Roma se erige sobre sus siete colinas como un collage confeccionado con retazos de historia, vestigios imperiales, plazoletas con iglesias barrocas y trattorias encantadoras. El patrimonio artístico de la capital de Italia es tan abundante que no queda restringido a los museos, sino que aparece en plazas y calles del centro, integrado en la vida cotidiana de sus habitantes.
Fuente: Viajes National Geographic
A pesar de ello, su visita siempre reserva nuevos atractivos de arte y gastronomía para disfrutar en segundas y terceras visitas. Y es que en Roma es posible tomarse un café junto a un templo de 2000 años o curiosear escaparates con la última moda.
Coliseo
El Anfiteatro Flavio, conocido como Coliseo por la colosal estatua de bronce de Nerón que hay en las cercanías, deslumbra desde hace casi 2000 años en el centro arqueológico de la ciudad. Impulsado en el 70 d.C. por el emperador Vespasiano donde se ubicaba el estanque de la Domus áurea de Nerón, entre las colinas Palatino, Esquilino y Celio, es el anfiteatro más grande del mundo. Se culminó diez años más tarde, ya bajo el imperio de Tito, hijo de Vespasiano, con una inauguración que se celebró con 100 días de juegos.
Dedicado a los combates, juegos entre gladiadores, simulacros de caza y combates navales, mide 189 metros de largo 156 de ancho y tiene una altura de 48. En total, son 24.000 m2 que albergaban hasta 50.000 espectadores. Bajo la arena, que medía 76 metros por 46, los sótanos contaban con trampillas levantadas por montecargas. En 438, la prohibición de los juegos gladiatorios por Valentiniano III marcó el inicio del declive del anfiteatro. Durante la Edad Media y el Renacimiento se utilizó como cantera de materiales, utilizados incluso para la construcción de la Basílica de San Pedro. También sirvió como alojamiento para animales y lugar para talleres artesanales y viviendas.
Coliseo y Foro Romano
- Dirección y accesoPiazza del Colosseo, 1, 00184 Roma RM, Italia
- Horarios31 de marzo – 30 de septiembre. Abierto todos los días de 8.30h a 19.15h (última entrada 18.30h)
1 de octubre – 29 de octubre. Abierto todos los días de 8.30h a 18.30h
25 de diciembre y 1 de enero de 12h a 18h
27 de octubre – 30 de marzo. Abierto todos los días de 8.30h a 16.30h. Cerrado el 1 de enero, el 1 de mayo y el 25 de diciembre. - Precio de entradaEntrada general 18€.
Foro romano
A finales del siglo VII a.C., el foro romano empezó a erigirse donde antes había un área pantanosa. Primero se construyeron los edificios dedicados a la actividad política, religiosa y comercial. Después fue el turno de las basílicas civiles. Los diferentes emperadores agregaron monumentos como los templos de Vespasiano y Tito y el de Antonino Pío y Faustina, erigidos en honor a los emperadores divinizados, o el Arco de Septimio Severo, levantado en el año 203 d.C. para conmemorar sus triunfos sobre los partos en el extremo occidental del Foro.
En el siglo IV d.C., el emperador Majencio hizo construir el templo dedicado a la memoria de su hijo Rómulo y la imponente Basílica en la colina de la Velia. El último monumento construido en el Foro fue la Columna, erigida en el 608 d. C., en honor al emperador bizantino Focas. Tras un período de decadencia en el que fue usado como lugar de pastoreo, algunos monumentos sobrevivieron al ser convertidas en iglesias. Con la unificación de Italia (1859-1870), se llevaron a cabo los primeros trabajos sistemáticos de excavación en la zona.
Fontana di Trevi
La Piazza di Trevi, en el barrio del Quirinal, es otro enclave ineludible en toda visita a Roma. Está dominada por la famosa Fontana, un magnífico conjunto escultórico barroco creado en el siglo XVIII donde sobresalen de la roca las esculturas del dios Océano y dos tritones. En este rincón, inmortalizado por películas clásicas como La Dolce Vita (1960), todo visitante cumple con la tradición de arrojar una moneda para regresar a Roma, o dos si lo que se desea es encontrar el amor. En un lateral vale la pena acercarse a la llamada Galería Sciarra, un pasaje peatonal de la Vía Minghetti, que es un ejemplo de arquitectura urbana y artes decorativas del siglo XIX.
