Al menos 16 niñas, adolescentes y adultas fallecieron en la Argentina como consecuencia de abortos inseguros en los últimos tres años, y tres de estas muertes se produjeron durante la cuarentena por el coronavirus, en tanto se estima que por hora se realizan unos 54 abortos, según el medio digital feminista Latfem, que lleva adelante un relevamiento titulado “Sin Ley: zona de riesgo”.
De acuerdo con ese registro, la víctima más joven de la clandestinidad del aborto tenía 13 años y son al menos 15 las niñas y niños que quedaron huérfanos de esta forma, los más pequeños de sólo 2 años.
“Toda muerte por aborto inseguro es evitable, injusta, innecesaria y es realmente intolerable que las mujeres sigan muriendo por esta causa con todo el desarrollo científico tecnológico de hoy en día, existiendo la posibilidad de abortar con pastillas, en nuestras casas, con un seguimiento médico posterior”, dijo a Télam la periodista feminista y una de las tres codirectoras del proyecto, Florencia Alcaraz.
La Cámara de Diputados aprobó esta mañana en general por 131 votos a favor el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, mientras que 117 legisladores votaron en contra de la iniciativa y 6 se abstuvieron, tras un extenso debate que se prolongó durante más de 20 horas, y fue acompañados por miles de manifestantes «verdes» y «celestes» en los alrededores del edificio.
El 7 de noviembre de 2018, tres meses después de que la legalización del aborto fracasara en el Senado tras la histórica media sanción de Diputados, fallecía en la pequeña localidad chaqueña de El Sauzal una adolescente de 13 años que sólo hablaba wichí, por no haber tenido acceso al derecho de la interrupción legal del embarazo.
“Padecía un cuadro de desnutrición crónica, anemia y neumonía, agravado por el embarazo de 32 semanas. La situación era muy riesgosa y fue derivada a Resistencia. Allí le realizaron una cesárea de urgencia. El bebé, que pesó un kilo y trescientos gramos, murió unas horas después producto de una infección. Al día siguiente también murió la niña, como consecuencia del proceso infeccioso que desencadenó en un fallo multiorgánico”, publicó la organización en su portal “Sin ley: zona de riesgo”.
Entre las situaciones relatadas hay tres de mujeres que demoraron fatalmente la consulta en guardia por miedo a ser detenidas, que intentaron abortar introduciéndose perejil en la vagina.
También una madre de dos hijos murió por un aborto inseguro igual que su hermana 31 años antes, y una joven quedó imputada por “aborto seguido de muerte” por haber suministrado a una amiga las pastillas para interrumpir su embarazo.
Latfem recordó en su portal que “en la Argentina se realizan aproximadamente 54 abortos por hora, es decir 1.300 por día” y si bien se trata de “un procedimiento de baja complejidad que puede realizarse en el primer nivel de atención y en forma ambulatoria”, las condiciones inseguras que impone la clandestinidad permiten que muchas de estas prácticas terminen con graves secuelas o la muerte de la mujer, como consecuencia de “hemorragias graves, infecciones, peritonitis, traumatismo de cervix, rotura uterina, lesiones varias en vagina y útero”.
“Armamos este proyecto porque teníamos la obsesión y la necesidad de tener un registro actualizado de las historias de niñas, adolescentes y mujeres que murieron por abortos inseguros en el último tiempo a partir de lo que se publica en los medios, porque sabemos que son más de 3 mil desde el regreso de la democracia pero las cifras oficiales llegan sólo hasta 2016”, explicó Alcaraz.
La iniciativa pudo materializarse a partir de haber ganado una beca de la organización Wake y Amnistía Internacional.
“Si bien sabemos que es un subregistro aproximativo porque son muchos más casos, siempre, desde nuestra perspectiva es importante apostar a la memoria feminista, poder contar las vidas de esas niñas, adolescentes y mujeres que murieron, los proyectos, sueños, las familias que estaban alrededor de ellas y que se quebraron por la clandestinidad del aborto”, agregó.
Y si, como se sospecha, se han reducido las muertes por abortos inseguros en los últimos años “tiene que ver con el activismo feminista, con la difusión del misoprostol, la actividad de las socorristas en red que vienen acompañando abortos autogestionados”, pero las prácticas clandestinas siguen existiendo “porque hay una brecha muy grande en el acceso a la información” y a los medios.
El informe completo puede verse en https://latfem.org/sin-ley/#la-investigacion.