Fuente: Viajes National Gepgeaphic
Se ha dicho que leer libros es surrealistas: miras fijamente «rebanadas» de árboles durante horas y abres las puertas de la imaginación. Por eso los bibliófilos son un grupo extraño. Pasan horas solos, huyendo del mundo y sumergiéndose en otro. La variedad de sus universos es tan ilimitada como el conocimiento humano. ¿Y qué une a estas almas solitarias? Las bibliotecas.
Quizá no haya ninguna institución en la sociedad que sea tan prometedora como las bibliotecas. Para los monjes antiguos, las bibliotecas eran el repositorio del conocimiento sagrado. Para los primeros científicos, posibilitaron los avances técnicos y las curas médicas. El surgimiento de la biblioteca pública moderna representa la mayor aspiración para la sociedad civil, es decir, que la gente quiera leer, educarse y ampliar sus horizontes activamente.
Pero la sociedad civil suele sufrir amenazas y, por lo tanto, también las sufren nuestras bibliotecas. Como repositorios de teología y cultura, las bibliotecas han sido objeto de ataques, muchas veces en sentido literal. Guerras e incendios han asediado bibliotecas, como la famosa biblioteca de Alejandría, pero también hay otras menos conocidas como la del monasterio de Strahov de Praga, que quedó destruida por un incendio y sufrió siglos de invasiones.
Pero los peligros a los que se enfrentan las bibliotecas no son siempre tan extremos. El problema cotidiano de proteger antigüedades de los estragos del tiempo o de plagas (humanas y animales) es una gran preocupación. La Biblioteca Girolamini, en Nápoles, sufrió a manos de una red criminal que la saqueó sistemáticamente en 2012. Sin embargo, con la ayuda de libreros y bibliófilos de todo el mundo, se ha logrado recuperar la gran mayoría de los libros robados.
Los bibliotecarios, encargados de proteger nuestro patrimonio cultural, son héroes anónimos en primera línea de defensa. Pero en Portugal, los bibliotecarios cuentan con un aliado insólito: murciélagos. Las colonias de murciélagos mantienen a raya a los insectos devoradores de libros en lugares como la Biblioteca Joanina de Coimbra y la Biblioteca Municipal de Mafra.
Además del valor inherente de los libros, las propias bibliotecas suelen inspirar admiración y maravilla. Esto quizá se ilustra mejor en la arquitectura. Algunos de los mayores arquitectos de la historia han construido bibliotecas, como la de Santa Genoveva, precursora de Henri Labrouste de la biblioteca moderna, o la Biblioteca Pública de Seattle, una maravilla contemporánea diseñada por Rem Koolhaas.
En estas fotos, analizamos las bibliotecas más asombrosas y hermosas del mundo. Estas maravillas —como la de San Emerano, famosa en la Alta Edad Media por la fabricación de libros o las colecciones privadas de antiguos nobles que ahora están abiertas al público— podrían inspirarte a explorar nuevos mundos.
El Real Gabinete Português de Leitura, en Río de Janeiro (Brasil), es un ejemplo de arquitectura neomanuelina, un renacimiento del suntuoso estilo gótico tardío portugués. Además de la riqueza del interior, la fachada de piedra caliza representa a exploradores portugueses como Vasco da Gama. La entrada es gratuita y se permite sacar fotos.
FOTOGRAFÍA DE MASSIMO LISTRI
La Benediktinerabtei Metten Bibliothek, considerada una de las bibliotecas más hermosas del mundo, se encuentra en Baviera (Alemania) , dentro de una abadía benedictina. Está abierta a excursiones y la colección contiene 150 000 volúmenes sobre teología, historia y filosofía.
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La biblioteca Girolamini, en Nápoles (Italia), data del siglo XVI y es célebre por haber sido saqueada metódicamente por una red criminal. Aproximadamente el 80 por ciento de los libros robados se han recuperado gracias a la ayuda de libreros anticuarios y coleccionistas.
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El primer diccionario del español y textos raros previos a la conquista española forman parte de la colección de 25 000 volúmenes de la biblioteca de la basílica y convento de San Francisco. Se encuentra en el centro de Lima, Perú (lugar Patrimonio de la Humanidad de la Unesco) y puede visitarse en un tour guiado de media hora que incluye la basílica, el monasterio, el convento y las catacumbas.
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La biblioteca de San Emerano, ubicada en una abadía benedictina fundada en 739 en Ratisbona (Alemania), fue creada justo antes del año 1000. En la Alta Edad Media, su scriptorium se convirtió en un famoso centro de elaboración de libros e ilustración, y empezó a prestar libros para que los copiaran bibliotecas cercanas. Puede visitarse la abadía en el tour guiado del Palais Thurn und Taxis.
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La biblioteca Angelica, la primera biblioteca pública de Roma (Italia), empezó a coleccionar sus 200 000 volúmenes a finales del siglo XIII, hasta que los puso a disposición del público 300 años después. La colección incluye una de las primeras copias de La Divina Comedia de Dante Alighieri y el primer volumen de De Oratore, de Cicerón. La biblioteca está abierta al público de lunes a viernes, a excepción de dos semanas en agosto.
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En 1840, Charles Babbage trajo su máquina analítica —el primer ordenador— a la Academia de la Ciencia de Turín (Italia). Su biblioteca y archivo histórico contienen dos siglos de cartas, códices, manuscritos y patentes industriales de académicos asociados a la institución.
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Los mapas y documentos sobre la colonización española del Nuevo Mundo se encuentran en el Archivo General de Indias de Sevilla. El Archivo, fundado en 1785, fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco poco menos de dos siglos después. Los visitantes pueden acceder a la colección permanente, ver mapas y cartas, y recorrer exposiciones temporales de forma gratuita.
