Cristina Kirchner y Axel Kicillof descongelaron su relación política y abrieron así la posibilidad de una negociación por la unidad electoral del pan peronismo que aún tiene final incierto, pero que ya produjo dos efectos políticos centrales, según reconocen en ambos campamentos: 1) Devolvió a la expresidenta a la centralidad del escenario y le dio un argumento para ejercer el liderazgo. 2) Permitió al gobernador consumar una ruptura controlada, un paso imprescindible para el objetivo de correr por la presidencia en 2027.
El reacercamiento entre Axel y Cristina se dio en un contexto marcado por dos hechos fundamentales, que funcionaron como catalizadores: la aceleración, luego de la derrota del macrismo en las elecciones porteñas, del pacto entre La Libertad Avanza y el PRO en la Provincia; y la posibilidad, que en el Instituto Patria consideran “inminente”, de que la Corte Suprema de Justicia confirme la condena de la expresidenta en la llamada Causa Vialidad, lo que podría derivar en la prohibición de ser candidata, además de encerrarla en prisión domiciliaria.
La mayor parte del contenido de las dos horas de charla de se mantienen en reserva, lo que tal vez sea un indicador de que fueron fructíferas. Pero tres datos básicos fueron corroborados por los dos sectores: 1) Aunque el tono fue cordial, la relación de afecto desapareció. 2) Cristina se mostró predispuesta a un acuerdo que hasta ahora había esquivado. 3) El objetivo de la mesa de negociación es crear un mecanismo de equilibrios en las listas que evite que la unidad se alcance al costo de la fuga de algunos sectores.
A eso hay que añadir un motivo compartido detrás del cónclave: se expresa como el triunfo del “instinto de supervivencia” ante la unidad de la oposición. Es que la lista de unidad ayuda a Cristina a preservar su base de operaciones, la tercera sección, donde un resultado por encima de los 50 puntos asegura una victoria en toda la provincia. El gobernador tiene el mismo objetivo: ir separados los expone a una derrota “por 20 puntos” ante una oposición unida, dijo el massista Alexis Guerrera, presidente de Diputados, y eso sería letal para su proyecto presidencial.
A la par, cada sector hizo su propio balance. El cristinismo creen que al haber convocado ella, la expresidenta se posicionó como la abanderada de la unidad y ubicó al gobernador en una posición incómoda: aceptar el llamado o quedar como responsable de la ruptura. “Eso le permite ocupar el centro de la escena, o toda la cancha, y la convierte en el foco de todas las miradas”, dijo a DIB una fuente de ese sector. “Es una forma de intervenir la campaña, de nacionalizarla de hecho”, agregó otra.
En el kicillofismo valoran que haber logrado la “emancipación” política. Es una manera elegante de referirse a la ruptura que, en una paradoja solo aparente, la convocatoria a la mesa de negociaciones confirma. Es que el Movimiento Derecho al Futuro es ahora un sector oficialmente diferenciado del cristinismo-kirchnerismo, con su conducción propia, Kicillof. Una partida clave del juego de la ruptura en unidad, que sienta las bases para la carrera presidencial que el gobernador aspira a protagonizar a partir del año que viene.
Pero no todo está resuelto, ni mucho menos. Las desconfianzas son enormes. Un ejemplo: antes de ir a la reunión, Kicillof informó a intendentes de peso de su espacio (Ferraresi, Secco, Espinoza, Ishii), que le recomendaron asistir. Pero a la vez, varios de esos alcaldes le susurran al oído que es mejor dar la pelea ahora, que ir a una unidad forzada. Otro: las declaraciones de las últimas horas de Máximo, Mayra Mendoza o Wado De Pedro reflotando la tesis de la marcha atrás con el desdoblamiento despiertan en La Plata sospechas de un doble juego del Patria.
Eso por eso que la unidad por ahora es una meta que no está asegurada. Que los intendentes encolumnados con Kicillof, su principal sostén político, evalúen la posibilidad de encabezar las listas locales es otro indicador que de la moneda está en el aire. También, el hecho de que el próximo 9 de junio el gobernador anote su propio frente electoral. “Tenemos una lista completa a diputados nacionales y las ocho listas seccionales, todas con nombres nuestros, porque puede haber ruptura y no nos puede tomar por sorpresa”, cuentan en gobernación.
Las exigencias para la unidad que se conocen hasta ahora son las que hizo trascender Kicillof. Y son duras, sobre todo las que se refieren a la conformación de las listas: protagonismo de los intendentes; injerencia en las seccionales -un pedido para que Ferraresi, enemigo íntimo de CFK, talle en la de la tercera promete generar tensión. También piden un discurso de campaña que apunte a Milei pero que rescate la gestión de Kicillof como su contracara. Y compromiso de los candidatos con los proyectos legislativos del gobernador: la “cláusula sin chistar”.
El diseño del dispositivo del diálogo implica al massismo, pero este sector es cauto. Mientras Massa juega el viejo juego del “Operativo Clamor” -hacer que sus dirigentes “pidan” por las dos opciones que en realidad él baraja, ser candidato a diputado nacional o a senador provincia- y en su entorno se muestran recelosos. Deslizan que si finalmente no va a la pelea, Kicillof dañará su naciente liderazgo. En Gobernación devuelven el fuego: el “esquema de tres tercios de las listas para cada sector” no corre más, dicen. Y al “pedir compromiso anti milei” recuerdan que “Massa casi no criticó en público al presidente en un año y medio”.
El punto que al parecer quedó más abierto en la conversación Cristina/Axel tal vez sea el más urgente: ¿qué hacer si hay un fallo adverso de la Corte? La propia Cristina lo consideró verosímil. Pero no hay un procedimiento establecido sobre cómo actuar, más allá de que el gobernador mandó a decir que estarán en la calle para defenderla. ¿Quién la reemplazaría en las urnas? Misterio. Nota al pie: pese a los rumores instalados, en gobernación manejan un segundo escenario: que el fallo no salga pero, por efecto de la expectativa generada, eso incentive en enojo del electorado anti peronista y profundice la nueva grieta.
Más allá de los roces
En la oposición, el pacto LLA-PRO marcha a pie firme, más allá de algunos roces. Los nueve diputados PRO que responden a Macri y se abstuvieron en la votación del aumento a los jubilados parecieron contradecir el discurso ultra-conciliador del expresidente a su regreso de la gira por Europa y Asia. Pero es solo una apariencia, acaso un gesto de negociación: como prueba baste el hecho de en PRO ya circulan documentos internos sobre el acuerdo, en los que se menciona el hecho de que quienes no lo integren no podrían usar el nombre partidario.
Mientras, en Casa Rosada analizan opciones para competir contra Cristina en la tercera sección. Santiago Caputo quiere aprovechar y mueve nombres propios. Algunos, como Daniel Parisini aka “El Gordo Dan” no parecen supera la prueba de las primeras encuestas. Surgen otros, como el CM de Tik Tok de Milei, Iñaki Gutiérrez. Y rumores, entre ellos el que indica que Karina Milei piensa en la posibilidad de que José Luis Espert sea el candidato contra la expresidenta, aunque él no quiere saber nada con dejar escapar la posibilidad de encabezar la boleta de octubre