Deum» (alaben a Dios), la exhortación apostólica con la que busca continuar el legado de su encíclica de 2015 Laudato si’ en materia de lo que denomina como «crisis climática» actual.
Para Francisco, en ese marco, «más que salvar el viejo multilateralismo, parece que el desafío actual está en reconfigurarlo y recrearlo teniendo en cuenta la nueva situación mundial».
En el escrito dirigido «a todos los hombres y mujeres de buena voluntad»; el Papa sostiene que «a mediano plazo, la globalización favorece intercambios culturales espontáneos, mayor conocimiento mutuo y caminos de integración de las poblaciones que terminen provocando un multilateralismo ‘desde abajo’ y no simplemente decidido por las élites del poder».
Así, «las exigencias que brotan desde abajo en todo el mundo, donde luchadores de los más diversos países se ayudan y se acompañan, pueden terminar presionando a los factores de poder» por lo que «es de esperar que esto ocurra con respecto a la crisis climática».
La reflexión sobre una nueva gobernanza global, si bien convoca a las movilizaciones populares, no involucra esta vez a pedidos concretos de reformas de los organismos internacionales, como sí había hecho, por ejemplo, en su encíclica de 2020 Fratelli tutti.
Para el Papa, igualmente, «no se trata de reemplazar a la política, porque por otro lado las potencias emergentes se vuelven cada vez más relevantes y de hecho son capaces de obtener resultados importantes en la resolución de problemas concretos, como algunas de ellas han demostrado en la pandemia».
En un escrito en el que repasa datos y posturas sobre los efectos concretos del cambio climático, a nivel internacional Francisco pide «un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones, porque el establecido varias décadas atrás no es suficiente ni parece eficaz».
El reclamo de Bergoglio se enfoca así en «una suerte de mayor ‘democratización’ en el ámbito global para que se expresen e incorporen las variadas situaciones».
«Ya no nos servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos», advierte, a la vez que convoca a «establecer reglas globales y eficientes que permitan asegurar esta tutela mundial» de los derechos de las personas y el ambiente.
En la exhortación, en la que vuelve a inspirarse para el título en san Francisco de Asís, como ya había hecho en Laudato si´ y en Fratelli tutti, el Papa reitera sus críticas a la denominada «meritocracia».
«Una cosa es un sano planteo sobre el valor del esfuerzo, el desarrollo de las propias capacidades y un loable espíritu de iniciativa, pero si no se busca una real igualdad de oportunidades esto se convierte fácilmente en una pantalla que consolida más aún los privilegios de unos pocos con mayor poder», argumenta en esa dirección antes de preguntarse: «¿Qué les importa el daño a la casa común si ellos se sienten seguros bajo la supuesta armadura de los recursos económicos que han conseguido con su capacidad y con su esfuerzo?».