El gobernador Axel Kicillof había logrado tejer un acuerdo con todos los bloques opositores en el Senado bonaerense para votar la suspensión de las elecciones primarias el próximo martes. Sin embargo, el kirchnerismo endureció su postura con una iniciativa que genera tensión dentro del oficialismo y que, desde el entorno del mandatario, califican como un “golpe institucional”.

Tras el anuncio del desdoblamiento electoral en la provincia —decisión que Kicillof comunicó el lunes—, el gobernador se movió rápido para lograr respaldo legislativo que permitiera eliminar las PASO del calendario. El camino parecía allanado: incluso los bloques de Juntos por el Cambio, la UCR, los libertarios y otros sectores minoritarios avalaron el llamado a una sesión especial para tratar el tema el 15 de abril.

Pero la interna del peronismo volvió a estallar. El sector más cercano a Cristina Fernández de Kirchner presentó su propio proyecto, que además de suspender las primarias impone la obligatoriedad de unificar las elecciones el 26 de octubre. La senadora María Teresa García, alineada con la expresidenta, formalizó la propuesta que irritó al Ejecutivo. “Es inconstitucional. Y además dinamita todos los puentes tendidos hasta ahora”, retrucaron desde la Gobernación.

El clima político volvió a tensionarse. Cerca del despacho de Kicillof acusaban a los sectores kirchneristas de actuar con doble discurso: “Dicen una cosa, mandan señales en un tono, y después hacen todo lo contrario”.

En paralelo, Cristina mantuvo un encuentro con intendentes y dirigentes de su sector para explorar salidas a la disputa interna. Incluso ratificó su intención de competir por una banca en la Legislatura bonaerense, como cabeza de lista en la Tercera Sección. Sergio Massa también activó conversaciones con su tropa para sostener el planteo original de suspender las primarias, tal como lo propone el proyecto presentado por Rubén Eslaiman.

Mientras tanto, 44 intendentes que respaldan a Kicillof —39 de forma presencial y cinco vía Zoom— se reunieron este viernes en la Residencia de la Gobernación para definir una hoja de ruta política. “Apoyar la suspensión de las PASO, respaldar la gestión provincial y trabajar por la unidad del peronismo contra la política destructiva de Milei, que es el verdadero adversario”, resumió uno de los jefes comunales.

Con apoyo opositor garantizado, parecía que la suspensión de las primarias era una posibilidad concreta. Un comunicado firmado por los bloques opositores solicitó formalmente a la vicegobernadora Verónica Magario que convoque a la sesión especial. Pero la movida del sector kirchnerista vuelve a dejar todo en suspenso.

La clave está en los números: para aprobar una ley en sesión especial hacen falta 24 votos (la mitad más uno de los 46 senadores). El bloque de Unión por la Patria cuenta con 21 bancas, de las cuales 17 responden al ala dura kirchnerista. Si no hay quiebre en esa mayoría, la oposición deberá reunir todos sus votos sin margen para errores. De lo contrario, el proyecto naufraga.

Así, el escenario queda trabado: sin ley que elimine las PASO, la provincia tendría tres domingos de votación este año. El 13 de julio (primarias), el 7 de septiembre (generales provinciales) y el 26 de octubre (generales nacionales). La interna peronista, lejos de resolverse, vuelve a cero.