El próximo lunes 28 de octubre comenzarán en la ciudad de Mar del Plata las instancias finales de los Juegos Bonaerenses 2024, que reunirán a lo largo de la semana a más de 26 mil jóvenes y adultos deportistas.

Las finales de esta 33° edición contarán con más de 100 disciplinas deportivas y culturales para jóvenes, personas con discapacidad, trasplantadas y adultos mayores.

Además, ante el desfinanciamiento y la reducción de actividades llevada adelante por el Gobierno nacional en los Juegos Nacionales Evita, se llevará adelante también de forma exclusiva la Copa Buenos Aires.

El Gobierno encabezado por Axel Kicillof realizó una inversión presupuestaria de aproximadamente $12.000 millones, cuatro veces mayor a la de los Juegos Evita 2024, consolidando a los Juegos Bonaerenses como la política deportiva más importante y con mayor despliegue del país.

Al respecto, el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, destacó: “Este año, a pesar de las dificultades económicas, hemos asegurado los recursos necesarios para que los Juegos puedan desarrollarse en toda su magnitud y todos los jóvenes puedan viajar, competir y disfrutar, reafirmando nuestro compromiso con la inclusión y la igualdad de oportunidades”, afirmó.

“Este es el resultado del trabajo conjunto con cada uno de los municipios de la Provincia. Los Juegos Bonaerenses no solo son una competencia deportiva, sino también un espacio de encuentro y construcción comunitaria, además de un orgullo para los bonaerenses”, agregó.

“Los Juegos Bonaerenses son una política integral en la que cada pibe y piba tiene la oportunidad de sostener, en una etapa de la vida tan importante como es la adolescencia, un proyecto compartido con otros vínculos sostenidos a lo largo de un año, cuidando su salud física, mental y comunitaria. Gracias al compromiso del Gobierno provincial con todos los bonaerenses, hemos sobrecumplido los plazos de anticipo de pagos a los Municipios para afrontar los gastos operativos, mostrando una gestión eficiente que apuesta al futuro de nuestro deporte”, sostuvo el subsecretario de Deportes de la Provincia, Leandro Lurati.

La inversión permitió introducir en esta edición una instancia interregional que se sumó a las tradicionales etapas locales y regionales. En ese sentido, la Provincia subsidió la agenda de competencias de las distintas disciplinas, con un impacto muy importante para los actores y referentes del deporte provincial por varios motivos. En principio, en una provincia tan extensa facilitó la participación en encuentros que se pueden tornar muy costosos por las distancias que deben afrontar las delegaciones; y, con la creación de la instancia interregional, se permitió además a los ocho distritos sede exhibir sus capacidades estructurales y deportivas e, incluso, vincularlas con actividades locales como el turismo de proximidad.

Por último, Lurati subrayó la importancia de la articulación virtuosa con los responsables municipales de las áreas deportivas y las escuelas, instituciones clave en la etapa de inscripción de los competidores: “Existe un fenomenal contraste entre la idea de estatalidad que propone el Gobierno Nacional, y la que proponemos desde la Provincia de Buenos Aires, privilegiando la inclusión, el derecho al ocio y la recreación, así como el impacto económico local positivo que provoca la realización de las finales para la ciudad de Mar de Plata y su entramado hotelero y comercial. El despliegue de un evento de estas características requiere mucho esfuerzo y no hubiera sido posible sin el compromiso de los 135 municipios, las instituciones educativas provinciales y, fundamentalmente, sin el entusiasmo inagotable de los cientos de miles de participantes”.

Los Juegos Bonaerenses se caracterizan por ser un punto de encuentro de la comunidad, donde confluyen las categorías y edades.
Desde su implementación, promueven el acceso a la actividad física y a la expresión cultural de la población, y a la vez, fomentan la identidad local y bonaerense.
A través del slogan es “La Pasión de una Provincia”, se busca representar de manera individual y colectiva el esfuerzo y la voluntad de cada uno de los distintos participantes, destacando la integralidad territorial que genera esta competencia en una provincia tan diversa y heterogénea como es Buenos Aires.
La historia de los conocidos como Torneos Juveniles Bonaerenses (ese fue su nombre original) comenzó en 1991, año en que la Provincia comenzó a delinear una iniciativa de atracción positiva para que los adolescentes y jóvenes a través de la cual pudieran canalizar sus inquietudes y sus talentos.
El evento tuvo desde siempre también una impronta de promover la salud y la salud mental en esa franja poblacional.
Los Torneos Juveniles Bonaerenses buscaron emular a los Juegos Evita, que habían representado un fenómeno social durante el gobierno de Juan Domingo Perón.
Con 13 disciplinas culturales y 17 deportivas se realiza en el año 1992 la primera edición, a cargo del profesor Juan Carlos Mardones.
Durante esos años los participantes que ganaban la edición se los premiaba con un viaje al exterior, en general donde existiera el mayor desarrollo de su actividad deportiva, así los ganadores en básquet viajaron a California, en los Estados Unidos.
Con el correr de las ediciones se buscó sumar nuevas disciplinas y en 1996 fueron sumados como participantes los adultos mayores y personas con discapacidad.
Muchos atletas conocidos, como el basquetbolista Manuel Ginóbili, el lanzador de jabalina Brian Toledo, la atleta Olga Conte, y el jugador de vóley Hernán Casamiquela, pasaron por los Juegos.