¿Sabías que gracias a la psicología puedes adelgazar de una manera más efectiva?
Constancia, voluntad y esfuerzo es lo que exigen la mayoría de las dietas para adelgazar. Dicho de otra manera, perder peso no se reduce a una simple cuestión de contar -o recortar- calorías, sino que hay otros muchos factores que también influyen en la consecución de los resultados. Así, la predisposición con la que encaramos una dieta es determinante a la hora de conseguir el objetivo de perder los kilos de más de la mejor manera posible. La mente es una herramienta que, a la hora de adelgazar, nos servirá de gran ayuda. Para empezar, por ejemplo, nos permite centrar la atención en lo que estamos comiendo. Esto que, en apariencia, puede resultar banal, es clave para comer de manera inteligente y, sobre todo, para evitar comer en exceso. Vamos a descubrir cómo adelgazar gracias a la psicología y en qué consiste el denominado “margen inconsciente”.
¿Es posible adelgazar con la mente? Siguiendo la teoría del investigador de la Universidad de Cornell Brian Wanskin, no solo es posible sino efectivo. Wanskin parte de que la mayoría de las veces comemos sin ni siquiera detenernos a pensar en si tenemos hambre. Autor de varios libros, y creador de la conocida como dieta de la Casa Blanca, mantiene que esta manera de comer, guiándonos más por los ojos que por el estómago (por ejemplo, comer hasta que el plato esté vacío) es la que nos hace ganar o perder peso.
Para perder los kilos de más de manera fácil, y sin darte cuenta, aconseja quitar un 20% de calorías de cada plato y nuestra mente no se dará cuenta. Ese porcentaje es lo que denominó el “margen inconsciente”.
Claves
No solo ayuda a comer menos, sino a activar el metabolismo. Eso sí, hay que seguir algunas premisas porque la regla del “margen inconsciente” para adelgazar funciona dentro de una dieta sana y equilibrada. Así, por ejemplo, Wanskin recomienda aplicar estas reglas:
Tomar más fruta fresca y evitar tener en casa alimentos como refrescos o dulces.
Servir la comida en platos pequeños y, para evitar repetir, dejar fuera de la mesa el resto de la comida. Según este investigador mantener a cierta distancia (la suficiente para que tengas que levantarte de la mesa si quieres otra ración) puede ayudar a reducir hasta en un 29% el consumo de calorías.
Planificar los menús y, en caso de varias opciones de platos, elegir uno, evitando probarlo todo.
Comer despacio (lo recomendable, 15 veces cada bocado).
Ser consciente de lo que comes y, sobre todo, no dejarse llevar por el resto de comensales.