Panteón de roma
El imponente Panteón aparece de forma inesperada en una pequeña plaza encajada entre el laberinto de calles del centro romano. Este edificio circular, con un óculo en la cúspide de su cúpula, fue erigido como «templo de todos los dioses» por el emperador Adriano entre los años 118 y 125 d.C. Posteriormente fue consagrado en el año 609 como iglesia de Santa María de los Mártires por el emperador bizantino Flavio Focas. En la actualidad alberga los mausoleos de los reyes de la Italia moderna Vittorio Emanuele II, Umberto I y su esposa Margarita de Saboya, y también la tumba de Rafael, del que este año de conmemoran los 500 años de su muerte.
La técnica arquitectónica empleada para levantar el Panteón de Agripa sigue hoy sorprendiendo y ha sido tema de numerosos estudios. La cúpula es una maravilla realizada con cemento y piedra porosa, sin armazón de acero, que se construyó sobre un molde de madera. El óculo, con 9 metros de diámetro, es la única abertura del edificio –además de la entrada– y deja penetrar la luz y el agua de la lluvia. El pavimento de mármol aún preserva el diseño romano y tiene 22 orificios apenas visibles que filtran el agua de lluvia que entra a través del óculo.
Información práctica
Panteón de Agripa
- Dirección y accesoPiazza della Rotonda, 00186 Roma RM, Italia
- HorariosDe lunes a sábado de 9h a 19.30h. Domingo de 9h a 18h. Última entrada: 15 minutos antes del cierreCerrado el 25 de diciembre y el 1 de enero
- Precio de entradaEntrada gratuita
Plaza Navona
Su forma alargada delata la antigua condición de arena de un estadio del Imperio romano. En época medieval acogía el mercado diario y entre los siglos XVI y XVII fue embellecida con las tres fuentes monumentales de Neptuno, de los Cuatro Ríos y del Moro. La actual Piazza Navona fue configurada en la década de 1640. El papa Inocencio X, de la familia Pamphili, eligió el lugar para construir su nueva residencia familiar, un proyecto que incluía una imponente fuente y una iglesia. El resultado fue el Palazzo Pamphili, terminado en 1650, y la iglesia de Sant’Agnese in Agone, concluida una década más tarde. Ambas obras son fruto del talento de Girolamo Rainaldi, su hijo Carlo y Francesco Borromini.
Las fuentes barrocas de la plaza cuentan también con un capítulo en la legendaria rivalidad entre Bernini y Borromini. Borromini perdió el encargo de diseñar la fuente central, la Fontana dei Quattro Fiumi (Fuente de los Cuatro Ríos), porque su competidor Bernini logró ganarse el favor de Donna Olimpia, la cuñada del papa. La Fontana del Moro fue realizada por Giacomo della Porta con una figura central de Bernini, mientras que en el extremo norte se encuentra la Fontana di Nettuno (Fuente de Neptuno), en la que el dios del mar lucha contra criaturas marinas, rodeado de nereidas, las ninfas del océano.
El Vaticano
El Vaticano, el estado más pequeño del mundo, reúne dos mil años de historia y arte. En menos de un kilómetro cuadrado, su capital, Ciudad del Vaticano, contiene algunas de las joyas y piezas de arte y arquitectura más valiosas que se conocen. Residencia de los pontífices católicos, es un inmenso museo además de un lugar de peregrinación. El paseo completo puede durar más de un día, pues engloba la Basílica de San Pedro y sus grutas, los Museos Vaticanos incluyendo la Capilla Sixtina y los desconocidos Jardines Vaticanos. San Pedro, la mayor iglesia de la cristiandad, se asienta sobre la colina Vaticana. La grandeza que se vislumbra al aproximarnos por la Via della Conzilliazione se confirma cuando se entra en la plaza, en cuyo centro se erige el Obelisco que el emperador Calígula trajo de Egipto en el siglo I. Alrededor, una imponente columnata creada por Gian Lorenzo Bernini, abraza la plaza de San Pedro del Vaticano.
Basílica de San Pedro
Ansioso por apoyar la creciente religión cristiana y quizás para ganar su favor, el emperador Constantino mandó construir la primera iglesia de San Pedro. Consagrada por el papa Silvestre I el 18 de noviembre de 326, la iglesia contaba con un espacioso atrio y una decoración elaborada. Sin embargo, cuando los papas regresaron de Aviñón en 1377, se encontraron con que la antigua iglesia estaba en peligro de derrumbe, y decidieron preferir el Vaticano al viejo Palazzo Lateranense.
