El músico estadounidense y ganador del Premio Nobel de Literatura, Bob Dylan, brindará recitales en Estocolmo hoy y mañana pero la Academia Sueca aún no tiene noticias de si dará la conferencia que lo habilite a recibir el galardón, que en octubre del año pasado sorprendió a todos en el mundo literario y musical.
«La Academia Sueca comunica que no ha tenido lugar ninguna conversación telefónica con Bob Dylan en los últimos meses. Dylan es consciente de que la conferencia de recepción debe celebrarse a más tardar el 10 de junio si quiere recibir la dotación económica», señaló hoy en su blog su secretaria permanente, Sara Danius.
Danius recordó que así lo establecen los estatutos de la Fundación Nobel y que lo que el músico decida «es cosa suya», según replicó la agencia EFE.
Ocurre que, según la reglamentación del premio, aunque el ganador no acuda en persona a Estocolmo -como fue el caso por ejemplo de los británicos Doris Lessing y Harold Pinter-, sí debe pronunciar una conferencia para poder recibir el dinero con el que está dotado, los 8 millones de coronas suecas (unos 900.000 dólares).
Además, en el caso del autor de «Blowin’ in the Wind», la conferencia de recepción del Nobel de Literatura debe pronunciar antes del 10 de junio, seis meses a contar después del 10 de diciembre.
El primer cantautor de la historia en obtener el Nobel de Literatura mantuvo un prologando silencio frente a la noticia del galardón, que interrumpió semanas después para decir que no acudiría ni a la conferencia de aceptación del premio ni a la ceremonia de entrega de los Nobel, aludiendo a «compromisos previos».
Luego, envió un discurso de agradecimiento que fue leído por la embajadora de Estados Unidos en Suecia en el banquete de honor de los galardones.
Finalmente, Dylan aceptó el Nobel y agradeció un premio que le había dejado «sin palabras», en conversación telefónica con Danius.
Ahora, resta esperar que el músico se decida, o no, a dar una conferencia, si es que quiere recoger la recompensa monetaria del premio instituido en 1895 como última voluntad del industrial sueco Alfred Nobel.