Maggie Smith, actriz inglesa de una extensa y formidable trayectoria ganadora de dos premios Oscar de la Academia de Cine de Hollywood y famosa para los públicos más jóvenes por sus papeles en la saga cinematográfica de «Harry Potter» y por la serie «Downton Abbey», falleció a los 89 años.
La noticia fue confirmada por sus hijos, los también actores Toby Stephens y Chris Larkin, a través de un comunicado replicado por medios internacionales: «Es con gran tristeza que tenemos que anunciar el fallecimiento de la Dama Maggie Smith. Falleció pacíficamente en el hospital temprano esta mañana, viernes 27 de septiembre. Una persona intensamente reservada, estuvo hasta el final con amigos y familiares. Deja dos hijos y cinco queridos nietos que están devastados por la pérdida de su extraordinaria madre y abuela».
«Queremos aprovechar esta oportunidad -prosiguió el mensaje- para agradecer a todo el equipo del Chelsea and Westminster Hospital por sus cuidados y bondad incondicional durante sus últimos días. Agradecemos todos sus amables mensajes y apoyo y les pedimos que respeten nuestra privacidad en este momento».
Smith adquirió un reconocimiento global en las últimas décadas por sus papeles como la estricta pero justa profesora Minerva McGonagall en la serie de películas de fantasía de «Harry Potter» y la irascible condesa Violet Crawley en «Downton Abbey», por la que se hizo acreedora de tres de sus cuatro premios Emmy.
Sin embargo, el elogio del público y la crítica la acompañaron desde su juventud. Especialmente el Oscar a Mejor actriz obtenido por el papel protagónico en «The Prime of Miss Jean Brodie» (1969) y, pocos años más tarde, la estatuilla de Mejor actriz de reparto por «California Suite» (1978).
A estos se sumaron otras cuatro nominaciones al Oscar con hasta cinco décadas de diferencia, que dan cuenta de la vigencia de la intérprete: «Otelo» (1965), «Viajes con mi tía» (1972), «Un amor en Florencia» (1985) y por «Gosford Park: Crimen de medianoche» (2001).
Nacida en 1934 en Ilford, Inglaterra, la carrera de Smith abarcó más de 50 películas, entre casi 90 créditos audiovisuales. Sus inicios sin embargo, y como ocurre con muchos consagrados británicos, estuvo en las tablas.
Debutó en 1952 en el teatro Oxford Playhouse, en el primer paso de una gran cantidad de piezas en el West End londinense y en el Broadway neoyorquino. El teatro fue un amor que mantuvo en paralelo con la gran pantalla hasta 2008, cuando la lucha contra un cáncer de mama la llevó a dejar de lado una tarea tan exigente.
La versatilidad de Smith le permitió tomar con igual facilidad y solvencia roles en un amplio espectro de géneros. Desde el drama, a la tragedia o la comedia, se puso en la piel tanto de mujeres comunes embarcadas en una anodina vida cotidiana hasta poderosas matriarcas.
Se casó dos veces. Con el actor Robert Stephens en 1967, con quien tuvo a sus hijos. Tras su divorcio en 1975, volvió a casarse con el dramaturgo Alan Beverly Cross, junto a quien estuvo hasta que falleciera, en 1998.
Entre sus muchos honores y premios, Smith fue nombrada Dama del Imperio Británico en 1990 por la Reina Isabel II.