Julian Assange llegó el miércoles a un territorio estadounidense en el Pacífico occidental donde firmó un acuerdo de culpabilidad con el gobierno de Estados Unidos que lo liberó definitivamente de la odisea judicial que soportó durante 12 años, informó el sitio informativo Wikileaks.
El activista partió en la noche del lunes del aeropuerto Stansted de Londres y luego de hacer escala en Bangkok llegó el miércoles a Saipan, la capital de las Islas Marianas del Norte, una comunidad estadounidense en el Pacífico occidental para comparecer ante el tribunal.
Assange logró salir de Londres luego de llegar a un acuerdo de culpabilidad con el gobierno de Estados Unidos, confirmó a Somos Télam Aitor Martínez, abogado del activista australiano.
El escritor Santiago O’Donnell, integrante de un grupo argentino por la libertad de Assange, aseguró también en diálogo con Somos Télam que el periodista debía hacer una declaración de culpabilidad previa a su arribo a su tierra natal, Australia.
Assange —quien ya pasó cinco años encerrado en una prisión británica— reconoció ante los jueces de las Islas Marianas del Norte un único delito por conspiración para obtener y difundir información de defensa nacional.
Tras la celebración de la audiencia, el periodista de 52 años se dirigirá hacia Canberra, informó la plataforma WikiLeaks en redes sociales, recogió la agencia de noticias Sputnik.
«Salida prevista en 2 horas, 58 minutos. A Canberra, Australia», precisó la organización fundada en 2006 y desde la cual se revelaron cientos de documentos clasificados del Gobierno de EEUU.
La audiencia se celebró en Saipan debido a la oposición de Assange a viajar al territorio continental de Estados Unidos y la proximidad del tribunal a su país de origen, dijeron los fiscales, citó AP en su portal público de noticias.
La declaración de culpabilidad puso fin abruptamente a un caso penal de intriga internacional y a la persecución de más de una década por parte del gobierno de Estados Unidos de un editor cuyo popular sitio web para compartir secretos lo convirtió en una causa célebre entre muchos defensores de la libertad de prensa.
Assange siempre se defendió afirmando que había actuado como periodista para exponer las irregularidades militares estadounidenses, pero los investigadores aseguraron repetidamente que sus acciones violaron leyes destinadas a proteger información confidencial y pusieron en riesgo la seguridad nacional estadounidense.
Stella Assange, abogada y esposa del australiano, con quien se casó en 2022 en prisión, le dijo a la cadena BBC desde Australia que durante las últimas 72 horas se había dudado sobre si el acuerdo se llevaría a cabo, pero que se sentía “eufórica” con la noticia, y aclaró que los detalles se harían públicos una vez que el juez lo aprobara.
«Será un hombre libre», dijo, y agregó que el vuelo le estaba costando a Assange 500.000 dólares, por lo que prevén iniciar una campaña de recaudación de fondos para ayudar a pagarlo.
Kristinn Hrafnsson, editora en jefe de WikiLeaks, dijo que el acuerdo para Assange se produjo después de la creciente participación en el caso del primer ministro australiano, Anthony Albanese.
“Este es el resultado de un proceso muy, muy largo que lleva ya algún tiempo. Ha sido una batalla dura, pero ahora la atención se centra en que Julian se reúna con su familia”, dijo Hrafnsson.
Assange ha sido aclamado por muchos en todo el mundo como un héroe que sacó a la luz las irregularidades militares de Washington en Irak y Afganistán. Entre los archivos publicados por WikiLeaks se encontraba un video de un ataque con helicóptero Apache en 2007 por parte de las fuerzas estadounidenses en Bagdad que mató a 11 personas, incluidos dos periodistas de la agencia de noticias Reuters.
La denuncia en su contra del Departamento de Justicia, revelada recién en 2019, acusó a Assange de alentar y ayudar a la analista de inteligencia del ejército estadounidense Chelsea Manning a robar cables diplomáticos y archivos militares que WikiLeaks publicó en 2010. Los fiscales habían acusado a Assange de dañar la seguridad nacional al publicar documentos que perjudicaban a Estados Unidos y sus aliados y ayudó a sus adversarios.
