La capacidad de almacenamiento de información de un código QR hace que su uso sea muy práctico y brinde múltiples posibilidades en el ámbito público y privado. Hoy en día podemos ver los códigos QR en folletos, revistas, sitios web, supermercados, estaciones de servicio, museos y lugares históricos y menús de restaurantes. El código QR permite interactuar con el entorno a través del teléfono inteligente y, como medio de pago, resulta rápido y sencillo de usar.
El código QR es una de las tendencias en medios de pago sin contacto que ha evolucionado mucho como tecnología en los segmentos de la industria del retail, y se consolida y populariza cada vez más por las facilidades de uso, inmediatez y seguridad que brinda tanto al cliente como al comercio que lo implementa.
El código QR (Quick Response) es un código de respuesta rápida. Técnicamente es una matriz de puntos bidimensional de elementos complejos que actúa como enlace. Al escanearlo con la cámara del teléfono, se puede ver toda la información que contiene. Si bien en la tecnología sus usos se disparan en muchos campos, en la vida cotidiana es uno de los medios más elegidos para pagar las compras a través de las billeteras virtuales o las aplicaciones de los bancos guardadas en los teléfonos celulares, sin la necesidad de manipular dinero.
Esta modalidad se incrementó un 272% en el último año, impulsada por la accesibilidad de las billeteras virtuales y las promociones bancarias. Se trata de una metodología de pago disponible en comercios barriales de cercanía, supermercados y otros rubros, como tiendas de electrodomésticos, estaciones de servicio e incluso ventas directas al público en medios públicos como trenes y colectivos.
De manera puntual, tomando como ejemplo las ventas en los supermercados, en julio pasado -según el informe del Indec- las operaciones concretadas en efectivo a precios corrientes sumaron $290.297.118 millones, equivalentes al 18,3% del total.
Por su parte, las efectuadas mediante tarjeta de débito sumaron $461.854.129 millones, lo que representó el 29,1% de las ventas totales; mientras que las realizadas con tarjetas de crédito sumaron $688.819.423 millones, el 43,4% de las ventas totales.
En tanto, los pagos realizados con medios de pago -entre ellos el Código QR- fueron por $147.267.130 millones, lo que representó el 9,3% del total.
Si bien en términos porcentuales las ventas con código QR explican el menor volumen en montos, el dato relevante es que reflejaron -en julio pasado- un crecimiento del 375% respecto al mismo mes del año anterior, mientras las otras modalidades mostraron un crecimiento menor o igual a la evolución de la inflación en similar período.
«El desarrollo del QR en el país comenzó con Ualá en 2017 y fue reforzado por Mercado Pago. Sin embargo, el crecimiento más reciente se debe a las transferencias 3.0 y la interoperabilidad, que facilitan los pagos entre usuarios y comercios», afirmó el especialista en fintech y Director del Centro de Finanzas Alternativas UCA y PCMI, Ignacio Carballo.
Estas transferencias permiten realizar transferencias entre cuentas bancarias o billeteras electrónicas mediante códigos QR, sin necesidad de usar tarjetas, y la interoperabilidad habilita a escanear cualquier QR sin importar la entidad financiera.
El impacto de este avance tiene como protagonistas a los comercios de barrio donde, en julio de este año, los pagos con QR representaron el 20,4% de las ventas.
«Antes de la pandemia, el 70% de las ventas se hacían en efectivo. Hoy, el 80% se realiza con medios digitales, principalmente con códigos QR», dijo el titular de la Federación de Almaceneros bonaerense, Fernando Savore.
Además, la competencia entre bancos y plataformas por atraer clientes potenció el uso de esta tecnología, ofreciendo atractivos descuentos que influyen en las decisiones de compra.
«Nos hemos reunido con bancos y billeteras para negociar promociones porque creemos que los descuentos seducen más y los complementamos con nuestras propias ofertas», detallo Savore.
En tiendas de electrodomésticos, esta modalidad de pagos explica en la actualidad el 18,8% de las operaciones, mientras que en los supermercados representan cerca del 10%.
En el sector de combustibles, Axion -uno de los actores importantes del rubro- registró un aumento en el uso de QR, donde pasaron a explicar el 13,5% de los pagos en 2023 al 23,52% en lo que va de 2024.
«Este avance no solo facilita las transacciones en los distintos rubros sino también mejora la seguridad al reducir el manejo de efectivo y los riesgos asociados», explicó Savore.
En Fiserv, empresa proveedora de tecnología financiera, señalaron que en Argentina el código QR no reemplaza el uso de tarjetas, sino que las complementa, brindando más flexibilidad a los consumidores.
«La idea de una sociedad sin efectivo, que parecía lejana, es hoy una realidad en crecimiento, con un notable aumento de transacciones digitales tanto en tiendas físicas como en ecommerce, complementando a las tarjetas», dijo el vicepresidente de Fiserv para Latinoamérica Sur, Fernando Dionisi.
El pago con QR también permitió a sectores con menor acceso a servicios bancarios integrarse en el sistema financiero ya que, actualmente dos de cada tres argentinos tienen al menos un producto financiero digital, «lo que sería impensable hace cinco años», ponderó el especialista Carballo.
El 53% de los usuarios de esta tecnología pertenece a sectores socioeconómicos bajos, el 41% a niveles medios, y solo el 6% a ingresos altos, según datos de la Cámara de Compensación Electrónica (Coelsa)
En términos de edad, los millennials lideran el uso del QR, representando el 68% de los usuarios, seguidos por la Generación Z, con un 17%.
En el caso de Ualá, los usuarios de 18 a 35 años encabezan la tendencia, con un crecimiento del 172% en transacciones entre 2023 y 2024, frente al 63% del mercado general.
No obstante, aún persisten desafíos como la falta de conocimiento sobre la interoperabilidad del sistema ya que «muchas personas desconocen que se puede usar cualquier billetera para escanear cualquier QR, independientemente de la plataforma o el comercio», señalaron desde Ualá.
A pesar de que esta modalidad está transformando la forma en que los argentinos compran y acceden a servicios financieros, Carballo advirtió que en el país todavía existen prejuicios sobre los costos y tributos asociados a los pagos digitales, «lo que puede frenar su adopción total».