El estudio es el mayor análisis realizado hasta la fecha sobre la relación entre soledad, depresión y deterioro cognitivo, según los investigadores.
La soledad en la mediana edad y la vejez aumenta el riesgo de demencia en un 31%, según un nuevo e importante análisis de casi 609.000 personas en todo el mundo.
No hay cura para la demencia, que afecta a unos 7,9 millones de personas en toda la Unión Europea. Pero los riesgos incluyen una combinación de factores genéticos y de estilo de vida, como la actividad física, el tabaquismo, el consumo de alcohol e incluso la calidad de nuestras relaciones sociales.
El nuevo estudio, publicado en la revista ‘Nature Mental Health’, descubrió que la soledad aumenta el riesgo de demencia por cualquier causa, enfermedad de Alzheimer y demencia vascular, que es un riesgo mayor para los adultos mayores con diabetes u obesidad.
También aumenta el riesgo de deterioro cognitivo -un problema más general que abarca la pérdida de memoria y los problemas para tomar decisiones, concentrarse o terminar actividades- en un 15%.
La soledad puede estar relacionada con un mayor riesgo de sufrir un ictus entre las personas mayores
Los resultados se mantuvieron incluso cuando los investigadores tuvieron en cuenta la depresión, el aislamiento social y otros posibles factores de riesgo.
Según Páraic Ó Súilleabháin, uno de los autores del estudio y profesor de psicología en la Universidad de Limerick (Irlanda), «la soledad es un factor de riesgo muy importante en el desarrollo futuro de la demencia».
La soledad es un problema complejo
Investigadores de Irlanda, Suiza, Francia, Estados Unidos y China combinaron datos de 21 estudios sobre envejecimiento realizados en todo el mundo, en lo que consideran el mayor metaanálisis realizado hasta la fecha sobre la relación entre soledad, demencia y deterioro cognitivo.
En la mayoría de los estudios se preguntó a las personas si se sentían solas al menos algunas veces, mientras que en unos pocos se evaluó también la intensidad de su soledad.
En toda la UE, el 35% de las personas dicen sentirse solas al menos algunas veces, con las tasas más altas en Irlanda, Luxemburgo, Bulgaria y Grecia.
«Hay distintos tipos y fuentes de soledad que pueden afectar a los síntomas cognitivos a lo largo de todo el proceso de la demencia», declaró en un comunicado Martina Luchetti, autora principal del estudio y profesora adjunta de la Universidad Estatal de Florida (EE.UU.).
Según Ó Súilleabháin, los resultados ayudan a entender por qué la soledad parece estar relacionada con la longevidad, es decir, con la esperanza de vida. Estudios anteriores han hallado un vínculo entre la soledad y problemas de salud como el ictus y la enfermedad de Parkinson.
Los autores del estudio afirman que, en el futuro, será importante investigar por qué las personas se sienten solas y el tipo de soledad que experimentan, con el fin de intervenir y frenar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia más adelante.