La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires tratará este miércoles el proyecto para suspender las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en territorio bonaerense, iniciativa impulsada por el gobernador Axel Kicillof que ya fue aprobada en el Senado.

Ello se logró después de que la presidenta del Partido Justicialista, Cristina Kirchner, ordenara a los legisladores que le responden políticamente retirar la propuesta que buscaba unificar las elecciones provinciales con las nacionales, y respaldar en cambio la suspensión de las PASO promovida por el mandatario bonaerense.

No obstante, los legisladores rechazaron un artículo de la iniciativa original de Kicillof que proponía extender los plazos del cronograma electoral, con el objetivo de ampliar el margen entre el cierre de listas y la fecha de los comicios.

De aprobarse este miércoles a partir de las 15, la Cámara baja convertirá en ley la suspensión de las PASO para 2025. Según el calendario electoral, las candidaturas deberán presentarse el 8 de agosto y las elecciones se realizarán el 7 de septiembre para elegir legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares.

La suspensión de las primarias pondrá fin a un debate desgastante para el oficialismo, pero habilitará una nueva etapa: la del reparto de candidaturas. El peronismo tendrá que definir listas de unidad o afrontar duras negociaciones entre los distintos sectores.

La mesa chica del PJ bonaerense, integrada por Kicillof, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa, será la encargada de definir el armado de boletas. Allí no sólo deberán aparecer los referentes de cada espacio, sino que también buscarán lugares los intendentes, los dirigentes sindicales y los referentes de los movimientos sociales.

Aunque podría esperarse que la distribución de candidaturas se divida en tercios entre los tres espacios que integran la mesa chica del PJ bonaerense, en el cristinismo aseguran que “los votos son de Cristina”, por lo que buscarán centralizar la confección de casilleros en las boletas. Cerca de Kicillof, en tanto, no hablan de porcentajes, pero sí enfatizan que -de mínima- el gobernador merece un lugar en la mesa de discusión, tras haber consolidado su liderazgo en la provincia al reunir a más de 40 intendentes bajo el sello del Movimiento Derecho al Futuro.

Con las PASO fuera del juego, lo que viene es una disputa de poder sin filtros entre los principales actores del peronismo bonaerense para el armado de cada una de las listas de las ocho secciones electorales que conforman el mapa bonaerense.

El otro debate

En el plano electoral, sigue pendiente el debate por la eliminación del límite a las reelecciones indefinidas. Senadores alineados con Cristina Kirchner presentaron un proyecto para eliminar el tope que rige actualmente para legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares. En la iniciativa, sin embargo, no se incluyó a los intendentes, que seguirían impedidos de competir por más de dos mandatos consecutivos.

Desde algunos sectores se argumenta que, ante la imposibilidad de reelección que enfrentan varios legisladores en los próximos comicios, es necesario avanzar con celeridad en la modificación de la norma. La estrategia sería dar ese primer paso ahora y, ya en 2026 —con una eventual nueva conformación legislativa más favorable— impulsar también la habilitación de nuevas reelecciones para los jefes comunales.

Otra lectura, en cambio, interpreta la exclusión de los intendentes —más de 80 no podrían postularse en 2027— como una represalia hacia aquellos que respaldan la jugada política de Axel Kicillof para consolidar un armado propio. Aunque el gobernador se pronunció públicamente en favor de eliminar el tope, hasta el momento no promovió ningún proyecto en la Legislatura con ese objetivo. Se interpreta, entonces, que desde el Instituto Patria desean que sea el gobernador quien pague el costo político de darle a los jefes comunales lo que piden.