Exactamente 1300 años después, el 18 de noviembre de 1626, se inauguró una nueva iglesia de San Pedro. Poco después de iniciar su pontificado, Julio II encargó a Bramante la construcción de una nueva iglesia, y en 1506 se colocó la primera piedra. No obstante, pasaron 120 años para que se completara esta monumental edificación, construida sobre la tumba de san Pedro y reconocida a nivel mundial.
Una vez dentro de la basílica, la imagen que se contempla abruma por su grandeza y riqueza decorativa. Enseguida todos los ojos se dirigen a la derecha, hacia la emotiva escultura La Piedad de Miguel Ángel, protegida tras una mampara de cristal después de un ataque vandálico en 1976.
Lo siguiente es acercarse por la nave central hasta el Altar Mayor que, según la tradición, fue erigido sobre la tumba de san Pedro. Allí se alza el baldaquino que Bernini cubrió con láminas de bronce del Panteón de Roma y, tras él, en el ábside, la Cathedra Petri, un púlpito-relicario del mismo autor. Por debajo se abren las Grutas Vaticanas, una necrópolis con tumbas papales y reales que requieren un permiso de visita.
Información práctica
Basílica de San Pedro
- Dirección y accesoPiazza San Pietro, 00120 Città del Vaticano, Ciudad del Vaticano
- HorariosAbierto todos los días de 7h a 19.10h
- Precio de entradaGratuito
Capilla sixtina
Diseñada por Giovanni di Dolce durante el papado de Sixto IV (1471-1484), esta capilla fue concebida como la capilla privada de los pontífices y ha servido durante siglos como la sala de los cónclaves papales. El suelo presenta un delicado diseño de opus alexandrinum, mientras que un tabique, esculpido por Mino da Fiesole, Andrea Bregno y Giovanni Dalmata, divide la capilla en dos secciones.
La capilla es célebre por los frescos que adornan sus muros y techo, considerados por muchos como el epítome del Renacimiento o incluso del arte universal. Las paredes mayores fueron decoradas entre 1481 y 1483 por los más destacados pintores renacentistas, como Pinturicchio, Botticelli, el Perugino, Ghirlandaio, Rosselli y Signorelli, todos ellos toscanos o umbros, reflejo del traslado del epicentro cultural del Renacimiento de Florencia a Roma. El techo, pintado por Miguel Ángel entre 1508 y 1512, y el Juicio Final, completado veinte años después, entre 1534 y 1541, añaden a la majestuosidad del conjunto.
En el lado izquierdo, comenzando desde el Juicio Final, se representan escenas del Antiguo Testamento, incluyendo La zarza ardiente y Moisés matando a los egipcios (ambas de Botticelli), el Castigo de Korah, Dathan y Abiram (Botticelli), y Los últimos días de Moisés, de Signorelli.
Las escenas a la derecha ilustran episodios del Nuevo Testamento, entre los que se encuentran el Bautismo de Jesús (posiblemente de Pinturicchio o el Perugino), la Tentación de Cristo (Botticelli), la Llamada de Pedro y Andrés (Domenico Ghirlandaio) y Jesús entregando las llaves a Pedro (el Perugino). En la pared opuesta al Juicio Final, se encuentran la Resurrección de Ghirlandaio y el San Miguel de Salviati, que fueron retocados en épocas posteriores.
Museos Vaticanos y Capilla Sixtina
- Dirección y accesoPiazza del Colosseo, 1, 00184 Roma RM, Italia
- HorariosDe lunes a sábado de 8h a 19h (último acceso a las 17h)
A partir del 1 de marzo, los viernes y los sábados apertura ampliada hasta las 20h (último acceso 18h) - Precio de entradaEntrada general, 20€. Entrada reducida, 8€ (niños de 7 a 18 años, estudiantes hasta 25 años).
