La paleoantropóloga y exploradora emergente de National Geographic, Genevieve von Petzinger, se adentra en cavernas prehistóricas para investigar el arte creado durante la Edad de Hielo. Al contemplar una pintura de hace aproximadamente 20.000 años, asegura que “acorta la brecha del tiempo”.

Autora del libro The First Signs: Unlocking the Mysteries of the World’s Oldest Symbols, von Petzinger comparte sus recomendaciones sobre sitios europeos ideales para quienes, como ella, desean maravillarse con el arte paleolítico.

Dordoña, Francia
Ubicada en el suroeste de Francia, esta región alberga numerosas cuevas con arte rupestre excepcionalmente conservado, como la famosa cueva de Lascaux. Cerca del pueblo de Les Eyzies-de-Tayac se destacan dos sitios elegidos por von Petzinger: Les Combarelles, conocida por sus grabados de animales y figuras humanas, y Font-de-Gaume, que conserva pinturas policromadas. Tampoco hay que dejar de ver los mamuts ilustrados en Rouffignac.

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Cantabria, España
La cueva de El Castillo contiene algunas de las expresiones artísticas más antiguas de Europa, como decenas de siluetas de manos en pigmento rojo que datan de más de 30.000 años. Se cree que muchas fueron hechas por mujeres y niños.

Consejo de experta: el terreno dentro de la cueva puede ser resbaloso, así que se recomienda llevar calzado con buena adherencia.

Después, vale la pena recorrer dos museos clave en la región para profundizar en el arte rupestre: el Museo de Altamira y el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.

Valle del Côa, Portugal
Situado al este de Oporto, este valle es uno de los mejores destinos de Europa para observar arte paleolítico al aire libre.

Podés sumarte a una excursión guiada en vehículo 4×4 para explorar una planicie que se mantiene casi intacta desde la prehistoria. En sus numerosas laderas rocosas se conservan grabados milenarios. “Es como viajar al Parque Jurásico”, comenta von Petzinger.

Otro imperdible de la zona es el Museo de Côa, que documenta la historia de este valle único.