El Arzobispo de la ciudad de La Plata, Víctor Manuel Fernández, se refirió al suicido del sacerdote Eduardo Lorenzo, acusado de al menos cinco abusos sexuales contra niños y adolescentes, y consideró que el cura «se quitó la vida después de largos meses de enorme tensión y sufrimiento».
Anoche, Lorenzo se suicidó de un disparo en un inmueble de la calle 4, entre 49 y 50 de La Plata, en donde está la oficina de Caritas donde residía, informó la Policía.
El cuerpo del cura «fue encontrado tendido en el suelo, con posibles manchas hemáticas y, a un costado, un arma de fuego», detalla el parte policial.
En ese sentido, el Arzobispo manifestó hoy en un comunicado dirigido a los fieles que Lorenzo «que se quitó la vida después de largos meses de enorme tensión y sufrimiento» por lo que pidió a los católicos «unirnos en oración por él para que el Dios de la vida lo reciba en el amor infinito».
«El mismo Señor nos ayudará a comprender algo en medio de este misterio oscuro, y nos enseñará algo aún a través de este dolor. Los abrazo a todos con afecto en Cristo», planteó Fernández.
La jueza Marcela Garmendia había librado ayer una orden de detención contra el sacerdote por los cinco casos de abusos pero un recurso de eximición de prisión presentado por su defensa evitó su arresto lo que fue calificado como «un escándalo» por el abogado querellante Juan Pablo Gallego.
El recurso había sido rechazado en primera instancia por la jueza pero la defensa del sacerdote apeló a la Cámara por lo que no se había resuelto aún la detención.
Gallego dijo a Télam que «es un final propiciado por la inercia y la complicidad judicial. Hace más de una semana la jueza Garmendia tenía la pericia que la obligaba a detenerlo».