Ubicados en emplazamientos clave para cumplir su función estratégica de proteger y defender a las comunidades que se refugiaban a su amparo, además de simbolizar el poder de sus dueños, estas construcciones se alzan sobre atalayas rocosas y en promontorios costeros.
Muchas de estas fortalezas, cuyos orígenes se remontan entre los siglos X y XIV, eran tan sólidas que siguen manteniendo intacta su imponente presencia, permitiendo revivir las vicisitudes y conflictos que marcaron la época tanto dentro como fuera de sus robustos muros.
Esta ruta por algunos de los castillos medievales más bellos del mundo se inicia en Escocia, una tierra salpicada de grandiosas fortalezas que narran su propia historia de valentía y resistencia. Desde allí, se sigue hasta el centro de Europa, donde se encuentran majestuosos castillos que evocan épocas de caballeros y torneos. Prosigue la aventura adentrándose en Francia, siguiendo el curso del Loira, famoso por albergar algunos de los más icónicos castillos del mundo.
La ruta prosigue por España, un país que alberga una gran cantidad de fortalezas, testimonio de una rica y ajetreada historia. Desde las construcciones de la Edad de Oro hasta los castillos islámicos de la época de la Reconquista, cada uno cuenta una historia fascinante. Finalmente, termina en el lejano Japón rememorando la épica de la historia de los samuráis.

DUNOTTAR, SOBRE EL MAR DEL NORTE
Las ruinas de esta fortaleza medieval, cuyo origen data del siglo XIV, presiden un saliente en la costa de Escocia, frente al Mar del Norte. Fue uno de las castillos más importantes entre los siglos XIV y XVI y su imagen y emplazamiento siguen siendo imponentes.

LAS CINCO ESTRELLAS DEL CASTILLO DE ASHFORD
Entre los exuberantes bosques del condado de Mayo, el de Ashford es el castillo más antiguo de Irlanda, pero en él se han hospedado ilustres como Brad Pitt, John Lennon o hasta el mismísimo John Wayne. Hoy ha dejado las escenas bélicas a un lado para convertirse en un lujoso hotel de cinco estrellas.

CASTILLO DE EDIMBURGO
Omnipresente sobre una roca de origen volcánico -conocida como la Castle Rock- el castillo medieval de Edimburgo levanta pasiones épicas desde el S. XII. Se llega a él por la no menos mítica Royal Mile, la vía de casi dos kilómetros con más atractivos turísticos por m2 de la ciudad.

EL DISEÑO DEL CASTILLO DE CARDIFF
Situado en el centro de la capital galesa, a la que dio su nombre, fue un fortín romano, un impresionante castillo normando y un palacio gótico de cuento de hadas extraordinario. Destaca la torre del homenaje, de época normanda (siglo XI), que fue erigida sobre la fortaleza romana, hoy la visita descubre sus dependencias profusamente decoradas que recrean la época medieval, y que fueron construidas en el siglo XIX por el arquitecto y diseñador William Burges.

CASTILLO DE WARWICK
El coqueto pueblo de Warwick se enorgullece por tener el castillo medieval de moda de Gran Bretaña. Fue el hogar del conde de Warwick, más conocido como el “Hacedor de Reyes” por estar en todas las intrigas políticas de su época. El castillo lleva desde el siglo XI mirando las aguas del río Avon, pero en la actualidad se ha convertido en un inofensivo parque temático para viajar a la edad media.

CASTILLO DE ELTZ EN ALEMANIA
Es lo más parecido a la multipropiedad vacacional pero en el campo de los castillos, y es que esta construcción medieval pertenecía a más de una familia. Conforme se quedaban sin espacio iban construyendo nuevas salas y torres que recibían el nombre de la familia en cuestión. El castillo de Eltz se alza entre colinas, encaramado en una espectacular roca, a 70 metros sobre el río Mosela.

