El presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, habló de su vínculo con el gobernador bonaerense y admitió en una nota con radio 10 que hay diferencias que tienen que ver con las “mezquindades políticas” que se generan en la búsqueda que tienen algunos de garantizarse lugares de poder.
«Cristina tenía una debilidad enorme por él», destacó Máximo sobre el mandatario bonaerense en declaraciones radiales y analizó que la jugada «no le va a salir bien» a Kicillof, a quien cuestiona por no apoyar la candidatura de la ex mandataria nacional en la disputa contra el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela.
“Sí, sí, se han juntado varios de la provincia de Buenos Aires. No lo tomo como una traición, no puedo explicar a los demás”, apuntó.
En ese sentido, Máximo Kirchner aseguró que, al contrario de lo que dicen, él no está al frente de un operativo desgaste contra Kicillof, sino que es víctima de una operación de ese tipo: “Me parece que es al revés el esmerilamiento, y es todo el santo día y el periodismo lo sabe”.
Para fundamentar su teoría, apuntó: “Los compañeros que se sumaron a los ministerios de Axel fueron a trabajar… sería bueno que uno diga, ‘me mandaron a hacer una zancadilla’, que no fue así. Yo no me manejo por resentimientos personales ni pienso la política en términos de dónde quedo yo, pero hay muchos que piensan, ‘¿dónde está mi lugar?’”.
El análisis de la relación entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof se extendió durante varios minutos de la extensa entrevista que el líder de la Cámpora le dio a Jorge Rial en Radio 10: “Todo este tema (que digan que busca desgastar al gobernador) no lo entiendo… Hay un método político del off, de operar sobre sectores del periodismo… Yo no comparto eso de andar dando vuelta por los medios todos los días”, cuestionó sin dar nombres, pero en una clara referencia a quienes rodean al mandatario provincial.
Luego consideró que con la situación económica y social que vive la Argentina, a partir de la política económica que despliega el gobierno de Milei, le parece un error distraerse con las peleas internas: “A mí nadie me escuchó hablar de listas, pero uno queda embadurnado porque otros lo hacen y termina todo como una tergiversación grande… Es una pena, porque a mi me llamás por teléfono y podemos debatir horas y horas, nunca le escapé a la discusión”.
Esas palabras fueron una especie de introducción para revelar que hace unos meses tuvo una reunión con Kicillof, que luego no cumplió algo que le había prometido: “Antes de que el gobernador viaje a Italia a ver al papa Francisco nos juntamos, estaban Wado de Pedro, Mariano Recalde y Lucía Cámpora; nos esperaban para un almuerzo muy rico (Carlos) Bianco, Agustina Vila, Axel y (Andrés) Larroque”.
“La charla tuvo idas y vuelta y el gobernador dijo, ‘apenas vuelvo de italia los llamo’ y no llamó. Entiendo que tiene sus tareas… Si no llamó, esta todo bien, no me ofendo. En cambio, hay gente que está para el sindicato de dirigentes políticos porque se quejan de cómo los tratan. Yo soy mucho más despojado, tenemos un objetivo que a mi entender sigue siendo el mismo y me muevo bajo esos márgenes”, concluyó.
La competencia por la presidencia del Partido Justicialista (PJ) sobrevoló la entrevista de forma permanente. En otro tramo de la charla, Máximo Kirchner señaló: “Si hay elecciones, se votará y punto. El que esté convencido de que Quintela es una salida por cómo gobierna La Rioja, irá por ese lado, con un hombre de 66-67 años. Y estamos los que entendemos que Cristina (Kirchner) es la mejor para el momento”.
Instantes después lanzó un dardo envenenado: “Muchos de los que me decían a mí que quería el default (cuando no votó el acuerdo con el FMI), hoy acompañan un gobernador (Quintela) que se encuentra en estado de default en La Rioja… Yo no lo critico, pero a mí casi me matan por eso. Y hoy La Roja está en default”.
«Después del Aporte Solidario y lo del Fondo Monetario los sectores de poder conmigo, chau pinela. Pasan a 800 metros. Mirá que llamaban eh. Te invitaban a comer, a reuniones. No sé, por ahí pensaron que con un rico asado me convencían. Yo iba a discutir a esos lugares. Yo no tengo problema de dialogar con ellos, pero yo no soy su empleado».
«Uno sabía que tenía un daño político eso (el acuerdo con el FMI durante la presidencia de Alberto Fernández) en un principio. Uno no es tonto. Pero para que nadie pensara que era un lucimiento personal ‘acá sale el rebelde’, viste que decían esas cosas. Muchos de los que me decían que quería el default, “No, Máximo quiere el default”, hoy acompañan al gobernador que está en estado de default en La Rioja. Cuestión que yo no critico ni nada, pero a mi casi me matan por eso», dijo luego.
Sostuvo que «hay una canción, El Embudo, que explica muy bien cómo se ponen en valor las cosas. Y en la Patagonia lo sabemos muy bien. Esas cosas hay que discutirlas y debatirlas, porque son lugares duros para vivir, alejados de los poderes centrales, de 40 manzanas de la Ciudad de Buenos Aires que quieren definir todo, yo estoy para discutir federalismo, no provincialismo, que es diferente. El federalismo es una cosa y el provincialismo es otra. Yo creo que estamos en una etapa de provincialismos, no de federalismo. El federalismo implica que no solo resguardar los intereses de tu provincia sino del conjunto. Hoy hay provincias que resuelven en función de sus intereses y chau pinela».