Desde las sierras de Tandil hasta las tradiciones suizas de Los Toldos y los quesillos artesanales de Rayo Cortado en Córdoba, Argentina despliega una oferta inigualable para los fanáticos del queso.
En un recorrido que fusiona historia, inmigración y sabor, la denominada «Ruta del Queso» se convierte en una experiencia ideal para paladares curiosos y turistas que buscan probar lo auténtico en medio de paisajes cautivadores.
La experiencia de degustar quesos en Argentina abarca mucho más que una simple prueba de sabores: es un viaje sensorial que invita a recorrer la tradición inmigrante, los paisajes naturales y las recetas ancestrales que aún persisten en los rincones del país.
Provincias como Buenos Aires y Córdoba ofrecen distintas rutas del queso, donde cada parada lleva la marca de su historia y una personalidad culinaria única.
La provincia de Buenos Aires es el punto de partida ideal para los amantes de este lácteo, con localidades emblemáticas que ofrecen tanto variedad como calidad. En Suipacha, a poco más de 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, se destaca una comunidad quesera formada hace más de una década que organiza la famosa Ruta del Queso.
La tradición vasca que impulsa esta iniciativa permitió que los turistas prueben una gama extensa de quesos, desde el suave Brie hasta el potente parmesano o los ahumados.
Los establecimientos, como las Cabañas Piedras Blancas y Quesos Fermier, invitan a los visitantes a recorrer las instalaciones, conocer el proceso de elaboración y disfrutar de una degustación en un entorno que combina historia y gastronomía.
Ubicada al pie de las sierras, Tandil es reconocida por su producción artesanal de quesos y embutidos. Allí, los turistas pueden saborear desde el clásico provolone hasta variedades como el gruyer y el azul, elaborados con técnicas heredadas de inmigrantes italianos y franceses.
La ciudad también ofrece un recorrido turístico que incluye visitas al Monte Calvario, el Camino de los Pioneros y museos históricos. En Tandil, la combinación de paisajes, cultura y buena mesa hace que la experiencia del queso sea parte de un encuentro más amplio con el encanto serrano.
A la vez, en el partido de General Viamonte, Los Toldos ofrece una propuesta distinta: aquí, el queso gouda es el protagonista. Introducido por inmigrantes holandeses en 1949, este queso se convirtió en símbolo local.
Allí pueden visitarse varias fábricas rurales donde se pueden degustar exquisitas variedades, conocer el proceso de elaboración y comprar para disfrutar de una picada o una fondue en casa.
Los turistas que visitan el Monasterio Benedictino Santa María pueden conocer la tradición quesera de los monjes suizos, que producen quesos artesanales saborizados con hierbas y pimientas. Esa parada combina un paisaje sereno con la degustación de productos que evocan el saber hacer europeo y lo mejor del tambo local.
En paralelo, con su Expo Queso anual, Lincoln se ganó un lugar especial en la escena gastronómica. Durante el evento, los productores locales presentan una amplia variedad de quesos que van desde el tybo y el sardo hasta el camembert y el cremoso. La feria tiene como objetivo valorar el esfuerzo de los productores familiares y promover el consumo de quesos de origen local, elaborados con leche de la región pampeana.
Entre los imperdibles de Navarro, a 100 kilómetros de la Ciudad y conocida como «la capital provincial del Tambo», se encuentran Lácteos San José, una empresa familiar que ofrece degustaciones y venta de queso sardo; San Bernardo, otro tradicional de la zona conocido por su queso provolone, tybo y cremoso; y el almacén La Protegida para conocer sus increíbles fiambres y quesos característicos.
Mercedes completa la propuesta bonaerense. Allí, establecimientos como Sabores Mercedinos y El Mercedino suman a la degustación de quesos la posibilidad de probar salames y otros fiambres en un recorrido que realza el sabor del campo argentino.
En tanto, en la provincia de Córdoba, la producción de quesos adopta una identidad propia, con localidades como Rayo Cortado, donde los quesillos de cabra evocan el sabor de la tierra piamontesa.
Villa del Rosario y Calchín son otros destinos donde los quesos ahumados y saborizados se elaboran con técnicas que fusionan la tradición con la innovación. Colonia Caroya, fundada por inmigrantes friulanos, también es famosa por su queso casero y la Fiesta Provincial del Salame Típico, una ocasión perfecta para descubrir los sabores de la región en un ambiente festivo.
Para quienes buscan explorar una Argentina auténtica, la Ruta del Queso es una excelente opción. Este recorrido no solo enriquece el paladar, sino que conecta al visitante con los pueblos, su gente y sus tradiciones, a través de un producto tan cotidiano como único: el queso.