EL INEXPUGNABLE CASTILLO STAHLECK
Su construcción data del siglo XII, aunque ha sido reconstruido en diversas ocasiones. Ubicado en un risco, a 170 metros de altura, hace gala a su nombre «castillo inexpugnable sobre una peña». Su imagen destaca sobre el Rin (Alemania), gracias a la torre del homenaje, de forma circular, de unos siete metros y medio de diámetro y cuyas paredes cuentan con dos metros de grosor.

LA BELLEZA DE CUENTO DEL CASTILLO DE HOHENWERFEN
Construida en el mismo periodo que la fortaleza de Hohensalzburg (en la ciudad de Salzburgo), en el siglo XI, ambas son las defensas medievales mejor conservadas de Austria. Durante siglos, la fortaleza Hohenwerfen fue utilizada por los arzobispos de Salzburgo como una base de caza, por ello actualmente alberga el primer museo de cetrería de Austria, con exhibiciones de vuelo de buitres, milanos, halcones y otras aves de presa.

SAUMUR, A ORILLAS DEL LOIRA
De la cincuentena de castillos que orlan las orillas del Loira, el de Saumur es uno de los más antiguos y posiblemente el que tenga una apariencia más medieval. Ubicado a las afueras de la ciudad homónima, su silueta, se divisa desde varios kilómetros a la redonda. Se construyó en el siglo XIV sobre los restos de una fortaleza anterior y fue residencia de los duques de Anjou.

EL CASTILLO PORTUGUÉS DE GUIMARÃES
El castillo original del siglo X fue fundado por la condesa Mumadona Dias para proteger a la población de las invasiones normandas y las incursiones de los musulmanes. Tras haber sufrido numerosas reconstrucciones, su aspecto actual se debe a la última gran intervención que tuvo lugar en 1940. El castillo tiene una torre homenaje de planta cuadrangular en el interior de sus murallas que está flanqueada por cuatro torres.

EL ESCÉNICO CASTILLO DE LOARRE
En el siglo XI su silueta ya dominaba los campos de la Hoya de Huesca. El castillo de Loarre es una de las fortificaciones mejor conservadas de la Península y su construccción románica ha llegado hasta hoy en condiciones inmejorables. Su aspecto auténtico y contundente lo ha convertido en escenario de películas en distintas ocasiones, como el filme de Ridley Scott, el Reino de los cielos de 2005.

CASTILLO DE ALCÁZAR DE SEGOVIA
Conocido como bastión en el siglo XII, fue residencia de reyes hasta el XIX. Su torre del homenaje, en el centro del recinto, y las cúpulas cónicas de sus torretas dibujan su inconfundible silueta. Frente a él se extiende el centro histórico segoviano, repleto de alicientes artísticos y gastronómicos.

EL CASTILLO DE CHILLON Y SUS VISTAS
La silueta de esta fortaleza erigida sobre una isla rocosa, a orillas del lago Leman y con los Alpes de fondo, es una imagen de las que no se olvidan. El castillo de Chillon, cerca de Montreaux, fue construido en el siglo XIII para liderar la línea de fortificaciones que vigilaban las rutas por los Alpes. Lo estratégico de su ubicación hizo que desde el castillo se controlaran durante siglos el tráfico marítimo hacia Ginebra y la importante ruta hacia el puerto de montaña de San Bernardino.

CASTILLO DE BRAN, RUMANIA
La verdad es que el verdadero castillo de Drácula, o mejor de Vlad Tepes, más conocido como Vlad el Empalador, es el de Poenari, junto a la famosa carretera Transfăgărășan. Pero como de él solo quedan ruinas, el turismo buscó otro candidato en este otro bello castillo de Transilvania.

CASTILLO SAMURÁI DE HIMEJI EN JAPÓN
La torre principal del castillo Himeji se alza imponente sobre el monte Himeyama desde hace siglos, como el gran símbolo del Japón medieval. Una primera fortaleza se levantó a mediados del siglo XI, donde años atrás había erigido su fortín el clan Akamatsu, una familia de samuráis. Hacia finales del siglo XVI, se construyó la torre principal y diversas murallas de piedra, más allá de las cuales se extendió la ciudad feudal de Himeji, situada al sur de Japón.
Fuente: Viajes National Geographic