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La Biblioteca Central Nacional, fundada en 1933 y trasladada en varias ocasiones dentro de China continental hasta que se estableció en Taipei (Taiwán), pone sus salas de lectura a disposición de sus socios. Entre sus posesiones se incluye la Colección de Libros Raros, que alberga una de las mejores selecciones de manuscritos chinos históricos.
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El Archivo Nacional de Austria, en Viena, fue un ala privada de la residencia imperial de los Habsburgo. Ahora es la mayor biblioteca barroca de Europa, abierta a diario entre junio y diciembre.
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El Palazzo Altieri, ahora ocupado por un banco, fue el hogar de la familia Altieri, una prominente familia noble romana de la que formaba parte el papa Clemente X. Cuando Clemente X fue elegido en 1670, convirtió el último piso del palacio en una biblioteca, que sigue siendo una de las más majestuosas de Roma.
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Tras la colina de Petřín y el castillo de Praga (República Checa) se eleva el monasterio y biblioteca de Strahov. El monasterio, fundado en 1143, ha resistido a incendios y guerras y permanece operativo hoy en día. El Salón Teológico es la parte más antigua de la biblioteca, fundada en 1671, y el Salón Filosófico se añadió en 1794. El techo está decorado con frescos bíblicos, por lo que la biblioteca es asombrosa en varios sentidos: el arte es demasiado frágil para que los visitantes la admiren, debido a los posibles daños por el aliento húmedo.
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La biblioteca de Santa Genoveva, construida por el arquitecto Henri Labrouste en París (Francia), se considera fundamental para la aparición de las bibliotecas modernas. La biblioteca, una institución pública universitaria, está abierta de las 10 de la mañana a las 10 de la noche de lunes a sábado.
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La Accademia Nazionale dei Lincei e Corsinian tiene un nombre doble por el origen de su colección. Cuando el estado italiano estableció una nueva sede para la Accademia Nazionale dei Lincei, la biblioteca original Corsiniana cedió su colección a la academia. La biblioteca está abierta al público y ofrece visitas guiadas.
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El Palacio Nacional de Mafra (Portugal) fue en su día un convento real. Su biblioteca, finalizada en 1730, contiene más de 35 000 volúmenes de cuero acumulados por encargo real. En 1745, el papa concedió a la biblioteca un permiso especial para albergar los denominados «libros prohibidos». La biblioteca solo está abierta a investigadores y académicos con «justificación» y cita previa.
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La biblioteca Teresiana (Mantua, Italia), abierta al público en 1780, aún opera como biblioteca pública. Los visitantes deben saber que la biblioteca histórica está dentro del edificio, solo hay que preguntar al personal cómo entrar.
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El duque de Aumale era un bibliófilo apasionado y erigió su biblioteca en Chantilly (Francia). Su colección privada de 60 000 volúmenes incluye importantes obras de arte medieval, manuscritos que datan del siglo XI y el Rey de los Manuscritos, que tiene fama de ser el más preciado y hermoso del mundo. Los visitantes pueden acceder a las versiones digitales de forma gratuita.
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En 2012, un incendio se desató en una de las galerías más antiguas de la biblioteca Palatina (Parma, Italia). Por suerte, se salvó la mayor parte de su impresionante colección. Entre sus 708 000 obras, la biblioteca cuenta con una de las colecciones judías más antiguas del mundo y cartas originales de Galileo, Maquiavelo, Martín Lutero y Guiseppe Verdi.
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La biblioteca Joanina de Coimbra (Portugal), de estilo barroco, alberga 70 000 volúmenes y una colonia de murciélagos. Estas criaturas insectívoras han colaborado y mantenido la colección sin plagas desde al menos el siglo XIX. Por su parte, los bibliotecarios ponen de su parte para alojarlos. Para verlos, intenta visitar la biblioteca justo antes de la hora de cierre en una tarde lluviosa.
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La biblioteca del archivo de la abadía de Kremsmünster, en Austria, alberga una gran cantidad de incunables (libros impresos antes del año 1501), y el Codex Millenarius, un libro del siglo VIII que contiene los cuatro Evangelios. Hay visitas en inglés que recorren la sala imperial, la cámara del tesoro, el famoso cáliz Tassilo y la biblioteca. Las visitas deben reservarse con antelación.
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La biblioteca del Trinity College, fundada en 1592 en Dublín (Irlanada), recibe casi un millón de visitas al año. La principal atracción es un famoso texto medieval, el Libro de Kells, dentro de la Sala Larga donde se almacenan los 200 000 volúmenes más antiguos de la biblioteca. Los visitantes pueden entrar a diario.
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La biblioteca Civica, fundada en 1688 en Fermo (Italia), alberga principalmente textos médicos y científicos cedidos por el médico Romolo Spezioli. La biblioteca, que se encuentra en la Sala del Mappamondo, ha estado abierta al público desde su creación y puede visitarse cuando se visita el museo.
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En la colección de más de 180 000 obras de la biblioteca Codrington de Oxford (Reino Unido) figuran manuscritos que datan del siglo XI y memorabilia de Lawrence de Arabia. La biblioteca está cerrada al público y se abre por solicitud a académicos bona fide y los alumnos de Oxford.
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Gente trabajando en la sala de lectura principal de la Librería del Congreso de Estados Unidos en Washington D.C. La Librería del Congreso tiene 170 millones de artículos, convirtiéndola en la imagen ideal para una historia sobre el papel publicada en marzo de 1997.