Un equipo de científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) desarrolló un sistema de humedales construidos para el tratamiento de aguas residuales derivadas de la producción hortícola intensiva.
La iniciativa busca reducir el impacto ambiental en zonas periurbanas donde los efluentes no cuentan con un sistema de tratamiento adecuado y son vertidos directamente en cuerpos de agua superficiales.
El vertido sin tratamiento de efluentes de distintos orígenes es una de las principales causas del deterioro de los ecosistemas acuáticos. Mientras que en áreas urbanizadas el problema es abordado a través de redes cloacales y plantas centralizadas, en zonas periurbanas de baja densidad poblacional estas soluciones no están disponibles.
Como alternativa, los humedales construidos se presentan como una tecnología descentralizada, económica y sostenible para mejorar la calidad del agua y reducir el impacto de la actividad agrícola.
En la región periurbana de La Plata, donde predomina la producción hortícola, los agroquímicos utilizados pueden contaminar los arroyos cercanos.
Además, los efluentes generados por el lavado de maquinaria y hortalizas representan una fuente importante de contaminación. Frente a esta problemática, investigadores del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIM, UNLP-CONICET) implementaron un sistema piloto de humedales construidos para tratar estos residuos.
El proyecto, dirigido en el marco de la tesis doctoral de la ingeniera ambiental Lizeth Bermeo González, cuenta con la participación de la Dra. Carina Apartin y los Dres. Darío Andrinolo y Federico Rimoldi.
«En los primeros dos años realizamos experimentos preliminares que nos permitieron diseñar un sistema de humedales construidos a escala piloto, optimizando la selección del sustrato y la vegetación para mejorar la remoción de plaguicidas», explicó Rimoldi.
Los ensayos iniciales demostraron resultados positivos en la eliminación de plaguicidas, un fármaco veterinario y la reducción de la toxicidad de los efluentes.
El sistema consiste en nueve humedales de flujo subsuperficial horizontal, con pometina como sustrato y lirio amarillo (Iris pseudacorus) como vegetación de cobertura. Durante tres meses, los investigadores evaluaron la capacidad de los humedales para remover contaminantes en efluentes con altas concentraciones de agroquímicos, midiendo su toxicidad con bioensayos de Daphnia magna.
Tras los resultados obtenidos, el equipo trabaja en la implementación de esos sistemas a escala de campo para su futura aplicación en la comunidad. Y continúan con estudios sobre la remoción de contaminantes en efluentes con menor carga y la incorporación de sistemas complementarios de eliminación de base química para mejorar la eficacia del tratamiento.
Los humedales construidos imitan el funcionamiento de los sistemas naturales y permiten la eliminación de contaminantes a través de procesos físicos, químicos y biológicos.
Su implementación podría tener un impacto positivo en la calidad de los arroyos de la región y, en consecuencia, en la salud de la población que habita en las cercanías de los agroecosistemas.
