EFE- La llegada de la extrema derecha al poder en Argentina ha hecho a las periodistas que cubren información con perspectiva de género un blanco más de ataques que buscan deslegitimarlas y silenciarlas, lo que las ha llevado a fortalecer su red y a implementar otras estrategias para cuidarse de la violencia que reciben constantemente.
Así lo relata a Efeminista la periodista argentina Camila Parodi, quien, en su paso por Quito para participar en el Festival de Periodismo Feminista Zarelia, denuncia que la violencia no sólo la reciben en redes sociales sino que traspasa de lo digital a las calles.
«Hay compañeras que han sido censuradas, pero también quienes nos hemos autocensurado, quienes hemos cerrado nuestras cuentas, bajado perfiles y ocultado fotos y pertenencias. Hemos sido perseguidas por colectivos de troles que son pagados, que no sólo violentan a través de las redes sociales, que no es menor, que es una violencia en sí, sino que también publican información, van a las casas de las compañeras, colocan pancartas diciendo: ‘aquí vive determinada persona’, y no es casual que sea justamente contra las periodistas, pero también contra el movimiento feminista en general», señala la editora de la sección Internacionales del portal Marcha.
Red fortalecida de periodistas argentinas
En los últimos nueve meses, varias de las editoras de género de los principales medios de comunicación renunciaron a sus cargos, algunas tuvieron que exilarse en otros países, como Luciana Peker, mientras que otras resisten bajo situaciones muy precarias o en medios independientes para poder seguir contando la realidad de las mujeres.
«La situación es bien compleja. Nosotras hemos decidido cubrir las noticias de manera colectiva, firmar de manera colaborativa, como colectivo editorial, justamente para resguardarnos, pero también para potenciar esa identidad que es colaborativa. La estrategia está siendo la de los cuidados, de colaboración entre nosotras. Tenemos una red fortalecida y creemos que eso es lo que les está molestando en este momento», agrega.
Alerta de que varias colegas reciben agresiones en la calle y sufren persecución, y «muchísimas fotoperiodistas» han sido violentadas por las fuerzas de seguridad durante la cobertura de las manifestaciones. «Y esto no es casual. Ellos saben muy bien las leyes internacionales, es una búsqueda intencional de meternos miedo, de generalizarlo, para que las compañeras dejen de hacer su labor», añade.
Asimismo, advierte de que este escenario también se replica en otros países de la región como en El Salvador, donde al igual que en Argentina, añade Parodi, «se está acentuando la violencia política contra las mujeres”.
«Ellos (los presidentes Javier Milei y Nayib Bukele) vienen con un manual sostenido por empresas y por intereses corporativos que nada tienen que ver con los intereses de las poblaciones, sino con querer legitimar sus privilegios en un contexto en el que la desigualdad está cada vez más acentuada», apostilla.
Camila Parodi: «Toda la agenda feminista es atacada»
Parodi, quien lleva años ejerciendo un periodismo feminista que pone el foco en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las múltiples formas de violencia machista que enfrentan, asegura que «toda la agenda feminista está siendo atacada» desde que el actual presidente de Argentina, el ultraliberal Javier Milei, asumió el poder el pasado diciembre.
«[El presidente] tiene un interés por atacar lo simbólico, sobre todo por deslegitimar nuestra genealogía feminista, nuestras conquistas. Es más que nada desmoralizarnos», señala.
Y afirma que, aunque tras las elecciones esperaban «un contexto de mucha hostilidad» hacia el movimiento feminista, la situación actual las está sorprendiendo. «Esto tiene que ver porque justamente las mujeres, la disidencias y el movimiento feminista en general ha tenido un activismo muy fuerte en sus conquistas, en sus defensas por los derechos, y es justamente contra lo que están atacando», analiza.
«Si bien han tenido múltiples políticas que violentan a nuestra población, vemos un direccionamiento específico contra nuestras compañeras de organizaciones sociales, funcionarias o las que han tenido roles dentro del Estado», explica.
«Intentan deslegitimar sobre todo esta idea de que hemos logrado ser multitudes, desestimando ese sentido de mayoría que en Argentina construimos a partir de la conquista del derecho al aborto, pero también a partir de la consolidación de un montón de políticas públicas que lejos tienen que ver con los gobiernos progresistas, sino que tienen que ver sobre todo con un movimiento que ha logrado consolidarse e incorporar ese Estado, disputarlo y darle sentido también por afuera», agrega.
Tratamiento mediático de la violencia
Preguntada por la cobertura mediática de la denuncia por violencia de género de la ex primera dama, Fabiola Yáñez, contra el exmandatario Alberto Fernández (2019-2023), la periodista afirma que «el clima de época» ha permitido que se difundan imágenes de Yáñez sin su consentimiento.
«Desde el periodismo feminista hemos podido construir unas narrativas que no nos revictimicen, que no visibilicen nuestras fotos, que tengan algún mínimo de consentimiento de las protagonistas de las historias», sentenció Parodi.
«Que en este momento no se haya hecho así tiene que ver con el clima de época y con un Gobierno que busca tapar sus malas políticas a través de esta historia, lo que no quiere decir que esta situación de violencia no merezca atención y cobertura», agrega.
A este respecto, llama a que no se deslegitimen los avances logrados en materia de género y diversidad durante la legislatura pasada.
Por último, Parodi concluye que «es difícil pensar en el futuro» porque jamás se imaginó vivir este contexto sociopolítico, pero sí asegura que las periodistas y defensoras de derechos humanos seguirán disputando los espacios en unidad.