La cámara de empresarios estadounidenses en Argentina reclamó profundas reformas impositiva y laboral para ganar en competitividad, al tiempo que manifestaron la necesidad aumentar la inversión en infraestructura y llevar adelante una revolución educativa.
La dura posición de los hombres reunidos en AmCham (Cámara de Empresarios de Estados Unidos en la Argentina) fue planteada por el presidente de la entidad, Facundo Gómez Minujín durante el discurso de apertura del Summit 2025 que se realiza en esta ciudad.
“La competitividad no es un concepto abstracto. Es la llave que nos abre la puerta al desarrollo, a la inversión y al empleo sostenido. Es la condición necesaria para que las empresas puedan crecer, para que las personas accedan a mejores oportunidades y la Argentina vuelva a ocupar un lugar relevante en el escenario global”, destacó el directivo de JP. Morgan.
Gómez Minujín afirmó que “la competitividad empieza con la estabilidad macroeconómica”, pero reclamó cambios estructurales.
“La competitividad también requiere de una profunda reforma del sistema tributario. Hoy las empresas siguen operando en un entorno asfixiante, donde la presión impositiva, la superposición de tributos y la incertidumbre regulatoria, desalienta la formalidad y la inversión”, sostuvo el directivo.
En consecuencia, sostuvo que “necesitamos un sistema más simple y equitativo, más enfocado en premiar al que produce y al que genera oportunidades”.
“Es imprescindible un sistema tributario que reduzca la presión fiscal formal, simplifique la estructura impositiva y elimine los tributos que afectan la competitividad”, insistió.
El empresario aclaró que “no se trata solo de bajar impuestos, sino de hacerlo de manera inteligente. Ampliando la base tributaria, reduciendo la evasión y formalizando la economía”.
“Un sistema tributario, más equitativo, previsible y eficiente es clave para fomentar la inversión, la productividad y la creación de empleo”, insistió.
Acto seguido, Gómez Minujín remarcó que “la competitividad también se construye en el plano laboral. Durante décadas el costo del empleo formal en la Argentina se ha ido duplicando” y añadió que “la rigidez normativa y la alta litigiosidad han desincentivado la contratación y profundizado la informalidad.
“Es urgente avanzar a una reforma que contemple un marco laboral, más moderno, más flexible e inclusivo”, reclamó el presidente de AmCham.
En la misma línea también reclamó una revolución educativa para igualar el conocimiento a los requerimientos del siglo XXI.
Asimismo, subrayó que la “competitividad también requiere infraestructura” y aseguró que “sin conectividad física y digital no hay productividad posible”.
A la lista de reclamos, Gómez Minujín sumó la seguridad jurídica.
“Para los que se preguntan por qué AmCham impulsa temas de institucionalidad, quiero contarles que no hay inversión sin seguridad jurídica. No hay innovación sin reglas claras. No hay desarrollo con inestabilidad regulatoria ni con burocracia excesiva. Debemos fortalecer la transparencia, la independencia de poderes y la calidad institucional”, remarcó.
En esa línea insistió: “Hace ya tres años que en AmCham decidimos levantar la voz con una visión estratégica y de largo plazo, entendiendo que sin institucionalidad no hay país que prospere”.
Con esta idea, Gómez Minujín lamentó que no se hubiese aprobado la ley de Ficha Limpia.
Pese a las demandas, el representante empresarial reconoció los logros del gobierno.
“Hemos visto señales alentadoras: una reducción del déficit fiscal, el dinamismo de sectores como el tecnológico, el energético o el agroindustrial, y una renovada confianza de inversores estratégicos. Pero el desafío es consolidar estas señales en un rumbo claro y sostenido”, enfatizó.