Mientras el peronismo acumula derrotas electorales en distritos clave, sus principales referentes siguen sin lograr unificar posiciones, lo que agrava la crisis interna. Los tres socios mayoritarios de Unión por la Patria, Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa transitan caminos paralelos, sin diálogo, ni señales distensión. La falta de acercamiento, más allá de los llamados públicos a mantener unido el espacio, profundiza la incertidumbre sobre el futuro de esa fuerza.
El último intento de articulación fue el 6 de abril, cuando el gobernador provincial, el exminstro de Economía y el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner -acompañados por referentes de los tres sectores- se reunieron en La Plata para discutir la estrategia electoral en la provincia de Buenos Aires. Desde entonces, no hubo nuevos encuentros ni avances.
Las derrotas del pasado 11 de mayo en cuatro provincias, junto con el traspié en la Ciudad de Buenos Aires, no alcanzaron para reactivar el diálogo. Cada dirigente procesó los resultados por separado. Desde el kirchnerismo, incluso, hubo reproches a Kicillof por haber desdoblado las elecciones bonaerenses, una estrategia a la que Cristina siempre se opuso. “No había que desdoblar”, planteó la titular del bloque en el Senado provincial, María Teresa García, cercana a la expresidenta, replicando lo que se sostiene en privado en el Instituto Patria.
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Este gobernador decidio convocar elecciones concurrentes. https://t.co/Ua3icu9fLq — Maria Teresa Garcia (@TereGarciaOK) May 23, 2025
Valoró la legisladora la decisión del gobernador Gerardo Zamora en Santiago del Estero de unificar las elecciones provinciales con las nacionales. Lo mismo harán Catamarca y La Rioja. En La Plata se limitan a mirar los resultados y remarcar que el peronismo viene perdiendo en todas las elecciones de este año: Santa Fe, Chaco, San Luis, Salta, Jujuy y Capital Federal.
Tensiones
En la Gobernación no disimulan el malestar con La Cámpora. “No hay puentes, ni vínculo ni acercamiento. Solo algunas conversaciones laterales, sin relevancia”, sintetizó un ministro bonaerense en estricto off the record ante Ámbito. Y apuntó directamente a Máximo Kirchner: “Juega a romper. Prefieren perder antes que Axel salga bien parado”.
La bronca no es nueva, pero se acentuó en las últimas semanas con la demora en la Legislatura para definir el calendario electoral, la falta de acompañamiento a leyes clave para la gestión y la indefinición sobre las reelecciones de intendentes. “Los quieren tener sometidos y agarrados”, se quejan al referirse a la negativa del kirchnerismo de incluir a los jefes comunales en la propuesta que pretende quitar el limite que impone solo dos mandatos para cargos electivos.
“Que sigan cascoteando”, desafió la fuente. “A Cristina le va a costar mucho explicar por qué se postula como diputada por la Tercera para enfrentar a su propio gobernador”.
En el entorno de Kicillof también aseguran que el mandatario cumplió con lo que se le pidió: dialogar con Máximo. Reclaman que si ahora la expresidenta desea retomar el diálogo directo debería convocarlos a un encuentro.
En la otra vereda, desde el Instituto Patria reclaman falta de acompañamiento del gobernador a Cristina Kirchner y aseveran no ver gestos de buena voluntad por parte de su espacio.
Ayer, en su discurso del 25 de mayo, la exmandataria volvió a marcar diferencias. Convocó a “abandonar las mezquindades” y cuestionó que en el peronismo “hay discusión de egos, no de ideas”. Pidió dejar de ser “militantes electorales” para volver a ser “militantes políticos” y deslizó una crítica a Kicillof al señalar que no alcanza con hablar de “Estado presente” y que es hora de exigir un “Estado eficiente”.
Desde el Gobierno bonaerense, el ministro Carlos Bianco también se refirió a las diferencias dentro del PJ durante el fin de semana. “En Capital se desdobló, fuimos en unidad y perdimos. En otras provincias se desdobló, fuimos separados y ganaron los oficialismos”, explicó. Y agregó que la última elección de medio término ganada por el peronismo en la provincia fue en 2005, con CFK.
El funcionario planteó que la discusión real no es solo sobre el calendario electoral, sino sobre cómo organizar una nueva fuerza política con miras al 2027. “La unidad electoral de 2019 fue dolorosa y no funcionó. Hoy necesitamos una unidad que no duela y que no sea un rejunte”, advirtió.
En la misma línea, el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque, habló directamente de “refundar el peronismo”. En diálogo con Tiempo Argentino, consideró que la unidad por sí sola ya no alcanza, y que es urgente construir una alternativa real al gobierno de Javier Milei. Señaló a Kicillof como “el emergente político en mejor perspectiva” para liderar ese proceso, pero también reconoció que el movimiento “perdió autoridad y eficacia” ante la sociedad.
“El peronismo está en una de las mayores crisis de su historia. Si un sector votó a alguien que hizo campaña con una motosierra en la mano, tenemos que revisar qué pasó. Cómo funcionamos, qué le estamos diciendo a la sociedad. Hoy esa confianza está en suspenso”, sintetizó Larroque.
Desde el otro lado, Máximo Kirchner también puso en discusión el concepto de unidad. En su discurso durante el encuentro con secretarios generales de las 62 organizaciones peronistas ayer aseguró: “La unidad no es hasta que duela, sino hasta que sirva. ¿Y a quién tiene que servir: a la gente o a los dirigentes? Soy de los que cree que la unidad debe servir al pueblo argentino”.
Plenario
Kicillof, por su parte, encabezará el 31 de mayo el lanzamiento del espacio “Derecho al Futuro” (MDF), una nueva muestra de construcción propia. Desde el predio de UPCN, el mandatario bonaerense será el único orador, rodeado de intendentes, legisladores, dirigentes gremiales y sindicales que buscan darle volumen político.
Si bien los temas que se debatirán en el plenario tienen que ver con políticas de Estado de cara al futuro -economía, producción, trabajo, cultura, deportes y derechos humanos- lo cierto es que también habrá menciones a la situación interna del peronismo. «Hará un nuevo llamado a la unidad», anticipan fuentes provinciales. El acto servirá también para darle un espaldarazo al gobernador tras la disputa por la suspensión de las PASO y el desdoblamiento de las elecciones provinciales que él impulsó. Con esa foto, Kicillof intentará posicionarse como un actor con peso propio dentro del peronismo y con jerarquía suficiente para sentarse a negociar armado de listas.
Sergio Massa, en tanto, se mantiene en silencio. Observa con distancia la interna entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, sin intervenir públicamente, aunque en su entorno reconocen que el malestar es grande. Por ahora, se mantiene al margen de la discusión, pero no deja de enviar señales: si no hay acuerdo y el espacio llega a las elecciones con listas separadas, él también presentará la propia. Desde algunos sectores del oficialismo bonaerense advierten, con discreción, que el Frente Renovador no atraviesa su mejor momento y que una estrategia en soledad podría dificultar su competitividad. “El massismo está en un brete y necesita la unidad más que nadie”, deslizó un funcionario con despacho en La Plata.
Con el escenario electoral intermedio en el horizonte y sin señales de acercamiento entre sus principales figuras, el peronismo enfrenta el desafío de reorganizarse ante un inminente acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza en territorio bonaerense. Pero, por ahora, la foto de Cristina, Kicillof y Massa juntos sigue siendo una utopía.