Un equipo de investigadores argentinos logró secuenciar el ADN mitocondrial de un fósil de Neuryurus rudis, un gliptodonte que habitó las llanuras sudamericanas hace más de 24.000 años.
El fósil, descubierto en Camet Norte, en el partido bonaerense de Mar Chiquita, permitió confirmar que los gliptodontes, famosos por sus enormes caparazones y aspecto robusto, están estrechamente relacionados con los armadillos actuales. Los animales evolucionaron a partir de un ancestro común hace millones de años.
El estudio, liderado por Luciano Brambilla y Damián Ibarra, de la Universidad Nacional de Rosario, contó con la colaboración de un equipo interdisciplinario de científicos argentinos y fue publicado en la revista internacional Gene, marcando un hito en la paleontología y genética sudamericanas.
El fósil fue hallado en la zona de Camet Norte, partido de Mar Chiquita y pertenece a la colección del Museo Municipal de Ciencias Naturales Pachamama.
“Las condiciones climáticas de la zona donde se encontró el ejemplar permitieron que al ADN todavía se encontrara intacto, lo que nos permitió extraerlo y secuenciarlo con precisión”, explicó Brambilla.
Neuryurus rudis es uno de los gliptodontes menos conocidos debido a la escasez de hallazgos de sus restos. “Su rareza y la poca cantidad de restos encontrados de esta especie dificultaron durante años entender su lugar en el árbol de la evolución”, destacó Ibarra.
El trabajo no sólo posiciona a la especie dentro de su linaje, sino que también permite comprender mejor las adaptaciones de los gliptodontes a los cambios climáticos del pasado.
La perspectiva a futuro de los investigadores es poder extraer ADN de otras especies fósiles para seguir reconstruyendo el árbol de la evolución. “Estamos escribiendo capítulos nuevos sobre la historia de la vida en nuestro continente”, concluyó Brun, otro de los autores del trabajo