Castillo de Sant’angelo
Durante una plaga que asolaba la población romana, el papa Gregorio I decidió invocar la ayuda divina. Mientras lideraba una procesión, observó al arcángel Miguel envainando su espada sobre la tumba de Adriano, lo que interpretó como una señal de que los tiempos difíciles estaban por terminar. En ese lugar, hizo erigir una estatua del Arcángel. En la Edad Media, el castillo de Sant’Angelo fue testigo de numerosos conflictos entre el papado y los nobles que disputaban el control de la ciudad. Durante el célebre Saco de Roma en 1527, el papa Clemente VII se refugió en el castillo, probablemente a través del pasadizo secreto (il passetto) abierto en la muralla Leonina en 1277.
En el vestíbulo del castillo se encuentra una maqueta que ilustra la estructura original. La escalera Cordonata de Alejandro VI atraviesa el castillo en diagonal y conduce al patio Cortile dell’Angelo, cruzando el puente levadizo que da acceso a la cámara donde se conservaban los restos del emperador Adriano. En el piso superior, se pueden visitar varias estancias notables: la Sala di Apollo, con su elegante decoración mural; la Sala di Giustizia, que en tiempos antiguos sirvió como tribunal y presenta el fresco del Ángel de la Justicia de Perin del Vaga sobre una puerta; el Cortile del Teatro o del Pozzo dell’Olio, conocido por el manantial que brota de él; y el baño de Clemente VII, adornado con frescos de Giulio Romano. Escaleras arriba, destacan la Loggia de Julio II, que ofrece vistas al Ponte Sant’Angelo, ampliado en el siglo XIX aunque de origen romano; los aposentos papales; la biblioteca; y la Camera del Tesoro, que albergó los archivos secretos del Vaticano hasta 1870. Una estrecha escalera de caracol excavada en la muralla romana lleva a la terraza superior.
Información práctica
Castillo de Sant’Angelo
- Dirección y accesoLungotevere Castello, 50, 00193 Roma RM, Italia
- HorariosDe martes a domingo, de 9h a 19.30h (última entrada a las 18.30h).Cerrado lel 25 de diciembre y el 1 de enero.
- Precio de entradaEntrada general, 16€. Reducida, 2€ (ciudadanos de la UE entre 18 y 25 años).
Campo dei Fiori
También merece un paseo el encantador Campo dei Fiori, un pequeño espacio que desde 1869 acoge cada mañana un mercado al aire libre, y un buen inicio de cualquier jornada en Roma; de noche el protagonismo se lo llevan las trattorias cercanas con su suculenta oferta de platos típicos.
Villa Borghese
Una larga escalinata comunica la Piazza del Popolo con el monte Pinzio, la colina sobre la que se extiende la hermosa Villa Borghese (siglo XVII) con sus jardines, una de las zonas verdes favoritas de los romanos. La visita al conjunto, que también incluye las villas Giulia y Medici, discurre por senderos con miradores que sorprenden con vistas sobre el Tíber y la otra orilla de Roma. El Ayuntamiento adquirió en el siglo XIX estas fincas con el fin de abrirlas al público: su inauguración fue en 1903.
Los jardines de la Villa Borghese ocupan 80 hectáreas y fueron diseñados al estilo inglés, de moda en la época de su creación, con frondosas arboledas que simulan una naturaleza silvestre, deliciosas rosaledas, estanques y lagos con embarcaderos y pequeños puentes, y románticas glorietas que se reflejan en el agua. En la villa principal se halla instalada la Galería Borghese, un museo cuyos fondos incluyen lienzos de Bellini, Rafael, Tiziano, Correggio y Caravaggio entre otros pintores.
En el ámbito escultórico, además de obras de Gian Lorenzo Bernini, la galería exhibe la delicada Venus Borghese, una escultura de Paulina Bonaparte Borghese, la hermana menor de Napoleón, que es una de sus piezas más famosas. Por su lado, la Villa Giulia alberga el Museo Nacional Etrusco mientras la Villa Medici, con otro jardín precioso, es la sede de la Academia Francesa en Roma.
Información práctica
Galería Borghese
- Dirección y accesoPiazzale Scipione Borghese, 5, 00197 Roma RM, Italia
- HorariosAbierto de martes a domingo de 9h a 19h. Última entrada a las 17.45 h.
- Precio de entradaEntrada general, 13€. Entrada reducida (18-25 años), 2€. Gratuito para menores de 18 años.
Trastevere
Al sur del Vaticano se extiende este encantador dédalo de calles y plazoletas que esconden palacios y jardines renacentistas, tiendas de artesanos y numerosos restaurantes de comida tradicional, uno de sus principales atractivos. La vida en este carismático barrio se concentra especialmente alrededor de la Piazza di Santa Maria in Trastevere, en la que se puede visitar la antiquísima basílica del mismo nombre.