El caso fue criticado por defensores de la prensa y partidarios de Assange. Los fiscales federales lo defendieron porque apuntaba a una conducta que iba mucho más allá de la de un periodista recopilando información, lo que equivalía a un intento de solicitar, robar y publicar indiscriminadamente documentos gubernamentales clasificados.
El acuerdo de culpabilidad se produce meses después de que el presidente Joe Biden dijera que estaba considerando una solicitud de Australia para abandonar el intento de Estados Unidos de procesar a Assange. La Casa Blanca no participó en la decisión de resolver el caso de Assange, según un funcionario de la Casa Blanca que habló bajo condición de anonimato.
La familia y los partidarios de Assange han dicho que su salud física y mental se ha visto afectada durante más de una década de batallas legales.
Assange se refugió en la embajada de Ecuador en Londres en 2012 y se le concedió asilo político después de que los tribunales de Inglaterra dictaminaran que debía ser extraditado a Suecia como parte de una investigación por violación en el país escandinavo. Fue arrestado por la policía británica después de que el gobierno de Ecuador le retirara su estatus de asilo en 2019 y luego encarcelado por saltarse la libertad bajo fianza cuando se refugió por primera vez dentro de la embajada.
Aunque Suecia finalmente abandonó su investigación de delitos sexuales porque había transcurrido mucho tiempo, Assange permaneció en la prisión de alta seguridad de Belmarsh en Londres durante la batalla de extradición con Estados Unidos.
La liberación de Assange fue celebrada por líderes mundiales, entre quienes se encuentran el presidente colombiano, Gustavo Petro; el saliente mexicano Andrés López Obrador y su sucesora Claudia Sheinbaum, el cubano Miguel Díaz-Canel, el venezolano Nicolás Maduro y el líder laborista británico Jeremy Corbyn.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa, quien le dio a Assange asilo político en la embajada en Londres, se sumó hoy a la euforia en diálogo con la cadena Rusia Today (RT) al considerar que “hoy el mundo es un poco menos injusto”, aunque señaló que “esto nunca debió haber ocurrido: le robaron 12 años a un periodista por decir la verdad”.
Cronología de una odisea judicial
La vuelta a casa que Julián Assange inició hoy luego de declarar ante un juez estadounidense en las Islas Marianas, en el Pacífico Sur, es el punto final de un largo camino que comenzó en julio de 2010, cuando la página de WikiLeaks filtró a varios periódicos información de unos 91.000 documentos sobre la guerra en Afganistán.
Un mes después, y ya sintiendo la presión de Washington por las primeras filtraciones, Assange quiso obtener un permiso de trabajo y residencia en Suecia, pero se lo negaron al investigarlo por una doble denuncia de violación y abuso, lo que lo obligó a huir de Estocolmo.
Los últimos meses de 2010 acapararon la atención mundial porque el sitio siguió difundiendo decenas de documentos diplomáticos sobre Irak, y el 7 diciembre Assange no tuvo más remedio que entregarse a Scotland Yard en Londres y quedar en prisión preventiva.
En los primeros días de 2011 obtuvo la libertad bajo fianza y un juez británico aprobó su extradición a Suecia, que recurrió en el inicio de un largo laberinto de presentaciones y apelaciones que lo llevó en junio de 2012 a refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres.
Después de varias idas y venidas, la justicia sueca dio por cerrada la causa contra Assange por acoso sexual y coerción, y en 2017 el activista recibió la nacionalidad ecuatoriana, que sin embargo no le sirvió para evitar ser detenido en 2019, cuando en Quito ya no gobernaba Rafael Correa, sino su sucesor Lenin Moreno.
El 11 de abril de 2019 Assange fue detenido por la policía británica, y pocos días después lo condenaron a 50 semanas de prisión por violar la libertad condicional mientras se iniciaba la causa en el Reino Unido para su entrega a EEUU, que rápidamente presentó en su contra 18 cargos de espionaje y publicación de documentos altamente clasificados.
En 2020 se inició el trámite para su extradición a EEUU en un tribunal del sureste de Londres que entre fallos de distintas instancias se extendería por cuatro años.
El 20 de mayo último, cuando el periodista ya cumplía cinco años preso, el Tribunal Superior de Londres le dio una nueva oportunidad de recurrir la extradición, pero esta última decisión quedó sin efecto por el acuerdo alcanzado en las últimas horas, que le permitió a Assange acceder a la ansiada libertad.