El Gobierno bonaerense asignó el nombre de “Johana Ramallo” al Hogar de Protección Integral de Ensenada dependiente del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual.
Lo hizo mediante la resolución 394 publicada hoy en el Boletín Oficial del distrito, donde se destacó que el objetivo de esa decisión es una «acción de visibilización, memoria y compromiso con las políticas de género».
Johana Ramallo desapareció a fines de julio de 2017 en un contexto de trata de personas y parte de su cuerpo fue hallado en las costas de Berisso en agosto de 2018.
En la medida gubernamental se recordó que en la provincia se creó el Sistema Integrado de Políticas Públicas Contra las Violencias por Razones de Género, que se encuentra integrado por la Red Provincial de Dispositivos Territoriales de Protección Integral «entendiendo que el trabajo en red garantiza que mujeres y LGTBI+ reciban un espacio de contención y acompañamiento, evitando la revictimización y la sobreintervención en los procesos de fortalecimiento y salidas de las violencias».
Se destacó que «los Hogares de Protección Integral y las Casas Abiertas que conforman la Red Provincial, son dispositivos pensados para dar respuesta a mujeres y LGTBI+ que estén atravesando situaciones de violencias por razones de género, que requieran protección y seguridad al iniciar el camino de salida de las violencias y que no cuenten con otro espacio de resguardo dentro de sus redes y vínculos más cercanos».
«Darle identidad a las instituciones del Estado que están involucradas en el abordaje de las violencias por razones de género construye y refuerza un sentido de pertenencia con dichos espacios», se planteó en la resolución.
Se destacó que «el caso Johana Ramallo ha cobrado relevancia Nacional, ya que se ha constituido como paradigma de los femicidios vinculados a la trata de personas» y se apuntó que «su nombre ha sido reivindicado por organizaciones y grupos de la sociedad civil de la provincia de Buenos Aires y de todo el país como símbolo de lucha contra las violencias por razones de género y los femicidios».
«En la búsqueda de políticas reparatorias, el reconocimiento por parte del Estado a las víctimas de femicidios implica una medida necesaria de reparación simbólica para la sociedad toda», se planteó.
El 26 de julio de 2017, Ramallo, salió a las 17 de la casa de su madre Marta -en la que también vivían su hija de 6 años y su abuela-, en la periferia de La Plata, tras decirle que volvería «entre las 20.30 y las 21», pero nunca regresó.
Casi dos meses antes de desaparecer, Johana se había separado del padre de la niña, había regresado a la casa de su madre y los problemas económicos la habían puesto en situación de prostitución.
La última imagen de Johana fue tomada por la cámara de seguridad de una estación de servicio situada en las calles 1 y 63 de La Plata, en la que se la ve entrando a un baño ese mismo día, poco después de salir de su hogar.
La fiscalía penal investigó una simple «averiguación de paradero», aun cuando Marta juraba que su hija no se habría ido voluntariamente dejando a su pequeña de seis años.
Por Johana se produjeron marchas y se pintaron más de un docena de murales en todo el partido de La Plata, pero la causa no registró avances hasta abril del año pasado, cuando citaron a Marta Ramallo a los tribunales federales de La Plata para informarle que dos restos humanos, que habían sido hallados en Berisso en agosto de 2018, pertenecían su hija.
La causa, llevada por el juzgado federal 1 de La Plata, tiene más de 45 cuerpos pero ningún imputado.