La izquierda ha obtenido la mayoría relativa en Francia con todos los escaños ya asignados, y tendrá casi una treintena de diputados más que el macronismo y medio centenar más que la ultraderecha de Marine Le Pen.

La coalición Nuevo Frente Popular (NFP), que engloba entre otros al Partido Socialista y a La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, logró en total 182 diputados, a los que se suman 13 independientes de izquierda.

El macronismo, que en el cómputo final ha mejorado también mucho los pronósticos de los sondeos para estas elecciones, cae solo hasta la segunda posición en la Asamblea Nacional, con 168 legisladores.

Personas reaccionan a los resultados de las elecciones legislativas francesas, este 7 de julio de 2024, en París (Francia). EFE/Yoan Valat
Personas reaccionan a los resultados de las elecciones legislativas francesas, este 7 de julio de 2024, en París (Francia). EFE/Yoan Valat

La otra cara de la moneda es la formación de extrema derecha Agrupación Nacional (RN, siglas en francés), que partía como favorita -e incluso acariciaba la posibilidad de una mayoría absoluta tras su victoria en la primera vuelta del 30 de junio-, pero tendrá que conformarse con la tercera posición, al sumar junto a sus aliados 143 escaños.

El grupo conservador Los Republicanos se quedará con 45 diputados y otros candidatos independientes de derechas harán lo mismo con otra quincena de asientos de la Cámara baja.

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Las elecciones en Francia contra los pronósticos

Con este imprevisto mapa político, la Asamblea Nacional queda enormemente dividida y sin mayorías claras (la mayoría absoluta es de 289 diputados), por lo que la gobernabilidad de Francia entra en una fase muy incierta, especialmente en un país sin tradición de coaliciones ni alianzas.

La atribución de nombrar un nuevo primer ministro corresponde al presidente de la República, Emmanuel Macron, y los principales dirigentes del NFP, como Mélenchon y el secretario general socialista Olivier Faure, ya han reclamado que esa atribución sea para alguien de la coalición de izquierdas.

Por su parte el actual primer ministro, el macronista Gabriel Attal, ha anunciado ya que este lunes presentará su dimisión al presidente.

Una jornada con una alta participación

Con una participación muy alta, en torno al 67 %, la mayor en varias décadas, muchos franceses parecen haberse movilizado para frenar la llegada al poder de la ultraderecha tras su triunfo en la primera vuelta del 30 de junio.

El imprevisto vuelco que supusieron las proyecciones para estas elecciones de Francia fue recibido con una explosión de alegría en la simbólica Plaza de la República por miles de simpatizantes de la izquierda que se habían congregado en su lugar habitual de concentración.

El líder de LFI, el volcánico Jean Luc Mélenchon, se apresuró a exigir al presidente, Emmanuel Macron, que nombre un primer ministro de la alianza de izquierdas.

Mélenchon afirmó que el Nuevo Frente Popular “tiene que aplicar su programa y solo su programa”, y rechazó entrar en negociaciones con la coalición de Macron.

Varias personas reaccionan ante los resultados de las elecciones legislativas, en Marsella, sur de Francia, el 7 de julio de 2024. EFE/EPA/Teresa Suarez

Otras opiniones de las elecciones legislativas en Francia

Más prudente fue el expresidente socialista François Hollande, quien fue elegido diputado tras volver a la política activa en estas elecciones, y que reconoció que, sin mayoría absoluta, la izquierda debe mostrar “responsabilidad” para aplicar su programa y pacificar el país tras la fractura de la campaña.

En el campo presidencial, el primer ministro, Gabriel Attal, anunció que mañana presentará a Macron su dimisión, pero se abrió a dirigir un Gobierno provisional debido a la “situación política sin precedentes” y a que Francia inaugura en menos de tres semanas los Juegos Olímpicos de París.

Fuentes del Elíseo avanzaron que Macron, que este lunes viaja a Washington para participar en la cumbre de la OTAN, va a tomarse tiempo hasta que se instaure la nueva Asamblea Nacional “para tomar las decisiones necesarias”, es decir para decidir sobre el Gobierno que se pueda constituir.

Y añadieron que Macron, cuando tenga que decidir, como “garante de las instituciones, velará para que se respete la decisión soberana de los franceses”.

Muy distinto era el ambiente en la noche electoral del RN, donde su presidente y aspirante a primer ministro, Jordan Bardella, afirmó con gesto adusto las “alianzas contra natura” que, en forma de renuncias de candidatos de otros partidos a participar en la segunda vuelta, han perjudicado a su formación.

Le Pen: hoy fue “una victoria en diferido”

La líder del partido, Marine Le Pen, no habló a los militantes pero en algunas entrevistas aseguró que lo de hoy fue “una victoria en diferido” ya que la progresión de su partido sienta los cimientos de un triunfo que ve como inexorable.

“La marea ha subido, no lo suficiente esta vez, pero sigue subiendo. Ha sido una victoria en diferido”, afirmó.

Los resultados llegaron después de que el RN ganara holgadamente la primera vuelta del 30 de junio, con un 33,3 % de los votos y era el favorito unánime para la segunda ronda, aunque sin mayoría absoluta, en todas las proyecciones demoscópicas.

“Es la mayor sorpresa electoral de nuestra historia”, resumió el politólogo Alain Duhamel en el canal BFM.

En algunas ciudades del país las manifestaciones para celebrar la victoria de la izquierda terminaron en enfrentamientos con las fuerzas del orden, como en Lyon, Rennes, Lille y Nantes, donde se habían prohibido, lo que provocó intervenciones policiales para desalojarlas con gases lacrimógenos.