Un proyecto que busca regular los concursos y certámenes de belleza en el marco de festejos y actividades públicas y privadas que se lleven a cabo en el territorio bonaerense fue aprobado por la Cámara de Diputados.
La iniciativa, de la diputada de Cambiemos Alajandra Martínez, fue girada al Senado y pretende establecer las condiciones de selección de aspirantes y la premiación.
«Las convocatorias, reglamentos y premiaciones de los concursos no podrán contener aspectos discriminatorios por razones de género, etnia, normotipo físico, estado civil, edad o etapa vital de los participantes», se explicita en la propuesta.
Además, se prohíbe hacer púbicos durante la selección de los ganadores «aquellos datos referidos a la contextura física y otros atributos físicos como determinantes para la elección»; ni se permite que participan en este tipo de certámenes menores de 16 años.
Se pretende que en las fiestas regionales haya «embajadoras culturales» en vez de «reinas de belleza» para eliminar los «patrones estéticos retrógrados y superficiales» y promover la participación de quienes se destaquen en las diferentes ramas del arte y la cultura.
Se propone que en las fiestas regionales en donde participe el Estado «se deberán promover la equidad de género, prevención de la violencia contra las mujeres y la discriminación».
Habrá multas y clausuras para quienes no cumplan estos aspectos, que serán fijados por la autoridad de aplicación.
Entre los fundamentos de la norma se remarca la necesidad «de combatir los daños físicos o psicológicos sobre la base del sexo de los individuos» y se plantea la importancia de «adoptar políticas que que remuevan costumbres enraizadas para allanar un camino hacia la igualdad».
Se plantea que «la selección en los concursos de belleza se basa en estereotipos disciminatorios, que refuerzan un ideal de belleza que subestima y cosifica a sus participantes».
Se recuerda que es habitual en estos certámenes exigirles a las mujeres «ser menores de 25 años, solteras y sin hijos, condicionantes que buscan la dominación de su cuerpo y la exigencia de atarlas a patrones de belleza tiránicos y alejados de la realidad».
Luego se afirma que las presiones sobre los aspectos físicos de las participantes «conllevan un maltrato psicológico que en los casos más graves ocasiona patologías como la bulimia y la anorexia».