Un trabajo realizado por expertas del CONICET La Plata analizó a unas 800 familias con niños de entre 4 y 11 años y descubrió que «la presencia de cambios de humor repentinos y una baja en la actividad física» en los chicos, como una de las consecuencias del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) decretado ante el avance del coronavirus.
El equipo, liderado por la Investigadora del CONICET en el Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas María Florencia Andreoli, realizó un total de 814 encuestas en diferentes puntos del país a finales del mes de mayo y los cuestionarios fueron respondidos por madre, padre o adulto a cargo.
«La alteración más frecuente que aparece es el humor cambiante, que alcanza al 45 por ciento de los chicos sin diferencias según el grupo etario», explicó hoy Andreoli, y agregó que «en la franja de los más pequeños, el 14,4 manifiesta atravesar un estado anímico alegre y otro 4,9 reporta nerviosismo y agresividad, reacciones que tienen un correlato menor para los más grandes, que mostraron esas mismas emociones en un 7,4 y 0,8 respectivamente».
Los resultados también evidenciaron un descenso del tiempo destinado a estar al aire libre, mientras que se observó una alta exposición a las pantallas.
De acuerdo al estudio, el 70,8 por ciento pasa un mínimo de 30 minutos diarios jugando con el celular, tablet o computadora, y el 28 por ciento lo hace por más de tres horas.
Este último valor aumenta junto con la edad de los niños. A estos números, además, hay que sumarle que el 87,2 mira televisión o videos durante al menos otra media hora.
«Con respecto actividades al aire libre, vemos que un poco más de la mitad de los chicos apenas supera los 30 minutos diarios, aunque la gran mayoría de los hogares que participaron cuentan con un patio o, al menos, un balcón. Un dato muy marcado es que ese tiempo se va reduciendo a medida que aumenta la edad», explicó Andreoli.
Agregó que lo mismo se evidenció con el ejercicio físico, «que está más presente en los chiquitos pero se va diluyendo entre los grandes, que le dedican un máximo de media hora» y algo similar ocurre con tareas manuales como dibujar, pintar o incluso leer, que alcanzan a un 60 o 70 por ciento de los niños pequeños, «pero sufre una merma notoria en los preadolescentes».
Otra pregunta que incluye la encuesta tiene que ver con la dedicación total a las tareas escolares, que en más de la mitad de los menores sondeados es inferior a dos horas diarias, un tiempo acotado si se lo compara con las cuatro horas como mínimo que los chicos pasan en el colegio durante un período normal de clases.
En cuanto a la rutina, el estudio arroja que el 45 por ciento ha mantenido un horario regular de actividades como dormir o comer similar al que llevaba antes de la cuarentena. El 65 por ciento, en tanto, reconoce cambios en el sueño, concretamente acostarse más tarde que lo usual y despertarse con frecuencia por la noche.
En ese sentido, la psicóloga e integrante del equipo de trabajo, Marcela Padula señaló la importancia de sostener una rutina durante el aislamiento.
«En los menores supone un factor de organización y contención. Los cambios establecidos por la pandemia han generado cierta desorganización y pérdidas a nivel de lo cotidiano, entonces aparece una sensación de descontrol. Mantener los horarios diarios contribuye a que puedan sentir una referencia, seguridad y control que le dé un orden al caos y que les permita poner en práctica recursos relacionados con la creatividad o el juego con los padres», indicó la especialista.
La encuesta también exploró lo referido a las preocupaciones generales y mostró que el 85 por ciento de los niños está bastante o muy informado sobre el coronavirus, y de ellos un 30 por ciento ha experimentado temor a contagiarse ellos mismos o algún familiar.
También producto de la cuarentena, el 17 por ciento expresa que tiene miedo de salir de su casa. La enorme mayoría revela que extraña a sus parientes y amigos (90 y 83 por ciento, respectivamente), mientras que un 65 por ciento añora volver al colegio o a la práctica de algún deporte.
En cuanto a las inquietudes de los adultos, el sondeo reflejó que el principal motivo que los aqueja tiene que ver con sus hijos. En este sentido, la mayoría admite tener dos o más de las siguientes preocupaciones con respecto a los chicos: comportamiento (50 por ciento), educación (52 por ciento), exposición a pantallas (58 por ciento), y futuro (58 por ciento). En esta línea, también reportaron sentirse intranquilos por su ocupación laboral (57 por ciento), la economía familiar (55 por ciento) y la salud, sobre todo mental (50 por ciento). El 34 por ciento de los padres y madres considera «estresante» mantener entretenidos a los niños dentro del hogar.