Frente a ella hay una fuente que suele ser lugar de encuentro. Por la mañana, el mercado de San Cosimato y la misma plaza plasman el latido del barrio. El aperitivo se puede tomar en la Piazzale Garibaldi, en la colina del Gianicolo, para ver una perspectiva de Roma. En torno a Il Fontanone, una fuente de 1612, abundan los restaurantes y bares nocturnos. El paseo por las estrechas calles empedradas del Trastevere sorprende además con rincones menos conocidos que dan cobijo a modestas iglesias medievales o a la Spezieria de Santa Maria in Trastevere, una farmacia del siglo XVII en funcionamiento hasta 1978, que se puede visitar en el convento de Santa Maria della Scala.
Santa Maria Maggiore
Hay que acercarse hasta la colina Esquilina para visitar una de las cuatro basílicas papales de Roma. De entre ellas, Santa María la Mayor es la única que ha conservado la primitiva estructura cristiana. Enriquecida posteriormente, en la posee el primer belén inanimado de la historia, el Nacimiento de Arnolfo di Cambio. Entre finales del siglo XVI e inicios del XVII, Sixto V y Pablo V erigieron las dos grandes capillas laterales (Sixtina y Paolina), y el edificio a la derecha de la fachada. El arco triunfal está decorado con mosaicos con historias de la infancia de Jesús de la época de Sixto III.
Cada 5 de agosto, la iglesia conmemora el milagro de la nieve. Cuenta la leyenda que una rica pareja de patricios romanos, al no tener hijos, dedicaron una iglesia a la Virgen María, quien se les apareció en un sueño una noche en agosto de 352 d.C. y les indicó el lugar donde erigirla. El Papa Liberio también tuvo el mismo sueño y, al día siguiente, yendo al Esquilino, lo encontró cubierto de nieve. El Papa mismo trazó el perímetro del edificio y la iglesia fue construida a expensas de los dos cónyuges.
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Piazza del Popolo
Durante siglos, la región que se extiende desde el monte Pincio hasta el río Tíber había permanecido deshabitada, considerada por muchos como un lugar acechado por espíritus malignos debido a su vulnerabilidad en la defensa de la ciudad. La situación cambió con la construcción de Santa Maria del Popolo y las demás iglesias que rodean la Piazza del Popolo. Posteriormente, la apertura de la Via del Babuino, que atraviesa la Piazza di Spagna, transformó esta área en un destacado centro turístico y comercial.
Situada en el barrio conocido como Il Tridente, un nombre derivado del trazado urbanístico ideado en el siglo XVI por los papas de la época, entonces los dirigentes de la ciudad, la Piazza del Popolo es el punto de partida de tres importantes vías. La Via Ripetta se dirigía hacia el antiguo puerto fluvial; la Via del Babuino cruza la Piazza di Spagna y se extiende hasta la colina Quirinal, donde se encuentra la residencia papal; y la Via del Corso atraviesa el corazón de Roma, concluyendo en la Piazza Venezia.
Piazza Spagna
La Scalinata della Trinità dei Monti, diseñada por Francesco de Sanctis, se erigió alrededor de 1720 para reemplazar el antiguo camino que ascendía desde la plaza hasta la iglesia francesa de Trinità dei Monti. El coste de los 138 peldaños de travertino, que ascendió a 24.000 escudos, fue parcialmente cubierto por un diplomático francés del siglo XVII, con una contribución adicional del rey Luis XV. Un doble tramo de escaleras frontales lleva hasta este templo de dos campanarios, construido a lo largo del siglo XVI. En 1789, el papa Pío VI añadió al conjunto el Obelisco Salustiano de 14 metros.
Al pie de la Scalinata se encuentra la Fontana della Barcaccia, atribuida a Pietro Bernini (padre de Gian Lorenzo Bernini). Hacia 1620, el papa Urbano VIII la encargó a la familia Barberini, como se puede deducir por las abejas de piedra, el símbolo del linaje. Enfrente de la Escalinata, la Via Condotti, llamada así por los conductos subterráneos construidos por el papa Gregorio XIII (1572-1585) para abastecer el barrio de agua corriente, es ahora un centro comercial.